🍒𝑀𝑦 𝑆𝑤𝑒𝑒𝑡 𝐶𝑎𝑛𝑑𝑦🍒 [VMIN]

🍭Snow🍭

TaeHyung se despertó de madrugada. Hacía frío y estaba oscuro; las sombras nacían por una fina línea de luz proveniente de la ventana. Había Luna llena.

Kim parpadeó algo atontado por la pereza y la pesadez de sus ojos, se sentía cansado, su cuerpo dolía y pesaba. Miró a un lado, ahí estaba JiMin dormido, tan adorable y cachetón como siempre. El menor sonrió, le parecía hermoso, acarició su rostro con suavidad y sacó la mano que éste había colocado sobre su brazo.

Las sábanas se sentían incómodas, desarmadas, parecían raspar, parecían ser filosas púas de seda.

Taehyung se incorporó con cuidado y caminó hacia el enorme ventanal que daba al balcón. ¡Si habrá vistas tan hermosa como esa! La ciudad resultaba preciosa, brillaba cual diamante y lastimaba cual espada.

Daegú era hermosa, pero dolía como el mismo infierno.

Hyung abrió la ventana y salió hacia el exterior, observó a su alrededor, el contraste de los edificios, la luz y la sombra, esa falsa fachada de belleza innata que ocultaba hasta los más oscuros secretos, en los más oscuros y desolados rincones.
El jóven se imaginaba a Daegú como una mujer tramposa, y era esa la definición más acertada.

Sus orbes se posicionaron sobre la bella Luna, dejándose acariciar por la luz azulada y fuerte, apreció cada relieve y cada grieta, de alguna manera trataba de dar sentido a esas manchas sobre la blanca y suave superficie.

La noche era refrescante, la brisa se sentía helada desde el balcón.
Kim acarició la baranda con una mano, sintió la suave textura y las grietas de la madera, observó sus dibujos y suspiró.

Hacía cinco años que sus padres habían muerto.

Así, uno tras otro, con tres meses de diferencia. A veces odiaba esa idea, sentía hasta rencor, ellos muriendo, ahora estarían juntos, mientras él debía seguir ahogándose en el dolor y la soledad.

— Ni siquiera me dieron hermanos. — reclamaba a la nada.

No es que se sintiera totalmente odioso a sus progenitores o fuera egoísta de su propio bienestar, pero es que su familia nunca había sido amable con él, y aún así, había estado hasta el final con ellos.

Luego tuvo que quedar regado en la calle, como cualquier desperdicio, como cualquier paquete en el suelo.

Ahí pasó el infierno del sobrevivir, trató de ser fuerte, pero era complicado, a veces hasta lloraba con tal de recibir un plato de comida.

En esos tiempos sus esperanzas eran inexistentes, no tenía fé, no tenía motivos. Además, ya se odiaba demasiado.

No culpaba a nadie de de desgracia, muchas menos a Park, él no era influyente en sus malas pasadas, él no tenia nada de culpa.

Admiró los vehículos que pasaban por la calle, él algún día había dormido allí, en el frío cemento de las veredas, desiertas de noche y colmadas de día.

Suspiró con pesadez, todo aquello había significado un trauma en su existencia, sabía que si no dejaba ir aquellos recuerdos, éstos acabarían comiedolo.

— Hyung. — Park se acercó a él y lo abrazó por la espalda, el menor sólo se dejó tomar. — ¿Qué haces aquí? ¿no puedes dormir?

Kim negó con la cabeza y se dió la vuelta para apretarlo y llorar. Tenía muchas ganas, le dolían los ojos, simplemente no podía seguir soportandolo.

— Mi niño — murmuró el mayor comenzando a acariciar su espalda. — Tranquilo, estoy aquí, siempre voy a estar, ¿okay?

TaeHyung se sostuvo de su novio sin dejar de vacilar, necesitaba hacerlo, agradecía que su Ji lo comprendiera y ayudara, se sentía acompañado y querido, como siempre él le había hecho sentir.

— Entiendo que aún es difícil, prometo que cuando acabe con la maestría volveremos a casa, y ahí tendremos más tiempo de estar juntos, ¿si?

Kim asintió para luego besarlo suavemente, Min jamás negaba una muestra de amor de su pequeño y correspondió con felicidad.

— Te amo JiMin.

— También te amo Hyung.

•🍭•

Park salió de la mano de su amado a recorrer la ciudad. Le gustaba mucho pasear así, aunque todos los vieran de manera extraña, ¡que va! a ellos no les importaba.
Esa mañana la nieve caía, danzaba en el ambiente, descendía con suavidad, se amontonaba, se esparcía por toda la calle, brillaba como las mismas estrellas en verano, era hermosa.

Kim recordó el frío que antes solía sentir cuando llegaba esta época, pero, ahora todo era distinto.

Park lo miraba como si fuera una divinidad la cual había cumplido con un milagro esperado, le gustaba mirarlo demasiado, un día creyó que podría ojearlo, pero, poco le importaba. Esa bella piel tostada resaltaba entre la blancura y la frialdad de ese tan esperado invierno. Kim parecía un trozo de sol en la tierra, un bello ángel pisando el suelo, tomando su mano y sonriéndole como si fuera la primera vez.

JiMin se sentía bendecido, honrado, agraciado. A veces creía no merecerlo, pero, tras tantos años de lejanía, ese era un sentimiento tan menor, el amor que se tenían iba más allá de todo lo dañino y doloroso, nada importaba más que ellos dos, nada más.

TaeHyung sonrió y tomó la mano de Park para besarla y acariciarla.

— Hoy te ves muy hermoso.

— Hoy te ves muy hermoso.

Hasta en sus halagos coincidían, sus palabras se mezclaban y separaban, eran imánes, se fusionaban antes de salir de sus bocas, ambos acababan cayendo inconscientemente en la supuesta coincidiencia de musitar lo mismo. Ésto era algo que pasaba tan seguido que resultaba espeluznante para algunos y gracioso para otros.

A la pareja le parecía una gracia enorme, hasta sus palabras eran gemelas, pensaban lo mismo al mismo tiempo, parecían una moneda con la misma cara de los dos lados, eran tan iguales y tan diferentes.

Sus manos siempre tan apretadas la una contra la otra, parecía que alguno de ellos iba a perderse si aflojaban la unión, pero, no eran nada de eso, el estar conectados de alguna manera les era tan vital como respirar, y realmente les encantaba estar así de pegados, les daba confianza y más amor, aún mucho más.

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¡Al fin! ¡depués de meses actualicé!

Disculpen mi retraso :(

Pero, bueno, estuve a full estos días :(

Perdon de nuevo, y gracias ❤🍭

L@s amo ❤