Una más en la familia Original.

Veneno

Klaus estaba en el sofá dormido pero sudando. Dunya revisaba grimorios junto a la mesa. Maya se acercó al sofá y permaneció de pie observando a Klaus. Elijah salió de su habitación justo después de Maya.

-¿Qué has averiguado Dunya?- dijo Elijah acercándose al sofá.
-Es algo muy raro. Este veneno de lobo no es normal. Es como si lo hubieran modficado para que fuera mucho más letal. Incluso Klaus, que es un híbrido, no puede curarse. Un vampiro normal podría morir al instante con un mordisco así.
-¿Le matará?- preguntó el hermano mientras Maya abría los ojos preocupada.
-No lo creo.- Maya respiró.- Aunque tampoco creo que se cure. Podría estar agonizando para la eternidad.
-¿Y qué hacemos?- intervino Maya.
-Si ellos han creado este veneno tendrán la cura. Pero no os la van a dar.
-Iré a hablar con ellos.- dijo Elijah calmado.
-¿Qué?- exclamó Maya.- No te la van a dar sin nada a cambio. No van a querer curar a Klaus después de que matarais a muchos de sus lobos.
-Pues averiguaré qué quieren a cambio.

Elijah cogió las llaves de su coche que estaban encima de una pequeña mesa y se dirigió hacia la puerta. Maya fue hacia él preparada para decirle algo.

-Tú no vas a venir, Maya.- le dijo Elijah que ya le había visto las intenciones y se acercó para obligarla- Vete a ver a tu madre y déjame esto a mí. No te preocupes por Niklaus, saldrá de esta. Siempre lo hace.
-No hacía falta que me obligaras, Elijah. Iré a ver a mi madre. Pero llámame con lo que pase, ¿vale?
-De acuerdo.- suspiró.- ¡Bruno!
-¿Sí?- Bruno apareció en el salón.
-Lleva a Maya a ver a su madre y asegúrate de que le pregunta sobre su embarazo. Y que no haga nada extraño.
-Por supuesto, Elijah. No se volverá a escapar.- Bruno ni miró a Maya.

Elijah echó un último vistazo a Maya y salió por la puerta.