Despedidas tristes.

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Hendery quería que Xiaojun dejara de besarlo.

Yangyang se veía claramente tenso mientras Xiaojun era dulce y tierno con él, dejando pequeños besitos en sus labios cada vez que hacía algo o se separaba de él un tiempo, tal vez solo esaba paranóico, pero estaba seguro que incluso el menor lo veía a él a la expectativa, como si esperara que él evitara que Xiaojun se le acercara.

El día anterior había sido extraño, Yangyang se veía serio, con la cara de culo que le había visto la primera vez que lo encontró sentado en su sofá y se había ido a dormir temprano con la excusa de que estaba algo estresado porque ahora tendría trabajo acumulado, lo cuál hizo a Xiaojun entristecerse un poco... al fin y al cabo, por lo que entendió, el menor había faltado al trabajo para cuidar de su amigo.

Pero ahora los días extraños continuaban, porque había encontrado a Xiaojun con una taza de café, si, café... Xiaojun odiaba el café en las mañanas, él siempre bebía algún té así que era fácil suponer que la bebida no era para él sino para Yangyang.

—Se fue muy temprano. —murmuró, tomando asiento frente a él mientras Xiaojun miraba con tranquilidad la taza servida en medio de la mesa—. ¿Me la puedo tomar?

—Me puse a hacerle un desayuno y él ya se había ido hace rato.. creí que estaba en el baño pero solo se fue sin despedirse. —Xiaojun empujó la taza hacia él y suspiró, mordiendo sus uñas, una maña horrible que solo salía a la luz cuando algo en serio le preocupaba— ¿Crees que soy muy intenso? —exclamó y Hendery casi se ahoga con el café frío.

—N-No lo creo.

—Hen...

—Tal vez eres algo cariñoso, pero no te diría intenso. —balbuceó, tomando un trago del café, su respuesta no pareció decirle demasiado a Xiaojun, que se quedó viendo a la nada de nuevo—. Hey, no sé qué te preocupa, pero no debes estresarte por esto, Yangyang solo... tiene trabajo, lo dijo ayer, nosotros también tenemos... así es la vida de adulto de mierda.

—Puede ser. —asintió algo desganado el menor, suspirando antes de fijar sus afilados ojos en Hendery—. O tal vez... empecé a actuar mucho como esposos, es decir... si, Yangyang es guapo pero al final estamos metidos en esto porque teníamos que casarnos, ninguno de los dos quería esto... tal vez lo olvide por un momento.

—Cariño, creo que solo estás pensando demasiado las cosas... —negó Hendery, un poco preocupado, tal vez Yangyang si estaba actuando extraño, pero él estaba seguro de que se gustaban—. Anda, mejor déjame darte la noticia... iba a hacerlo ayer pero no quise arruinar su burbuja post-sexo —burló y Xiaojun sintió sus mejillas rojas.

—¡KunHang! —siseo avergonzado, logrando que el contrario soltara una carcajada y negara con una sonrisa.

—Te avergüenzas de que yo diga la palabra sexo pero tu andas todo afónico y marcado, la doble moral. —burló, pero aclaró su garganta con una sonrisa—. Bueno, resulta que aún tengo a alguien de la familia de mi lado... la abuela dice que está dispuesta a apoyar nuestro pequeño emprendimiento y aparte, pues, me ha adelantado un poco mi herencia de su parte y me ha dejado su casa... quiere que me mude con ella.

—Oh... —exclamó Xiaojun viendo a su mejor amigo— ¿Tan de repente? Digo... no es problema que estés aquí, nos gusta tenerte aquí.

—Lo sé, JunJun, pero mi abuela cree y la verdad me doy la razón de qué tal vez estoy siendo un poco metido... —burló, jugando con los dedos largos y delgados del contrario, su anillo de matrimonio brillando con orgullo en su mano— Los esposo Liu se acaban de casar, no quiero se un mal tercio... necesitan su espacio y conmigo aquí no lo están teniendo, tengo que irme.

—¿Por qué suenas como si te despidieras para siempre? —murmuró Xiaojun, sintiéndose pequeño y con un puchero en sus labios, Hendery lo vio un momento en silencio, si él no hubiera seguido a su estúpido corazón estas podrían ser sus mañanas.

