¿Melón o Pepino? [+18]

Capitulo 31 (+18)

Nota: Cortito, si, lo sé, sorry... no me acordaba que había acortado este cap jajaja pero bueno, pronto tendrán el 32... ya casi llegamos....

Llegamos a su apartamento casi en un santiamén, nuestras ropas comenzaron a besar el suelo casi al mismo tiempo que entramos al departamento, ni siquiera me di a la tarea de analizar su departamento. Lo bese con fuerza mientras él tocaba por todo mi cuerpo abriendo el botón de mi pantalón, lo miraba con una sonrisa mientras bajaba mis pantalones sentado en el sillón y besaba mi pelvis. Cuando logró sacarme los pantalones me senté sobre él como una profesional y empecé a sacar su camisa lo más rápido que me permitía mi ansia por tenerlo.

Él trataba de no tocar mi rostro para no lastimarme, pero aun así al sacarme la playera que llevaba puesta me queje un poco –Podemos parar si quieres, no quiero lastimarte– me mataba cuando me hablaba en español mientras teníamos sexo, era como una dopamina...

Me reí juguetona y acerque mi cara a mis pechos –Quiero tenerte ahora pinche perro– dije con voz excitada mientras movia mis caderas, escuche su respiración pesada en mi pecho, me paré y me arrodille a desabrochar sus pantalones y sacarlos de una vez por todas, o eso esperaba él. Saque sus pantalones, pero también su bóxer dejando su miembro al descubierto.

–Oye... Un poco despacio ¿No crees? – dijo nervioso, sonreí para mí misma y relamí ahí abajo haciendo que su cara se fuera para atrás, comencé un trabajo que no quería hacer pero que ahora con todos los químicos que llevaba dentro no me importaba. Arriba y abajo estaba continuando con una sonrisa mientras lo miraba con inocencia. –Mierda... Nics–.

Después de estar un rato así, el señor se sacó rápidamente el pantalón y me arrastró hasta su habitación donde siguieron las caricias, pero esta vez yo lo tumbe a la cama, deslicé lentamente mis calzones por mis piernas haciendo que deseara lo que se venía, me di la vuelta y le dije –¿Puedes hacerlo por mí? – sin dudar se acercó a mí y lo desató, me di la vuelta hacia él, volviéndolo a tumbar en la cama, pero esta vez conmigo encima de él –Lo haré o no lo haré...– vacilé a propósito.

–Puta madre Nopalito, no puedo más... palpita– dijo con la mandíbula apretada, reí juguetona y lo rocé con la mía, finalmente la introduje y de mi salió un suspiro de alivio ¿A quién iba a engañar? Estaba igual de desesperada que él, pero a mí me gustaba hacer las cosas interesantes. Comencé a moverme como si de un baile se trataba, él puso una mano en uno de mis pechos y también comenzó a moverse, volvió a negar con la cabeza –Eres buena, pero te mostrare que no eres la única que mejoro– dijo parándose conmigo aun ahí, le dio la vuelta a la tortilla y ahí sentí su venganza al acostarme también con su hermano.

Agarraba las sabanas y puse una almohada en mi boca para evitar gritar más de lo necesario –Mierda, eres tan bueno– dije entre gemidos/gritos, la cama rechinaba mientras nuestros cuerpos estaban fornicando.

–¿Tan bueno como mi hermano? – Y... Soltó la buena, sonreí, pero no dije nada, lo besé en su lugar y seguimos en lo nuestro.

Me puse en cuatro para seguir disfrutando, puse unas almohadas apiladas en la cabecera para enterrar mi cabeza ahí y de una agarrarme fuerte. Las envestidas se vinieron fuertes después de la pregunta, y las nalgadas eran más fuertes, se molestó y lo sé, pero... si tenía una buena respuesta a su pregunta, pero me gustaba que fuera agresivo, le daba un toque distintivo...

Cuando acabamos empecé a vestirme, nos tomamos nuestro tiempo, ya eran las 8 de la noche. Comencé a vestirme –¿Te vas tan pronto? ¿No te gustó? – preguntó sin una pisca de dolor, pero si con mucha amargura –Y ni siquiera respondiste a la pregunta que te hice antes– me abroché el pantalón y me puse la playera antes de responder.

–¿Crees que si fueras malo hubiera buscado sexo contigo? Tente más confianza, eres bueno, no te compares con nadie– dije con una sonrisa de lado.