𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 4

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Primer día de clases del último año algunos estudiantes como Verónica sentían nostalgia en un año todo terminaría, otros como Dean sentían alegría por fin dejarían de usar ese ridículo uniforme y serían libres, y otros como Forsythe estaban preocupados y presionados por su futuro.

—¿Ya estás listo?— preguntó Forsythe a Dean.

—Casi, solo me falta el saco pero no lo encuentro— dijo desesperado mientras miraba debajo de su cama.

—¡Lo encontré!— salió del baño con el saco en manos.

Dean lo tomó y se lo colocó.

—Llevamos dos días aquí y tu lado está hecho un asco.

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Ambos salieron del lado de los dormitorios y cruzaron la cancha que los dividía de las aulas, se dirigían hacia sus casilleros y a medio camino una pelinegra se acercó corriendo a ellos y envolvió sus brazos alrededor del cuello de Forsythe.

—Hola bomboncito— exclamó Verónica con una voz chillona dejando un beso en la mejilla de Forsythe.

—Hola Ronnie— dijo con una mueca al mismo tiempo que Dean simulaba vomitar.

—Yo me voy, me dan diabetes y no de la buena— les aclaró para ir a su casillero.

—¿Dónde está mi regalito?

—Asi, ten— le entregó la pulsera.

—Forsythe, esto es plata

—Aja, ¿Que tiene?

—El año pasado me diste oro, ¿Por qué este no? —le reclamó, Forsythe solo pensaba en que momento su relación amorosa se convirtió en una material.

—A los australianos no les gusta mucho el oro— mintió, sabía que era una excusa muy estúpida pero Verónica a pesar de sur muy ingeniosa podía llegar a ser ilusa.

—Oh claro, lo olvidé.

—Si, bueno adiós, tengo que ir a mi casillero.

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Betty se encontraba sentada en el laboratorio junto a Archie el cuál se estaba quedando dormido mientras escuchaba al maestro hablar y hablar sobr porque existían los alienígenas. Cosa que no tenía nada que ver con el tema de la clase.

—¡Andrews!— regañó el maestro a Archie.

—¡Estoy despierto!— grito al mismo tiempo que se despertaba.

—Señor Jones, cambiele el lugar a su compañero.

Forsythe que se encontraba sentado al frente junto a Verónica cambio el lugar a Archie quedando junto a Betty.

—Hola preciosa— susurró en su oído haciendo que un escalofrío recorriera su cuerpo.

—No me llames asi— murmuró entre dientes.

—Sabes que te encanta.

—No. Aléjate de mi —respondio con seriedad Betty.

—Señor Jones, controle sus hormonas y alejese de la señorita Cooper— le habló el maestro a Forsythe.

Forsythe se mordió el labio y se alejo de ella. Al salir de la clase caminó hasta la siguiente junto a Dean.

—Como vas puberto.

—¿Te puedes callar?— dijo mientras entraban al otro salón.

—¿Qué? ¿Te dolió que la nueva se resista a tus encantos?

—Dean basta.

—Forsythe basta— lo arremedó.

—Jones y Leroy silencio o los mando con el director-— les alzó la voz el profesor.

—Lis viy i mindir cin il dirictir— se burlo.

—Leroy detención saliendo de clases.

Dean se recargó en su asiento y bufó mientras Forsythe se reía de el.

—¿Usted también quiere detención?

—No, no profesor siga con su clase.

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—Ese tal Jones ya te hecho el ojo— dijo Donna a Betty.

—¿Qué? Pues que siga, además no es de mi tipo.

—¿Cuál es tu tipo entonces? ¿Pelirrojos?— levantó una ceja.

—Archie es solo mi amigo, por dios, es normal tener amigos hombres.

—Eso decía yo de Brett.

—Esa es la diferencia yo no soy tú.

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Al terminar las clases Forsythe fue a su habitación para hacer sus tareas mientras que Luke se había quedado por la detención.

Forsythe estaba sentado en su escritura con los audífonos puestos, escuchó la puerta abrirse —Hasta que llegas inútil— dijo creyendo que era Dean.

—Hola guapo.

—Veronica, lo siento creí que eras Dean.

Verónica se sentó sobre el regazo de Forsythe y lo empezó a besar de una forma muy apasionante, pero este se separó

—No, Ronnie.

—¿Que pasa bombón?

—Simplemente no, ¿Okay?— por obvias razones no iba a admitir que era porque no podía dejar de pensar en aquella rubia.

—Desde el sábado estas actuando muy raro. ¿Hice algo mal?

«Que no hiciste mal, querrás decir» pensó Forsythe —Solo tengo mucha tarea.

—Bien, yo también, mejor me voy llendo.

—Si cariño— sonrió falsamente.

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Indelible loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora