Capitulo 3

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–Haber primita, ¿Tiene algo de malo que te tratemos como princesa?... Cierto... Nunca has sido una...– si me hubiese molestado ese fresa comentario ya tendría mi sexy pie en sus asquerosas fresas, pero como no me gustan las fresas (Las falsas, no las reales)... Responderé de manera calmada... Muy a lo yo alegre.

–Y como nunca he sido una, sugiero que saques tu culo fresa de mi patio antes de que haga ensalada de fresa con él, supongo que a las chicas aún les gusta la fruta entera ¿No crees primito? – dije con una sonrisa amenazadora, él se fue haciendo para atrás antes de entrar a rastras a la limo como cachorro asustado.

Tome el casco negro y me lo puse, revisé en la mochila y en efecto, mi celular y las llaves de esta cosa estaban dentro ¿Cómo es que puedo desconfiar de mi propia madre? Pues fácil, si es que tenemos un parecido es seguro de que ella me haga una jugada como las que yo.

Monté la motocicleta y arranque echándole tierra con pasto a las flores de Mamá, esa era mi venganza por haber dejado que esta fruta me acompañe hasta la escuela, supongo que solo lo hizo porque sabría que trataría de saltarme la escuela mientras tuviera oportunidad, y tenía razón. Ahora no tenía escapatoria, en cuanto me saliera del camino la fruta marcaría a Mamá chillándole que me he desviado del camino señalado. Genial...

Llegamos al mismo edificio de antes, donde hablamos con uno de los protagonistas de La Momia y donde pasaría el resto de mis días rascándome el ombligo. En cuanto estacione la motocicleta en el único espacio disponible que encontré uno lo hizo al lado, era un auto de último modelo (Parecidos a los de Papá) pero en color rosa que casi me dejo ciega temporalmente.

– ¿Quién eres tú? Bueno no importa, quita de mi lugar esa carcacha si deseas seguir siendo visible– Oh dios, dime que no dijo eso...

Decidí que no valía la pena hacer explotar la escuela tan pronto y mejor pase de ellas. La rubia oxigenada se paró en frente de mi mirándome como si yo fuera un pequeño bicho a sus pies... ¡Ha! Pobre estúpida...

– ¡Oye! ¿Estás sorda? – me hice para atrás y miré la hora en mi reloj... Tenía menos de 5 minutos para entrar a clase, no tenía tiempo que perder con esta Barbie.

–Déjame en paz... Necesito ir a clase– hice mi mejor esfuerzo por ser educada pero juro que si dejaba salir una sola palabra más de su falsa boca iba a reventar los botox que traía dentro, echando a perder el trabajo de un doctor "Profesional".

Golpeé su hombro ligeramente escuchando como dejaba salir un pequeño quejido, sonreí victoriosa hasta que uno de sus chillidos hizo que me detuviera en seco haciendo que eso fuera más leña para mi fuego hambriento.

– ¡¿Qué no sabes quién soy?! – me giré y miré a la distancia a mi primo Cole con sus ridículos risos golpeando su rostro, ni siquiera se molestaba en quitarlos de ahí solo por el simple hecho de que estaba realmente embobado con la situación que estaba montando la plástica en medio del estacionamiento.

– ¡No! ¡Y no me interesa! ¡Así que ya te puedes ir mucho al carajo! – dije dándome la vuelta notando como casi toda la población estudiantil nos miraba como si yo hubiera cometido un delito con pena de muerte.

Escuché como unos tacones sonaban por la acera y cuando me giré ya era demasiado tarde...

Me había dado una bofetada...

–Oh linda... No debiste hacer eso...– dije mirándola con furia en mis ojos, la iba a pagar y caro, tendrá que rehacerse las operaciones después de esto. Alcé mi puño hacia su máscara cuando de repente todo sucedió a cámara lenta, un chico se atravesó entre nosotras recibiendo el puñetazo por ella –Así que las frutas se defienden entre ellas...–.

¿Melón o Pepino?  [+18]Where stories live. Discover now