Una más en la familia Original.

Discusión

Elijah cerró la puerta tras entrar. Una vez dentro observé la habitación, era la habitación de Elijah. No había entrado nunca durante el tiempo que llevaba en la casa. Era una habitación señorial y antigua, al igual que Elijah, con una amplia cama de finas y caras telas.
Me senté en una silla junto a Elijah mientras él se quitaba los zapatos llenos de barro. Había ido en traje a enfrentarse a los lobos, ni en esas circunstancias perdía la elegancia.

-Estoy muy decepcionado contigo.- dijo sin mirar a Maya a la vez que dejaba la americana encima de su cama.
-Lo siento. Solo quería ayudar.
-Este mundo no es para ti.- dijo alzando la voz pero sin mirarla.- Eres mi responsabilidad y en cuanto se arregle todo vas a irte de aquí y olvidarte de todo.
-Pero yo no quiero olvidarme de nada.- se puso de pie.
-Pero tienes que hacerlo, ¿no lo entiendes?.- ahora Elijah se giró para mirarla a los ojos.- Este mundo es horrible para ti y para gente como tú. ¿No ves cómo está Klaus? Es el ser más poderoso que existe.- se giró de nuevo dándole la espalda y comenzó a desabotonarse la camisa.- Imagínate lo que te podría haber pasado a ti...

Maya se sentó de nuevo sin contestarle. Sabía que Elijah tenía razón pero ella no quería olvidarse de todo eso. Le llamaba tanto la atención ese mundo que se había olvidado del suyo por completo; de su familia, sus amigos y sus estudios.

-He estado investigando sobre tu caso.- se quitó la camisa quedando con el torso desnudo. Maya apartó la mirada intentando no mirar sus marcados músculos.- Ha pasado más veces. Y puede ser porque tu madre haya bebido verbena durante el embarazo.
-¿Qué?- Maya se levantó de la silla sorprendida.- Pero eso es imposible. ¿Cómo iba a beber verbena? Y ¿por qué razón lo haría? Si hace 500 años que no hay vampiros en esta ciudad.
-¿Tu madre siempre ha vivido aquí?- Elijah se puso otra camisa limpia.
-Bueno mi madre vive en un pueblo cerca de aquí, nunca le ha gustado mucho la ciudad. Pero antes de tenerme a mí no lo sé...- Maya miró hacia abajo.- No hablamos mucho últimamente.
-Deberías hacerle una visita. Puede que tenga la respuesta.
-No puedo ir a verla y preguntarle por la verbena. Además... hace mucho que no la veo.
-La familia es importante.- Elijah acabó de vestirse.- Partirás hacia la casa de tu madre ahora mismo con Bruno. Cuanto antes resolvamos este tema mejor.
-¡No me puedo ir ahora! Tengo que estar con Klaus.
-Tú no puedes hacer nada para ayudarle. Lo mejor es que te vayas y hagas algo útil.- la contestación de Elijah ofendió a Maya que no se esperaba que él le hablara así.
-No tienes que ser tan duro conmigo... Aunque no pueda ayudarle quiero estar junto a él.
-Maya. Te voy a decir una cosa y espero no tener que volver a decírtelo.- Elijah posó su mano en el hombro de Maya y la miró a los ojos.- No te encariñes de mi hermano. Tienes un corazón noble y no deberías relacionarte con este mundo perverso. Niklaus está más tranquilo desde que nació Hope pero no deja de ser un monstruo, al igual que yo. Hemos matado a tantas personas que es imposible contarlas. No somos buenos para ti. Te alejarás de todo en cuanto sea posible.

Elijah tenía razón en lo que decía, él se sentía como un monstruo. Sabía que lo era. En el fondo no quería que Maya desapareciera, se había acostumbrado a su presencia en la casa. Tal vez estaba siendo tan duro con ella porque no podía soportar que se estuviera encariñando con su hermano, cuando él estaba haciendo todo lo posible por tratarla bien y cuidarla. Durante años su hermano le había arrebatado a las mujeres que amaba, y puede que se estuviera volviendo a repetir la historia...

-Estoy harta.- Maya apartó su mano.- Estoy harta de que me digáis lo mismo todo el rato. Ya soy mayorcita para decidir lo que hacer y si algo es bueno o malo para mí. No me importa a cuantos inocentes hayáis matado a lo largo de vuestra vida, no os puedo odiar. No puedo temeros cuando conmigo os habéis portado bien y me habéis ayudado.- Maya se dirigió a la puerta para salir.- Dejad de decirme lo que tengo que sentir.