Capítulo 27

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Mientras tanto, en el departamento de los Césaire

Alya se paseaba de un lado a otro en su habitación, seguía en shock después de todo lo que Adrien les había dicho, Lila mintió, ¡Todo lo que le dijo fue mentira!

– De verdad que estoy ciega – se derrumbó en su cama viendo su teléfono. Elimino todas las publicaciones que había hecho de Lila y había puesto un enorme informe pidiendo disculpas a sus seguidores ¿Y qué recibió? Críticas negativas, cientos y cientos de críticas negativas, había arruinado todo por no hacerle caso a... a Marinette.

Corrió hacia el bote de basura de su habitación y le dio vuelta, salieron trozos de papel arrugados y empezó a buscar entre ellos hasta que lo encontró, la fotografía que ella y Marinette se habían tomado en el cumpleaños de la ojiazul.

Alya se apoyó contra la pared y empezó a golpear su cabeza contra esta. Marinette, ella siempre tuvo razón sobre todo y ella no le creyó, aun cuando fue ella quien le organizo una verdadera entrevista con Ladybug, aun cuando ella siempre se ofreció para cuidar de sus hermanitas cuando ella quería ir a una cita con Nino, Marinette siempre fue sincera con ella aun si esa sinceridad la lastimaba.

– Jamás me va a perdonar esto... jamás – dejo la fotografía a un lado de su cama y se secó las lágrimas. Perdió a su mejor amiga por una falsa, que bajo había caído.

– Alya, tu amiga Lila está aquí – la llamo su hermana Nora. Corrió hacia la sala para encontrarse con Lila sentada en su sofá llorando. Apenas la vio, Lila se levantó corriendo hacia ella.

– ¡Oh Alya! ¡No sabes lo que Adrien me! – Antes de que pudiera acercarse a ella Alya la golpeo en la nariz tirándola al suelo – Alya

– ¡Nada! Tú, ¡Mentirosa! – Lila se puso pálida al escucharla – ¡¿Cómo pudiste?! ¡¿Te das cuenta de todo lo que hiciste?! ¡Perdí a mi mejor amiga por TÚ culpa!

– Pe-pero Alya – ella la jalo por el brazo y la arrastro hacia la puerta principal

– ¡No Lila! ¡Lárgate de mí casa! ¡No quiero volver a verte jamás! – Sin decir más le cerró la puerta en la cara y se aseguró de ponerle el seguro para que Lila no hiciera el intento de entrar. Alya se derrumbó contra la puerta llorando de frustración.

– ¿Alya? – Levanto la mirada topándose con Nora – ¿Qué fue todo eso?

– Cometí un terrible error Nora – contesto, su hermana la levanto y la llevo hasta el sofá, Alya comenzó a contarle todo lo que había estado pasando en la escuela, sobre Lila y Marinette.

Nora decidió no decir nada mientras su hermana explicaba todo, estaba tan frustrada con Alya, ahora tenía sentido que Marinette no viniera a su casa y que en cambio llegara esa italiana, que no le caía para nada bien, era muy extraño. Alya siempre había sido muy inteligente pero ahora veía que podía llegar a más tonta que ella misma.

– Lila nos engañó a todos, perdimos a Marinette por su culpa.

– No Alya, no solo fue culpa de Lila, también de ustedes – la de lentes agacho la mirada escuchando el fuerte regaño que le daba su hermana, sabía que se lo merecía por haber sido tan ignorante, Nora duro lo que parecieron ser horas regañándola y diciéndole todo lo que había hecho mal, como había perdido a una buena amiga, el daño que había hecho a su futura reputación como periodista y que si por ella fuese, la sacaría de inmediato de Dupont y la metería a un internado para ver si aprendía a ver dos veces antes de saltar.

Al final Nora la castigo, tuvo que entregarle su teléfono y computadora para que no hiciera nada de lo que arrepentirse, y también le había prohibido verse con Nino al enterarse de que salía con él cuando se suponía que debía cuidar de las gemelas. Dos meses, ese era el tiempo de su castigo, Nora solo le daría un teléfono viejo para que se comunicara con ella o con sus padres en caso de una emergencia pero solo para eso.

Miraculous Ladybug: Un Nuevo InicioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora