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Mi nombre es María Rodríguez, acabo de cumplir mi mayoría de edad, vivo en un pequeño pueblo del norte de la isla de Gran Canaria. Si, soy canaria. Me estoy despertando para ir a clase y como cada mañana mi madre me enciende la luz y me llama para que me vaya despertando porque si no llego tarde. Pero no sé qué me pasa que siempre me quedo unos minutos más en la cama.

Me levanto y lo primero que hago es mirarme en el espejo, madre mía tengo la cara hinchada de dormir, la trenza que me había hecho anoche está toda desecha, mis ojos llenos de legañas, no estaba muy atractiva digamos. Después de estar minutos mi horrible aspecto mañanero fui al baño para hacer mis necesidades y lavarme la cara. En el trayecto al baño me encontré con mi madre.

     - Buenos días mamá - le dije a mi mi madre acercándome a ella para abrazarla.

     - Buenos días cariño, ¿Que tal dormiste? - me preguntó.

     - Bien, aunque se me hizo poco - le contesté cuando estaba llegando al baño.

      - Normal, acostándote tan tarde viendo series en Netflix luego te cuesta levantarte - me contesto mi querida madre.
 

   - Ya, pero es que la serie que estoy viendo me tiene muy enganchada, me es difícil dejar de verla cuando cada final de capítulo me dejan con la intriga de que va a pasar - le conteste, mientras salía del baño después de hacerme lavado la cara.

     - ¿ Y como se llama esa serie? - me pregunto mi madre con interes.

     - Se llama SEX EDUCATION, es una de adolescentes con problemas sexuales, está muy buena, te ríes mucho - le conteste con entusiasmo porque hablar de lo que más le gusta a una persona te llena de alegría y de satisfacción o por lo menos en mi cazo.

Mi madre me miró con cara de pillina pero no me dijo nada y yo decide que ya era hora para vestirme para ir al instituto. Mire mi horario de clase y vi que hoy no me tocaba Educación física por lo cual opte por unos vaqueros, una camisa negra, una sudadera tambien negra y mis air for blancas. Me hubiera gustado vestirme toda de negro pero de seguro mi madre me iba a decir que si me iba a funeral, pero eso en verdad me da igual, la realidad es que no tenía mi vaquero negro limpio.

En lo que vuelvo a salir de mi habitación con mi mochila al hombro para ir a la cocina para ver qué me llevó para comer me encuentro en el pasillo a mi soñoriento padre y detras de él a mi perro Boby.

     - Buenos días viejito - le saludo amorosamente. Mientras que mi padre me abraza y solo llega a gesticular un "mmmmmh".

Como íbamos en la misma dirección fuimos juntos, en la cocina aún se encontraba mi madre y cuando se vieron mis padre se fundieron en una apasionado y baboso beso.

    - Por favor, delante mía no buagg - hable con cara de asco.

    - Cuando tengas a tu pareja ya no dirás lo mismo. - me contestó mi padre mofandose de mi cara.

    - Cuando tenga pareja no seré tan empalagosa - le conteste ( pero lo que no sabía es que e iba a contradecir de esas palabras ).

No tardamos mucho en salir de mi casa los tres juntos en el coche ya que mi padre empieza a trabajar a las siete de la mañana y mi madre a las nueve. En lo que mis padre oigan e la radio las noticias y el tiempo que iba hacer, mientras que yo estaba estudiando por última vez los apuntes de Historia ya que a primera hora de clase tenía un examen.

Noto que mi móvil vibra y se ilumina, lo miro y tengo un mensaje del grupo que Teno con mis dos amigos de clase.
 
  ~ Tatiii: Mariii tienes los apuntes del examen de historia?
  ~ Yo: Si, tranquila que cuando llegue te los doy, porque yo ya me lo sé, pero por si acaso siéntate al lado mio y te voy diciendo las respuestas.
  ~ Cris: Vale, Mari siéntate en el centro y en los lados nos sentamos nosotros porque yo tampoco estudie.

Niego con la cabeza mientras me rio al ver que mis dos amigos suspenderian si no fuera por mi. Cuando me doy cuenta ya hemos llegado al trabajo de mi padre y me despido de él, ahora es mi madre la que conduce y vamos de camino al instituto.



NOTA DE AUTORA:

Espero que os halla gustado el primer capítulo de esta historia, espero que tengáis tanta ilusión de la evolución como yo de escribirla. Os quiero mucho y muchas gracias.

Un amor en el siglo XXI Donde viven las historias. Descúbrelo ahora