Sosteniendo la mano de Xiaojun, su mejor amigo y alma gemela, conversando cada día del trabajo, tomando una bebida caliente por las mañanas y aceptando cada uno de los pequeños besos de Xiaojun durante el día... pero ya todo estaba hecho... y aunque quisiera decir qué tal vez él pudo hacer a su amigo más feliz, sabía que no su corazón ni él de Xiaojun latían por el otro como con Yangyang...

—Obvio no me voy para siempre estúpido. —burló, soltando su mano y negando entre risas— Vas a necesitar más que una herencia para separarme de ti, te lo dije, voy a joderte por siempre... además, trabajamos juntos, así que seguiré estando metido aquí, esta es nuestra oficina, bobo, solo no me podrás dar mis besitos para dormir. —burló, levantando los labios hacia él que se sonrojó furiosamente— Ah no, si a mí no es al que le dan besitos, no, no... ese es Yanggie, oh mi lindo Yanggie.

—Ya cállete idiota. —bufó avergonzado Xiaojun, golpeando su frente antes de levantarse de la silla, al parecer la noticia había logrado que dejara de pensar en Yangyang—. ¿Cuándo te irás?

—Hoy. —exclamó, tomando en último trago de su café frío y amargo—. Ya sabes cómo es la abuela Wong, esta vieja... tengo que ir y plantar mi culo en su casa para que luego no lo olvide. —burló y observó por un momento más el comedor— Te voy a extrañar un poco, incluso al tarado de Yangyang.

—No le digas así. —exclamó el mayor, haciendo rodar sus ojos y Hendery río, levantándose para abrazarlo por la espalda y besar su hombro con afecto.

—Ayúdame a empacar, Jun, a la abuela le gustará verte... mañana hablaré con tu hombre, no quisiera estresarlo más por hoy.

Empacar las cosas de Hendery había sido rápido, solo llevaba dos maletas de ropa consigo y nada más, lo que había podido tomar de Tailandia en poco tiempo, así que solo tuvieron que meter toda la ropa —excepto un hoodie que Xiaojun exigió como suyo— y manejaron cada quien en su auto a la casa de la abuela Wong.

Decir que ella no estaba encantada de ver a Xiaojun sería poco, se pasó el tiempo halagando lo hermoso que se había puesto y lo bella que era la alianza en su dedo.

—Oh, si mi bebé no hubiera sido un tonto nunca hubiera dejado que una belleza como tú se le fuera de las manos. —exclamó, juntando sus manos arrugadas y sonrojado las mejillas de los dos.

—Abue, dije que basta con eso. —pidió Hendery, negando mientras se dejaba caer en el sofá al lado de Xiaojun—. Además, nuestro Jun está felizmente casado... Yangyang es... alguien bueno para él, te prometo que lo hace muy feliz. —ante las palabras Xiaojun se giró con una amplia sonrisa hacia su amigo, que le devolvió una más cálida.

—Más le vale. —refunfuñó la mujer, tronando sus labios— Mi Junnie se merece mucha felicidad... deberías venir un día con tu esposo, solo he escuchado hablar de él pero yo diré si es encantador o no.

—Está bien, abuela Wong, vendremos en fin de semana a almorzar. —asintió Xiaojun apretando la mano de la mujer frente a él.

Xiaojun hubiera querido que Hendery nunca se fuera, menos cuando sentía que Yangyang parecía evitarlo o necesitar más su espacio solo... si lo pensaba así, tal vez Hendery había tenido un poco de razón en su decisión de irse... así que volver a casa solo fue un poco triste, el auto de su esposo no estaba afuera a pesar de que eran ya las nueve de la noche, él no tenía mucha hambre así que solo se hizo un té y se lo bebió en soledad sentado en su silla del comedor.

Se recostó en el sofá aún con un sentimiento de tristeza en su corazón, curioso como todo cambiaba en un par de días, después de tener una casa llena de sonrisas y felicidad, ahora se encontraba cubriéndose con una manta en un sofá pequeño con todas las luces apagadas completamente solo.

—Extraño a Hendery... extraño a Yanggie... quiero mis besitos... —murmuró, cerrando sus ojos con cansancio.

Matrimonio arreglado | YangXiaoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora