Me encontraba en su auto, me encontraba con él.
Era tan curioso porque nunca habíamos compartido tanto tiempo, solo el suficiente para darme cuenta de que de repente está enamorado de mí (lo cual ya es demasiado raro hasta para una novela de comedia) y eso me produce un malestar enorme. No soy la persona de la cual un chico fruta podría enamorarse así como así, entonces... Necesito saber cómo me ve él, que es lo que tengo que puede hacerle creer que está enamorado de mí porque ni en sus sueños podré tener cara de fruta ¿O sí?
–Melón... Digo, Dylan– dije al instante, estaba tan acostumbrada de llamarlos así en mis pensamientos que simplemente se me hizo fácil llamarlo así, el único que sabe bien porque lo llamo de esa manera es Pepino y le dio tanta curiosidad mi persona que tuvo la molestia de preguntar, lo cual no es desagradable en lo absoluto... Supongo que es por eso que me interesa ese chico.
–No... Puedes llamarme como quieras, después de lo que hice...– él no preguntó ¿En serio no tenía ni una pisca de curiosidad de porque lo llamo de aquella forma? Solo le interesa lo que me hizo... Bueno no puedo culparlo, le pego a una chica. Estoy siendo algo egoísta... creo que tengo que ser un poco compresiva con él, después de todo somos de mundos completamente distintos.
–Deja ya eso, dime ¿Quién soy? – le hice la pregunta más estúpida que pude haberle hecho a una persona fruta, el chico se quedó mirándome analizando lo que acababa de preguntar como si fuese un problema de matemática en donde tienes que justificar la respuesta.
–Pues.... Eres Nics... ¿Abades? Y pues.... Eres la nueva...– Y mi experimento social.... -No hecho por Yao Cabrera o Dalas- .... Surtió efecto para llegar a la conclusión de que este niño no sabía absolutamente nada de mí y era como si todavía fuéramos en preescolar, no conoces a la persona, solo te gusta por su físico y por su forma de actuar, pero no la conoces más allá de eso.
Me revolví en el lujoso coche en donde estaba sentada mientras resoplaba y analizaba la situación, el chico miraba más allá de mi preguntándose tal vez si era necesario que dijera más de lo que ya había dicho. Y digo yo... ¿Por qué era así? –No me conoces Dylan, no sabes mi verdadero nombre, no sabes mis gustos o disgustos, ni siquiera tienes la menor idea de porque te llamo Melón cada vez que te veo– el chico se levantó indignado, como si le hubiera hecho la ofensa más grande del planeta.
– ¿Para esto quisiste pasar el día conmigo? ¿Para decirme todo esto? He tratado de acercarme a ti por lo mismo, porque no te conozco, porque deseo saber más de ti... Y apuesto a que Alexander sí que sabe porque lo llamas Pepino o porque me llamas Melón...– agarró su mochila y salió del auto – Sal, no quiero hablar contigo, está claro que ya elegiste a alguien– dijo enseñando su cabeza por adentro de auto para hablarme.
–No elegí a nadie ¿Esta bien? Las cosas con Alexander se dieron de forma casual, ni uno de los dos planeamos que cosas como las que nos han sucedido nos pasaran– fue lo que dije mientras salía del auto.
–Yo tampoco planeé que mis sentimientos por ti florecieran pero... Me enferma que Alexander se lleve todo el crédito después de todo lo que ha rechazado... Es un estúpido– mi sangre fluyo como si fuera lava corriendo en vez de sangre.
– ¿Y ahora te vas a poner a chillar como niña en vez de luchar? – se estaba alejando mientras negaba con la cabeza –¡Te recuerdo que esto sigue siendo una pelea justa por una chica! – grite mientras todos los presentes que disfrutaban de su descanso nos miraban, algunos se burlaban del chico... Otros lo felicitaban aunque no entiendo porque si él era las de perder en esta "pelea" por mi...
...
La noche había caído y yo tenía que verme con la pandilla, según esto había una coartada que teníamos que hacer y que supuestamente yo era un punto clave para aquella misión. La verdad es que me interesaba un comino lo que hiciéramos con que pudiera distraerme de todo el lio amoroso en el que me había metido estaba perfecto.... O esos eran mis pensamientos antes de saber de que trataba la "Misión".
Llegué a la base donde nos reuníamos siempre, con lo que no contaba es que Pepino me esperaría afuera recargado en la pared, había olvidado que él estaba en la pandilla y que todavía debía de pasar por las pruebas que requerían para poder ser mi pareja, lo cual estaba demás en este asunto.
Estaba más que nada harta de que todo esto pasara con frecuencia cada vez que tenía un novio o algo así... Mi papá y mi tío se estaban luciendo con todo esto de Pepino y yo, si Pepino hubiese sido otro seguramente ya estuviera muerto o algo peor ¿Existía algo peor que la muerte? Sí.
–Esperaba que vinieras sexy para la ocasión pero me decepcionas de nuevo– dijo el pelinegro en cuanto me vio, rodé los ojos y pasé por delante de él sabiendo que me miraba el trasero. En realidad ni siquiera llevaba ropa de noche o alguna ropa sexy, llevaba unos pantalones aguados y una sudadera negra con letras sin significado.
–Y yo esperaba que vinieras más feo que de costumbre pero viniste incluso peor– dije soltando una carcajada imaginándome la cara que estaba poniendo justo en ese momento, seguí caminando hasta una esquina para finalmente llegar al callejón.
–Eres mala ¿Lo sabes? – sonreí mientras metía las manos a las bolsas de la sudadera, hacia frio así que Pepino me puso el gorro a lo que agradecí con una sonrisa. Los dos llegamos al punto de encuentro donde se encontraban los rapados y tatuados adentro hechos una bola, todos se giraron con los entrecejos fruncidos hacía nosotros. Alcé mis manos en señal de inocencia y Pepino me echó una mirada amargada.
–¿Qué? Son diez contra dos... Sabes que perderíamos– dije señalándolo con mi dedo índice, él lo tomó y lo apretó haciendo que soltará un grito pequeño entonces lo soltó y sonrió maliciosamente para él mientras formulaba con los labios "Me lo debías" entonces camino hacía los demás mientras yo lo seguía con la cabeza gacha analizando mi dedo que se había puesto rojo –Maldito...– dije echándole babita a mi dedito.
Me acerque a la bola de zánganos que estaban delante de mi y me coloqué delante de una maqueta que todos estaban tapando con sus cuerpos, era una maqueta bien diseñada y estructurada de una Joyería bastante importante a la cual siempre recurría mi madre cuando tenía una alfombra roja o algún otro evento... esos que no veía a menos de que me diera algo a cambio. No se equivoquen, si amo a mi mamá – ¿Quejeso? – Pregunte metiéndome un Sugus a la boca, sino saben que es un Sugus básicamente es un chicloso y si no saben que eso pues se joden y lo buscan en google. (Si sale, yo lo confirme :v)
Todos me miraron un tanto confundidos con la pregunta que acababa de hacer y rodé los ojos: Hombres – ¿Es ahí donde vamos a robar ahora? – Pepino asintió en mi dirección y yo asentí hacía él en forma de agradecimiento –¿Y qué? ¿Dónde queda o qué? – dije haciendo un ademán con la palma de la mano derecha como si estuviera pidiendo pan en dirección a la maqueta en blanco que estaba viendo delante de mí.
–Es una de las Joyerías de mis padres Nics– dijo entre un suspiro Pepino, me giré a verlo como el exorcista, si bien era cierto que yo sabía que su familia tenía bastante dinero nunca me imaginé que su familia fuera dueña de todas las Joyerías Albir de la ciudad ¿Cómo pude ser tan tonta? Su apellido estaba por cada rincón y hasta en los periódicos cada vez que había una gala.... ¡Hasta en los anuncios de perfumes aparecían!
– ¡Eres hijo de los Albir! – Dije volviendo a señalar con mi dedo índice a Pepino mientras todos los demás rodaban los ojos – ¿Qué? Sabía cómo se llamaba pero no me imagine que.... Tu familia fuera dueña de todas esas Joyerías... Ahora sé a lo que se refería Melón cuando dijo que desaprovechaste la oportunidad, aunque yo no debería de hablar mucho del tema porque...– sentí una mano en mi boca haciendo que dejara de balbucear y entonces sentí el pecho de Pepino en mi cabeza mientras que vibraba por el sonido de su voz gruesa. Mis manos empezaron a sudar por los nervios de tenerlo tan cerca a pesar de haberlo besado ya dos veces...
–Entonces.... ¿Qué es lo que tenemos que hacer? – dijo a los demás que dejaron de mirar su mano en mi boca y lo miraron a él haciendo una mueca.
–Esto no le va a gustar a tu padre Nics pero.... Tendrán que fingir ser pareja y Alex tendrá que tratar de congeniar con su familia de nuevo– dijo Josué con una mueca pero con cierta malicia ya que no soportaba el hecho de que Pepino se acercara a mí.
Me retorcí en el agarre de Pepino pero éste místicamente se hizo más fuerte que yo y lo único que salió de su boca fue un – ¿Qué...?–.
Nota:
Nos vemos en la proxima actualización. Gracias por leer bye!!!
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¿Melón o Pepino? [+18]
Teen FictionNics es una joven rebelde de 17 años que no quiere asistir a la escuela, pero necesita el certificado de estudio para poder ser empleada. Ella entra a una escuela para ricos (obligada, por cierto) con un solo propósito: Terminar sus estudios para ob...