Lo que haría si te fueras.

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Xiaojun se despertó por el sonido de una puerta azotandose con fuerza, saltó del sofá, cayendo de lleno al suelo mientras sus ojos trataban de abrirse por completo.

—No, no, no... —escuchó a Yangyang murmurar al final del pasillo, su cuerpo delgado pasando de largo por la sala, la oscuridad era casi total y solo estaba seguro de que era él por su voz.

Quiso decirle algo pero su teléfono empezó a sonar y saltó asustado de nuevo, alcanzando el aparato gateando por el suelo, la llamada se cortó y se encontró con los pies de su esposo frente a él.

—¿Xiaojun? —preguntó, alumbrando un poco con su teléfono, se movió rápidamente hacia la luz de la sala y la encendió, dejando ciego al mayor por unos segundos—. Mierda, Xiaojun...

—Hola... —balbuceó, frotando sus ojos y desbloqueando su teléfono para ver la llamada, había ido Yangyang pero lo que había dejado una espina de molestia en su corazón fue la hora, su rostro se transformó en una mueca sin querer—. Son las dos de la mañana... ¿dónde rayos estabas?

El rostro de Yangyang rápidamente se sonrojó, su boca se abrió al sentirse atacado tan de pronto, pero su ceño se frunció rápidamente—. ¿Tú qué hacías dormido en el sofá? ¿Dónde está Hendery? ¡Creí que te habías ido con él y...!

—¿Y qué? —siseo el mayor, su ceja elevándose rápidamente hacia él, mientras un dedo tocaba acusadoramente el pecho del menor— ¿Qué tiene eso que ver, ah? Yo puedo dormir donde quiera, es mi casa... Hendery está con su abuela y yo estaba esperándote pero llegaste seis horas tarde ¿en dónde estabas?

Yangyang lo vio fijamente por unos segundos, antes de que su mirada se desviara hacia la televisión—. Con unos amigos.

Xiaojun sostuvo su mirada unos segundos antes de darle la espalda, decidido a ir a su cuarto y cerrarle la puerta a su esposo en la cara, Yangyang caminó detrás de él con rapidez, tratando de tomar su brazo pero el mayor se soltaba de su agarre con molestia, Xiaojun cruzó el umbral de la puerta y casi le fractura la nariz de un portazo.

—¡Xiaojun! —exclamó, mientras empujaba la puerta de su cuarto que el mayor insistía en cerrar del otro lado, pero al final desistió y se quitó, logrando que Yangyang cayera al suelo con fuerza—. Mierda, Jun.

—Buenas noches. —siseo Xiaojun, metiéndose en las sábanas de su cama dándole la espalda a la puerta—. Ya te deje el sofá libre.

Yangyang suspiró, su esposo estaba molesto lo sabía, pero no podía explicarle dónde estaba o qué estaba haciendo, después de considerar que los mensajes entre su esposo y su mejor amigo eran eso, solo mensajes entre mejores amigos se había calmado por una gran parte de la mañana... luego en nombre de Lee Jeno había saltado en su mente y se pasó todo el resto del día buscando información sobre el jodido, se había metido tanto en su investigación-acoso que había pasado por alto la hora, aunque sabía todo de ese sujeto no sabía si era bueno o malo porque literalmente la sangre se le había ido del cuerpo al darse cuenta que el auto de Hendery no estaba afuera y no encontraba a su esposo en la habitación.

Estaba creando situaciónes estúpidas, si, pero nadie lo culparía después de ver más fotos de Jeno, de ver todo lo que tenía y todo lo que él no... ¿y si Xiaojun lo mandaba a la mierda y se iba con él?

—Lo siento... —susurró y notó la espalda de Xiaojun tensarse, sus pies se acercaron con cuidado mientras sus rodillas seguían ardiendo por el reciente golpe—. Hoy fue un día difícil, tuve mucho trabajo... —volvió a decir, pero su esposo estaba ignorándolo de manera olímpica—. Creí que algo había pasado... Hendery nunca te dejaría solo sin avisarme... yo... —suspiró, mordiendo su labio con nerviosismo y acercándose más a su lado de la cama, ¿a quién engañaba? le encantaba Xiaojun... y si tenía que pelear por él por un jodido modelito lo haría—. Amor... ¿puedo acostarme contigo?

Eso pareció mover algo dentro de Xiaojun, sus ojos se apretaron con más fuerza y su cuerpo de hizo más pequeño—. No.

Ignoró su negativa y se sentó en la orilla, técnicamente no estaba acostado con él así que no podía echarlo, estiró su mano y pasó sus dedos por el cabello del mayor que pareció ronronear bajo su toque, jaló aire y relamió sus labios antes de murmurar —. No estaba con nadie... en serio estaba en el trabajo.

—Mjm

—Bebé... —dijo, recordando cuánto le gustaba a Xiaojun ese apodo—. Te lo juro.

El tiempo de espera fue largo, pero Xiaojun se sentó en la cama con su mirada fija en él, sus ojos afilados le atravesaron por completo, su mandíbula lo asesino y sus mejillas preciosas lo trajeron de nuevo a la vida cuando las infló ligeramente, su rostro se acercó, por un momento creyó que era para un beso pero Xiaojun enterró su nariz en su ropa y aspiro con fuerza.

—No hueles a nada... pero aún así siento que no me estás diciendo toda la verdad. —susurró el mayor, aún con su barbilla apoyada en hombro, su voz suave derritiendo su corazón y Yangyang tuvo que resistir el impulso de lanzarlo contra el colchón y besarlo.

—Perdón si te hago sentir inseguro... no es mi intención. —negó, dejando salir sus palabras contra la mejilla de su esposo—. Pero no te dejaría, Xiaojun... casi me muero porque por un momento creí que te habías ido... joder, ¿qué haría si en verdad te fueras?

—Contratar una cocinera. —intentó bromear el contrario pero Yangyang bufó.

—Estas loco si crees que te quiero para algo tan vano como prepararme comida... ¿no te das cuenta? —murmuró, dejando un pequeño beso en el hueso de su mejilla y otro un poco más arriba— ¿Es que no te das cuenta de lo mucho que me encantas?

Esta vez fue el turno de Xiaojun de tomar sus labios con los suyos, el menor cerró los ojos y se dejó besar por su esposo de manera delicada, mientras sus pequeñas manos se aferraban a su saco, el beso fue largo y lento, se separaban apenas unos segundos y se juntaban de nuevo de manera automática mientras sentían un cosquilleo en su estómago y una sonrisa en su rostro.

—Si tu te fueras... creo que contrataría un chofer. —murmuró Xiaojun con una sonrisa, pasando su dedo por el labio inferior de Yangyang.

—Eres muy malo...

—Te extrañé mucho. — susurró el mayor, sus ojos lo miraban con total sinceridad y un puchero pequeño sobresalía de sus labios—. Creí que estabas enojado conmigo por tener mucho trabajo hoy...

Yangyang bufó, dejando un pequeño beso en sus labios antes de negar—. La única manera en la que podrías enojarme sería si me pides el divorcio.

—Y eso no pasará.

—Exacto. —asintió Yangyang complacido por su respuesta—. Así que no pienses en eso bien, ahora, vamos a dormir estoy cansado hasta morir... pero ya que hice horas extras hoy puedo llegar un poco tarde mañana.

—Eso me parece genial. —asintió Xiaojun, besando su mejilla con cariño—. Ve a ponerte tu pijama.

El menos se cambió rápidamente, entró a su lado de la cama, acurrucándose con Xiaojun quien lo recibió con brazos abiertos y besos flojos.

—¿En serio contratarías a un chofer si me voy? ¿soy tu chofer? —soltó Yangyang de repente y Xiaojun soltó una carcajada.

—Es tu mejor habilidad. —bromeó, ganándose una pequeña mordida en su hombro—. Ya, ya... la verdad... lo que haría si te fueras, oh Dios... si te fueras creo que te buscaría por cielo, mar y tierra.

—Oh, eso es muy romántico de tu parte...

—Y al encontrarte te mataría con mis propias manos por dejarme.

—Muy bien, entendido... no dejarnos, quedó claro. —asintió Yangyang, acurrucándose más aún contra el pecho de Xiaojun—. No me iré... así que descansa cielo.

Xiaojun sonrió, sus ojos cerrándose mientras sentía los brazos de su esposo apretando su cintura, un sentimiento bueno lo inundó y la calidez de su corazón se desbordó—. Te quiero.

—Yo también te quiero.

Matrimonio arreglado | YangXiaoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora