Capitulo 10

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Ha pasado un mes, si un mes, un mes donde han vivido aventuras juntos, descubriendo mas cosas del otro, la seguridad de Joaquín aumento, su relación con Emilio va de lo mejor, y Diego, bueno de Diego no ha sabido nada desde aquella vez, eso le ponía un poco triste, lo defendió en su primer día de clases y desde ese momento Diego no se alejó de él, en algún momento llego a pensar que tenía un enamoramiento hacia él, pero sería totalmente loco que alguien como Diego se fijara en él.

Por primera vez Joaquín se sentía seguro con las decisiones que tomaba en su vida, había decidido presentarle a sus padres a Emilio, en este momento iban rumbo a casa de sus padres a pasar el fin de semana.

Tenia que admitirlo, Emilio estaba que se moría de nervios, nunca en su vida había conocido a los padres de la persona con la que estuviera saliendo, esto era mas serio, y es que con Joaquín todo era mejor.

—¿Y si no les caigo bien? — rompió el silencio.

—Ya te dije que no te preocupes por eso, les vas a agradar— dejo descansar su mano en la pierna de Emilio —Bueno llegamos— dijo mientras Emilio detenía el auto.

Ambos bajaron del auto con una pequeña maleta, la casa era grande, la parte de enfrente tenia un gran jardín, el cual supuso que la madre de Joaquín se la pasaba cuidando, una vez al estar enfrente de la puerta de Joaquín toco el timbre.

—Te van a adorar— sostuvo su mano.

En ese momento la puerta fue abierta.

—Cariño— abrazo a Joaquín — que bueno que ya estás en casa.

—Mamá, te presento a Emilio

.

—Un gusto conocerla señora Bondoni— le dio la mano.

—No me digas señora, dime Eli— lo abrazo, Joaquín le guiño el ojo a Emilio —pero pasen, les he preparado una comida, tu padre esta en su despacho y tus hermanas en su cuarto, Uberto, niñas bajen ya— grito.

—Tu madre es agradable— le susurro, dejando un beso en su mejilla, escucharon que alguien se aclaro la garganta, era el padre de Joaquín.

—Bienvenido Joaco— lo abrazo —y tu debes de ser Emilio

—Emilio Osorio— le tendió su mano —un gusto conocerlo señor Bondoni

—El gusto es mío muchacho, Joaquín dejen sus cosas en tu habitación para que bajen a comer

Ambos subieron a la habitación y se encontraron con las hermanas de Joaquín en el camino.

—Tu familia es agradable— se recostó en la cama —aunque tu padre da un poco de miedo

—Así es el— se recostó a un lado de Emilio —pero luego estará riendo contigo mientras beben cervezas— se abrazo al cuerpo de Emilio.

—Así que esta era tu habitación— dijo mientras observaba, tenia algunos posters de bandas, varios discos en una repisa junto algunos comics.

—Si, sigue igual que cuando me fui a estudiar— observo también la habitación.

—¿Ese eres tú? — sostuvo una foto de Joaquín cuando era pequeño.

—Si, puedes quedarte si quieres— le dio un beso —bajemos a comer antes que mi madre venga a buscarnos

La comida fue de lo mejor, la familia de Joaquín era maravillosa, le recordaba un poco a la que el tuvo, el como Joaquín peleaba con sus hermanas como el con su hermana Romina, el amor que Joaquín les tenia a sus padres y ellos a él, se podía notar, al terminar la comida se sentaron en la sala a platicar.

—Y dime Emilio ¿en que trabajas? — cuestiono Uberto.

—En el ejército, aunque ahorita estoy tomando un descanso

—¿Y que intenciones tienes con mi hijo? No quiero verlo sufrir

—Papá— regaño Joaquín.

—Las mejores intenciones Señor— tomo la mano de Joaquín.

—Uberto deja a Emilio, ahora es de la familia y debes tratarlo bien— dijo Elizabeth mientras entraba a la sala con unas tazas de café.

—Gracias por considerarme parte de su familia— sonrió.

—Y hablando de familia ¿Cómo es la tuya Emilio? — Joaquín noto como Emilio apretó un poco su mano, su rostro y olor cambiaron.

—Mamá— lo interrumpió.

—Mi familia murió hace unos años— dijo serio.

—Oh Emilio lo lamento tanto, disculpa por preguntar— dijo apenada.

—No se preocupe, usted no tenia idea— apretó la mano de Joaquín— Joaquín es mi familia ahora

—Y aquí nos tienes a nosotros Emilio— sonrió.

La tarde paso más rápido de lo que pensaban, se encontraban en la vieja habitación de Joaquín.

—Emilio ¿sigues despierto? — murmuró, como respuesta lo acurruco en su pecho.

—Puedo sentir que algo te incomoda Joaco— dijo con los ojos cerrados.

—Fue lo que dijiste de que yo soy tu familia— hablo bajito.

—Es lo que eres Joaco— ahora lo estaba mirando a los ojos— eres mi omega— beso su frente.

—Quiero pasar mi próximo celo contigo alfa— los ojos de Emilio se obscurecieron.


























Jiji, holi

Dulce Omega | Emiliaco |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora