C a p i t u l o 5

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Pijamada

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Pijamada...

Una simple palabra de ocho letras, que podría causar un caos total, una separación, o quizás, hasta cosas peores.

Esa simple palabra, solo por el hecho de ser nombrada, hace que a más de una persona se le pongan los nervios a flor de piel.

Solo se una cosa.

Nadie saldría intacto el día de mañana... eso es seguro. Todos sacaremos nuestros trapitos al sol. Y unos quedarán más sucios que otros.

Todos quedaremos mal ante todos, eso seguro.

—¿Por que no? —le pregunto Abby por millonésima vez a la pelirroja.

—Sabes siempre lo que pasa en las pijamadas.

Pónganme en contexto, por favor.

—Pero esta vez no será así —contesto la castaña, tratando de convencerse más a si misma, que a la cumpleañera.

—¿que pasa? —no pude evitar preguntar.

¡Eres una chismosa!

Todos tenemos un lado chismoso, quieras o no. Y el mío está saliendo ahora.

Lo bueno es que lo admites.

—Todo, se sale de control —dijo la pelirroja, como si fuera una advertencia, y tan solo eso, hizo que todo mi cuerpo erizar— te aseguro que después de esto no querrás ir a otra pijamada.

—No creo que sea tan malo —me encogí de hombros

—Nunca sabes que tan malo puede ser hasta que ya no hay salida. Una vez que estés allá adentro, ya no hay vuelta atrás.

Vale, vale, sus palabras hacían que una pequeña parte de mi se pusiera a la defensiva.

Una cosa estaba segura, esto traería una tormenta de problemas. Y soluciones, también.

Pero más problemas.

O malentendidos.

—Todos se emborrachan, y terminarán diciendo cosas de más. Cosas de lo que después se arrepentirán.

—¿¡Y eso es malo!? —le pregunté a la castaña, ¿estaba loca?— puedes sacar información, que después la puedes usar en su contra.

Palabras sabias...

—Hey, eso es cierto, ¡Hagamos una pijamada! —exclamó la pelirroja, ahora más animada.

—¡Esa es la actitud! —secundo Abby alzando las palmas de las manos.

—Bueno —hablo un moreno en la parte de atrás— por lo menos ya acepto.

—¡Diablos Marco! Me había olvidado que venías con nosotros —murmuró Abby, llevándose una mano al corazón.

UACEN | Amarte es poco [En Proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora