Capítulo 9

571 42 4
                                    

EVA

Ya habían pasado tres meses desde que Hugo y yo tuvimos aquella conversación. Todo sigue igual, cada dos semanas uno se queda la casa y los niños, a veces me pregunta cómo voy con el embarazo, pues mi barriga ya es más que notable.

Hoy era el último día de colegio de los niños antes de vacaciones de Semana Santa. Normalmente íbamos una semana a Córdoba y otra a Galicia, pero esta vez no tenía pensado ir a ningún lado, pero, como siempre, el rubio estaba dispuesto a cambiar mis planes.

Eva: Hugo? Qué haces aquí? - pregunté, acababa de llegar de dejar a los niños en el colegio y estaba esperándome en el rellano.

Hugo: hola, puedo pasar? - preguntó señalando la puerta.

Eva: por supuesto - abrí la puerta y pasamos al salón - qué hacías fuera?

Hugo: venía a pedirte un favor. Sé que las vacaciones te tocan a ti, pero puedo llevarme a los niños a Córdoba? Es que mi madre los echa de menos.

Eva: claro que puedes Hugo. Eso era lo que te tenía tan nervioso? - asintió tímido - además, no pensaba ir a ningún lado, así al menos viajan un poco.

Hugo: no vas a ir a Galicia? - negué - eso es genial! - exclamó - vente a Córdoba - propuso.

Eva: a ver Hugo, no te aceleres. Te he dicho que podías llevarte a los niños, pero ya está.

Hugo: venga Eva - suplicó - así estamos todos juntos, como en los viejos tiempos - sonreí al recordar los días que pasamos en familia en Andalucía - qué me dices? - preguntó sacándome del trance.

Eva: no me convence Hugo. Es mejor que vayas con los niños y veas a tu familia, yo no pinto nada ya.

Hugo: tú también eres mi familia.

Eva: Hugo - le regañé alargando la última letra.

Hugo: que sí, sólo amigos. Pero seguro que a los niños les hace ilusión que vayamos juntos.

Eva: eso no lo sabes.

Hugo: exacto, por eso vamos a ir a buscarles y se lo preguntamos - miré el reloj y ya era la hora de recogerlos, pues hoy salían antes debido a las vacaciones - no acepto un no por respuesta.

Eva: vale, pero no te prometo nada.

Hugo: con que vayamos me vale.

Fuimos caminando ya que, el colegio quedaba bastante cerca de casa y teníamos tiempo de sobra. Llegamos y justo sonó el timbre y los niños salieron, al vernos a los dos corrieron hacia nosotros.

Valeria: papá - gritó la niña mientras venía.

Volvimos a casa y a mitad de camino Hugo les hizo la gran pregunta.

Hugo: oye chicos - captó su atención - queréis que vayamos a ver a la abuela Ana en vacaciones? - rápidamente a los niños se les iluminaron los ojos y no tardaron en aceptar la propuesta de su padre.

Hugo Jr: mamá también viene? - preguntó tras un rato en silencio.

Hugo: se lo está pensando, me tenéis que ayudar a convencerla, vale? - los niños asintieron y Hugo les susurró algo.

Cuando íbamos a entrar al portal, los niños y Hugo se arrodillaron suplicándome que les acompañase a las vacaciones.

Eva: venga, levantaros que os vais a manchar - dije, pues estaban en el suelo de la calle.

Hugo: acepta y nos levantamos - le miré levantando la ceja y me metí en el portal. Sólo tardé un segundo en volver a salir.

Eva: vale, acepto - les dije y los niños corrieron a abrazarme.

Luego subimos a casa y comimos, Hugo se quedó por la gran insistencia de los críos.

Eva: y cuándo nos vamos? - pregunté mientras comíamos.

Hugo: esta tarde.

Eva: cómo?! - dije sorprendida - Hugo, me deberías haber avisado antes, ahora tengo un par de horas para preparar todo y no me da tiempo.

Hugo: te dará tiempo, porque somos 8 manos. A que sí chicos? - les preguntó a los niños, que estaban viendo una película y ellos afirmaron.

***

Al final Hugo tuvo razón, no tardamos casi nada en hacer las maletas e irnos a Córdoba. Ya casi hemos llegado, los niños están dormidos y Hugo y yo estamos en un silencio, algo incómodo por momentos que se suaviza por la música de fondo.

Al llegar despertamos a los niños y aparcamos en la puerta de la casa de Ana, sacamos todas las cosas del coche y vamos a la puerta.

Hugo: oye Eva - dijo después de tocar al timbre - lo siento.

Eva: por? Todavía no has hecho nada - dije sin entender por qué se disculpaba.

Hugo: no le he contado a mi madre lo nuestro - iba a empezar a gritarle pero justo se abrió la puerta y apareció una Ana sonriente - ¡hola mamá! - exclamó Hugo.

INDESTRUCTIBLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora