Capítulo 20

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Unos días después Kagami estaba más que lista para ver a su padre, solo porque su novia la había convencido, Marinette la había acompañado durante todo el trayecto hacia el hogar de su padre y cuando llego normalizo su respiración antes de tocar la puerta, esperaron un par de minutos hasta que esta se abrió, Kagami trago en seco cuando vio a su padre, era exactamente como lo recordaba, excepto porque la mayor parte de su cabello estaba empezando a tornarse gris, Kagami y Kun se miraron por un momento antes de que ella se lanzara a los brazos de su padre.

– ¡Papá! – El la levanto del suelo abrazándola desbordando de felicidad, Marinette suspiro con alegría al ver el reencuentro, después de varios minutos padre e hija pudieron separarse ligeramente, Kun acuno el rostro de su amada hija en sus manos y empezó a llenarlo de besos sacándole carcajadas a esta – te extrañe mucho papá

– Yo te extrañe más mi pequeña princesa – Marinette solo podía sonreír viendo a su novia, en ese momento su novia había vuelto a ser una niña pequeña, Kun volteo hacia ella y sonrió – vaya, nos volvemos a ver jovencita

– Un gusto volver a verlo Sr. Kun – Marinette hizo un leve reverencia y luego le sonrió, Kagami los miro confundida.

– ¿Ustedes ya se conocían?

– Hace unos días me tope con tu padre en la calle mi amor, no sabía quién era hasta le conté sobre lo que había pasado contigo y fue como unir las piezas del rompecabezas – Kun asintió y le extendió su brazo a Marinette para que se uniera al abrazo, la azabache se acerco a él dejándose abrazar.

Los tres entraron al departamento, Kun y Kagami empezaron a contarse todo, ella le hablaba sobre sus gustos, las cosas que hacía y Kun simplemente escuchaba totalmente encantado, Marinette estuvo en todo momento junto a su novia tomando su mano demostrándole su apoyo, podría no demostrarlo pero Kagami estaba muriéndose por los nervios.

– Entonces ¿Si te convertiste en una esgrimista? – Kagami asintió ante la pregunta de Kun.

– Si, es el destino familiar según el abuelo

– No dudo que el haya dicho eso, ¿Aun sigues tocando el violín? – Kagami asintió con una sonrisa, Kun se levanto y fue hacia un enorme armario que había en la sala, lo abrió y de este saco un estuche de violín rojo – te lo quería dar cuando en tu sexto cumpleaños pero, con lo que paso no pude dártelo y arriesgarme a que tu abuelo te lo quitara, pero ahora todo es diferente.

– ¿Papá? – Kun se sentó en el sofá frente ella y saco su teléfono empezando a grabar, le dio el estuche a su hija y le asintió para que lo abriera, Kagami apenas pudo contener la emoción cuando vio lo que había en el interior del estuche, era un hermoso violín de color rojo con un degradado a negro y dragones tallados a los costados y por la parte de atrás había un inmenso dragón dorado – papá esta increíble – dijo mientras lo sacaba del estuche y tomaba el arco, cuando lo vio se dio cuenta de que la estructura de madera de este asemejaba la forma de un dragón, tenía una de las puntas con la forma de la cabeza de un dragón y la otra era la cola.

– Pruébalo cariño – dijo mientras tomaba el estuche, Kagami posiciono el violín bajo su mentón y, una vez ajusto las cuerdas, empezó a tocar una de sus canciones favoritas, bueno era su canción favorita porque la había creado para Marinette, al darse cuenta de esto la euroasiática se sonrojo hasta las orejas, cuando Kagami termino de tocar no dudo en besar a su novia y luego frotar sus narices provocando la risa de esta.

– ¿Tío Kun? – Las chicas se giraron hacia la voz y vieron a una pequeña de unos cuatro años mirándolas, su cabello de un color parecido al caramelo mientras que sus ojos eran de color verde y su piel era muy blanca, la pequeña las miraba confundida – tío Kun, ¿Qui quiénes son ellas?

Miraculous Ladybug: Un Nuevo InicioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora