Capitulo 17

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2 meses habían pasado desde que se enteró que estaba en estado, tendría un cachorro, de él y de Emilio, el resultado del amor que se tenían.

3 meses de que no veía a Emilio, lo último que supo fue que él y Ethan se fueron a una misión, la última de Emilio, después de eso se retiraría, tendría que volver a verlo, tenían que aclarar las cosas, ya no eran solo ellos dos, ahora una nueva vida dependía de ellos.

En estos momentos se encontraba en la cafetería bebiendo una malteada de fresa y unos wafles con chocolate

— ¿Ya te tomaste tus medicamentos? — interrumpió Niko su delicioso desayuno

—Aun no— bebe de su malteada mientras Niko deja varios medicamentos enfrente de el

—Una por una— le dio un vaso de agua

— ¿Qué haríamos sin el tío Niko? – sonrió

—Tío padrino— corrigió

— ¿Quién te...— se quedó callado, sintió una presión en su pecho

— ¿Qué sucede? ¿Joaco? — se acercó, analizando su mirada— ¿Todo bien con el cachorro?

—Es— llevo su mano hacia donde se encontraba su corazón— Emilio...

— ¿Qué? –pregunto desconcertado al escuchar el nombre del rizado

—Emilio, algo está mal— se abrazó a sí mismo— me duele







Mientras tanto Emilio

Había vuelto, no quería hacerlo, pero no tenía nada más que hacer, ¿Qué tendría de malo una última misión?, por los viejos tiempos, después volvería, hablaría con Joaquín y arreglaría las cosas.

Salió con su grupo, entre ellos estaba Ethan, todos iban riendo durante el camino, armaron el campamento en un área, estaban dispuestos a dormir hasta que todo cambio, el suelo retumbaba.

Desperté, no tenía idea de cuánto tiempo había pasado ¿Horas? ¿Días?, estaba en medio de la nada, sentía un dolor, no tenía idea de que parte de mi cuerpo se trataba, sentía mis ojos pesados, a mi mente vino Joaquín, sus bellos ojos, su cabello, su sonrisa, su nariz, su rara forma de dormir, sus ronquidos mientras dormían, su deliciosa forma de cocinar, su escandalosa risa, todo me gustaba, fui un tonto al pensar jugar con él, lo había lastimado, aún tenía en mi mente su mirada, llena de dolor.


¿Dónde estaba mi grupo? ¿Ethan?


La lagrimas salían de mis ojos, tenía que ver a Joaquín, aunque fuera por última vez, quería sentir su cuerpo junto al mío, embriagarme con su aroma, despertar toda mi vida a su lado, tener una familia... Sentí un dolor en mi pecho al pensar en Joaquín con el vientre abultado, un cachorro, quería muchos, mientras fuera con él, quería todo, pero ya no tendría nada de eso.

Era el final, le causaría otro dolor cuando la marca se marchitará.

Lo único bueno es que volvería a ver a mi familia.

Y tal vez Joaquín encontraría a alguien mejor que yo, eso dolió, solo de pensar en Joaquín con otro, dolía, que egoísta era, pero no quería a nadie más a su lado.





¿Dónde estaba? Esta no era mi habitación, vi a Niko a un lado mío

— ¿Qué sucedió? — hable despacio

—Joaquín, que bueno que despertaste— se levantó de su silla— iré a buscar al doctor

Salió dejándome solo, ¿Estaba en el hospital? ¿Mi cachorro?, lleve mis manos a mi vientre, estaba un poco abultado, suspire al saber que aún estaba conmigo, ¿Qué había sucedido? Recordé el dolor, Emilio, algo estaba mal, Niko regreso acompañado del doctor que llevaba mi embarazo.

—Qué bueno que despertaste Joaquín, sufriste un pequeño desmayo, nada grave

— ¿Esta bien? –quería confirmar que estuviera bien

—Se encuentra bien, ¿Qué te parece Joaquín si lo vemos?

—Si— su rostro se ilumino, deseaba tanto verlo

Unos minutos después el doctor se encontraba poniendo gel en el vientre de Joaquín, mientras pasaba un pequeño aparato esparciendo el gel, una mancha apareció y segundos después el sonido de su corazón se escuchó en toda la habitación, era su cachorro, lloro de alegría.

—Para los tres meses que tienes él está en perfectas condiciones— seguía con la vista en la pantalla

— ¿Él? ¿Es niño? –el doctor asintió

Mas lagrimas salieron, tendría un niño, el doctor le entrego una pequeña fotografía, mientras le indicaba que lo daría de alta y le recetaría algunas vitaminas más.

En ese momento un rubio entro a la habitación de Joaquín, sorprendiéndolo por completo, le alegraba verlo después de tanto tiempo.

Dulce Omega | Emiliaco |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora