Recién casados.

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Los ojos de Yangyang se abrieron lentamente, acostumbrándose a la luz proveniente de las ventanas de su habitación, las sábanas color celeste estaban revueltas, prácticamente enrolladas a sus pies y una maraña de cabellos café acurrucada contra si calentaba su pecho con una suave respiración.

Su nariz se enterró en esos cabellos revueltos, sus labios empezaron a bajar con lentitud por el rostro de su esposo, como dulces caricias que hicieron al mayor soltar una risa, sus labios se encontraron unos segundos, pero fueron suficiente para que desearan no soltarse, sus ojos se vieron con dulzura a pesar de que ambos los sentían aún un poco enrojecidos por el llanto.

Xiaojun colocó una mano en su mejilla, su suave tacto recorriendo sus facciones mientras él lo mantenía abrazado por el torso, tan cerca de él como fuera posible... se sentía como verlo por primera vez, como si ambos estuvieran viéndose con ojos diferentes.

—Buenos días, mi amor. —murmuró y jura que sintió su corazón retumbar en su pecho con gozo, los hermosos ojos de su esposo se hicieron más pequeños a causa de su sonrisa— ¿dormiste bien?

—Perfectamente. —su sonrisa casi igual de grande que la del contrario, dejó un suave beso en su frente, permitiéndole a Xiaojun acurrucarse más contra su pecho— aunque tengo mucha hambre.

—Te dije que pidiéramos comida ayer y tú insististe en dormir. —regañó el mayor, pero Yangyang sabía que no estaba enojado— Vamos, prepararé unos huevos con algo y comeremos antes de irnos a trabajar.

—No quiero ir hoy. —puchero, abrazándolo para evitar que se levantara y dejando más besos por su rostro— deberíamos quedarnos en la cama todo el día.

Xiaojun elevó una ceja con complicidad, sus manos apoyándose en su pecho con la intención de acercarse más a sus labios— Mi esposo adicto al trabajo no quiere ir al trabajo, algo anda mal. —bufó y Yangyang sintió sus mejillas sonrojarse— Oh, ¿eso podría ser fiebre? ¿Debería quedarme a cuidarte?

—Sip. —asintió el menor, acción que hizo al mayor reír—. Solo quiero estar contigo hoy.

—Yo también. —Xiaojun lo vio con ojos brillantes, sus ojos se cerraron cuando sus labios se tocaron y sus mejillas se sonrojaron de esa manera adorable que a Yangyang le encantaba.

Se sentían felices, extrañamente en paz después de una noche un poco tormentosa, más seguros que nunca sobre los sentimientos del otro y emocionados de tenerse, por tener un compañero real.

—¡Liu jodido DeJun! —gritaron de pronto desde la lejanía, ambos abrieron los ojos sorprendidos pero en silencio— ¡Júrame que no estas dormido aún! —se escuchó por el pasillo y Yangyang elevó una ceja un poco confundido.

—¿Es Hendery?

—Eso creo pero... oh mierda... —balbuceó DeJun buscando su teléfono en todos lados hasta encontrarlo en el suelo— ¡era hoy! —exclamó, justo cuando Hendery pareció detenerse del otro lado de la puerta, casi podía imaginar su mirada asesina— ¡dos minutos!

—¡No, diez! —gritó Yangyang secundando la moción y abrazando a su esposo aún más fuerte, Xiaojun empezó a hacerle cosquillas con la intención de ser liberado mientras el menor le robaba pequeños besos.

—¡Mis tórtolos recién casados, lamento arruinar la luna de miel pero tenemos una reunión con la esposa del CEO Wang para ver su jardín en treinta minutos! —gritó Hendery mientras Xiaojun se liberaba de su esposo, sus pasos acelerados por la habitación mientras quitaba sus prendas de ayer y buscaba algo decente que usar— ¡Haré sándwiches para el camino! Yangyang ¿te preparo algo de almuerzo rápido o comprarás?

Matrimonio arreglado | YangXiaoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora