Indelible love

𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 3

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Eran alrededor de las
tres de la madrugada y los efectos del alcohol comenzaban hacer efecto en Forsythe, sentía que su cabeza estaba a punto de explotar y la música solo lo empeoraba. Decidió salir al jardín a tomar aire, encontrándose con una Betty Cooper igual o peor que el.

—Cooper— la llamó mientras se sentaba junto a ella.

—Forsythe, sabías que eres muy guapo— dijo con una sonrisa.

—Tu también eres muy linda.

—Me siento mal— hizo un puchero —Quiero ir a dormir.

—Yo igual, vamos te llevó.

Ambos subieron al auto olvidándose de que habían venido junto a sus amigos.

—Vamos muuuuuy rápido— habló Betty, la carretera se encontraba vacía por lo que Forsythe aumentó la velocidad.

Se detuvo en un semáforo y la volteó a ver.

Betty lo miraba fijamente al igual que Forsythe y poco a poco se comenzaron a acercar hasta sentir la respiración del otro contra sus caras.

—Asi es mejor ¿No crees?— habló haciendo que sus labios tuvieran un pequeño roce.

Betty miró sus ojos verdes azulados y sin poder resistirse cortó la poca distancia que había entr ellos uniendo sus labios en un beso apasionado.

El beso empezaba a subir de tono, pero la bocina de un auto hizo que se sobresaltaran y separaran.

Ambos soltaron una risa y se sentaron bien en sus asientos y Forsythe siguió conduciendo, hasta llegar a Stonewall Prep.

Forsythe acompaño a Betty hasta su habitación —Buenas noches— se acercó a el y le dio un cortó beso en los labios.

—Buenas noches— se dio la vuelta y fue hasta el otro edificio donde se encontraban los dormitorios de los hombres.

«Mierda» pensó Forsythe al entrar a su cuarto y ver la otra cama vacía recordando a su amigo Dean y Verónica.

Salió de la habitación y cuando iba a mitad del pasillo se chocó con alguien. Era Dean.

—Que buen amigo, me olvidaste en la fiesta.

—Perdon, es que…

—Te fuiste con Betty, me debes una, tuve que inventar una excusa a Verónica.

—¿Que le dijiste?— preguntó mientras caminaban hacia cuarto.

—Que te sentías mal, por cierto Archie nos trajo.

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Betty entró a su habitación con una sonrisa estúpida y se tiró en la cama sin siquiera cambiarse.

Unas horas después fue despertada por alguien que tocaba agresivamente su puerta.

—¿Que quieres Arch?— el pelirrojo se encontraba saltando de la alegría de otro lado.

—¿Que paso ayer, se besaron?

—¿De que hablas?— la rubia no era tonta, si, había estado borracha la noche anterior pero recordaba absolutamente todo, pero tenía un orgullo muy grande como para admitir que lo había besado.

—¡A Forsythe! Te desapareciste con el— la zarandeó.

—No me acuerdo— mintió y se llevó una mano a la cabeza.

—Por lo menos no terminaste en su habitación.

—¡Archivald Andrews no vuelvas a asumir una cosa así en tu inútil vida!

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Una situación similar ocurría en el dormitorio de Forsythe y Dean a excepción que esté si le había contado con lujo de detalle todo lo que había pasado esa noche anterior.

—Ni una palabra a Verónica— advirtió Forsythe.

—¿No tienes ni una pizca de arrepentimiento por haberla engañado?

—Estoy más que seguro que ella lo ha hecho más veces— Dean se impresionó ya que no mostraba tristeza o sentimiento alguno sabiendo que su novia lo engañaba.

—Para que sigues con ella, no hay amor entre ustedes.

—Somos una imagen Dean, tenemos que tener algo que aparentar, voy a ir casa a buscar el regalo de Verónica, vuelvo en la noche.

—¿Puedo ir contigo?

—No.

—Te conozco desde la primaria y nunca he ido a tu casa. ¿Cuando me piensas invitar?

—Nunca— respondió

—¿Qué, tienes miedo de que vea tu lujosa mansión?

—Pudrete.

Forsythe condujo hasta su hogar, estacionó el auto y entró. Sus padres se encontraban en el comedor.

—¡Hijo! Que bueno que viniste, ¿Te quedas a comer? —Hablo Gladys su madre.

—Lo siento madre, tengo prisa— Forsythe quería más que nada alguna de aquellas comidas caseras de su madre, pero no quería más problemas de los que ya tenía.

Fue a su habitacion y revolvió entre los cajones hasta encontrar una hermosa pulsera de plata, la tomó y guardo en su bolsillo

—Ya me voy, los veo después.

—Maneja con cuidado hijo— Le advirtió su padre.

—Lo haré, adiós.

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