Dulce Omega | Emiliaco |

Capitulo 8

Podía ver su tristeza en sus ojos, lentamente me acerqué a la mesa donde se encontraba.

—Emilio— hable lentamente mirándolo a los ojos.

—Joaquín ¿Podemos hablar? — asentí, alejándonos un poco, al estar solos se hizo un gran silencio.

—No se que sucedió, si te hice sentir incomodo, si fui muy rápido te pido disculpas no quiero que pienses mal de mí, no quiero que pienses que solo te quiero para tener sexo, eres mas que eso, quiero algo verdadero contigo— sostuvo mi mano entre las suyas— estoy enamorado perdidamente de ti Joaquín, eres mi omega lo supe desde el primer día que te vi, quiero casarme contigo, quiero que luzcas mi marca, quiero que lleves mis cachorros en tu vientre, quiero una vida contigo, en cada vida que tenga te quiero a ti.

—Emilio, también estoy enamorado de ti, nunca he experimentado algo como lo que siento por ti, yo también quiero una vida contigo— solté lagrimas — pero mi inseguridad me gano y las palabras de Diego- — lo interrumpió.

—¿Diego? ¿Qué te dijo? — se alertó al saber que la inseguridad del omega fuera causada por el platinado.

—No importa ya Emilio— prefería evitar el tema, pero al contrario Emilio quería saber que había sucedido.

—¿Fue aquella vez que te encontré triste en la cafetería? — asentí.

—Me dijo que...— jugué con mis dedos — solo estabas jugando conmigo y que lo mas seguro es que solo querías follarme y me dejarías— tenía la mirada en el suelo.

—Mírame bonito— sostuvo mi rostro con sus manos — te amo y lo que menos quiero es jugar contigo.

—También te amo— beso mis labios castamente, para después regresar a la mesa.

Los amigos de Emilio son muy agradables, Ethan y Eduardo, uno omega y el otro alfa, Ethan es tímido, pero entrando en confianza nadie lo puede parar y Eduardo al contrario es un parlanchín muy chistoso, al igual que Niko, así que los dos se llevaron bien a la primera.

—Que bueno que Emilio encontrara a alguien como tu Joaquín— dijo un poco ebrio Eduardo — así ya no volverá a ir- — Ethan lo interrumpió al darse cuenta de lo que iba a decir.

—Si, Joaquín me alegro que Emilio te tenga a ti — sonrió — es un poco bruto así que tenle paciencia.

Se separaron las horas entre risas, hasta que llegó la hora de despedirse.

—Emilio— susurro Ethan — Eduardo estuvo a punto de mencionar lo de tu trato con Smith, ¿Joaquín sabe eso? — negó — Emilio debes contárselo no sabes si se lo tomara mal, acaban de tener un pequeño problema por la inseguridad de Joaquín, si se llega a enterar de ese trato pensara que lo estas utilizando y no es así ¿verdad?

—Mierda Ethan, odio que tiendas razón siempre, y si al principio pensé utilizarlo, pero no pude, mi alfa lo reclamo como suyo al igual que yo.