— Mhhh. — TaeHyung ya no lo soportaba, necesitaba llenarse la boca de ese delicioso sabor otra vez.
— ¡Taenie! — llamó Park, pero no obtuvo respuestas.
Con el corazón en la mano, el menor se escondió en la mesada y continuó llenando su boca con más y más golosinas.
Chocolates, paletitas, caramelos, mochis, pasteles, barras de cereal, pochoclos bañados, etc. Esa era su compañía en esos momentos de terror y adrenalina, porque tenía la boca llena de muchas cosas que JiMin le había prohibido comer.
¿Qué pasaba si lo castigaba por hacer eso? ¿y si se enojaba? No, no podía permitir eso.
Con la saliva cayendo por los costados de su boca, se concentró en masticar lo más rápido que podía esas bola de muchos caramelos que tenía en su abertura alimenticia.
— ¿A dónde te escondiste pequeño demonio? — con su tan típica impaciencia comenzó a revolver todo para encontrarlo.
Kim tragó sintiéndose aliviado y todo pegoteado. Suspirando profundamente y tratando de no hacer ruido comenzó a limpiar todas las migas y papeles.
— ¡AJÁ! — gritó el mayor haciendo sobresaltar al trigeño. — ¿Qué miércole estás haciendo?
— ¡Nada, nada, mianhae, mianhae! — y comenzó a ejecutar muchas reverencias.
— ¿Crees que no sé que te estabas comiendo todas las golosinas que te prohibí?
— Perdón, pero tenía muchas ganas de probar algo dulce. — los ojitos de Hyung brillaron por unas lágrimas que amenazaron con salir.
— Tienes veinticinco años pero aún pareces de cinco. — JiMin rió con una extraña expresión que alertó a Tae. — Ya, ya, ¿qué hacer ahora que te comiste todo?
— ¿No vas a pegarme?
— ¿Tengo cara de ser un golpeador?
— Mhhh... — el joven dudó unos segundos y luego negó con la cabeza.
— Muy bien, eres un chico sensato, aunque un tanto desobediente y eso no le gusta a JiMin.
— No se repetirá, lo prometo.
Park sonrió y se agachó para abrazarlo.
— Tonto, te había traído un pastel, pero supongo que ya haz pasado tu nivel de azúcar por día.
— Nunca se consume demasiado azúcar.
— ¿Me dirás a mí? Te conozco, de seguro no dejaste nada.
El menor hizo un leve puchero y se cruzó de brazos.
— ¿Ahora te pones caprichoso?, ¿Cómo te he malcriado así?
Park se levantó del suelo con su pequeño en brazos.
— Si me das un beso te perdono y te dejo comer más pastel.
TaeHyung abrió los ojos y sonrió asistiendo con la cabeza.
— Bueno, paga.
Entonces, el castaño tomó sus mejillas y depositó un suave besito en sus labios.
— ¿Listo?
— No, dame otro.
— Pero, dijiste uno, eso es trampa.
— Hazlo.
Kim repitió el acto sin rechistar.
— ¿Y ahora?
— Perfecto.
Así como lo sostenía, lo llevó hasta el comedor dónde lo sentó sobre la mesa.
— ¿Qué sabor quieres?
— Todos. — largó animado.
— Eu, ¡te vas a morir!
— No, porque mi sistema digestivo está adaptado.
Ji sonrió ante aquella ocurrencia, nadie toleraba tanta azúcar como su pequeño y dulce novio.
— Bien, ya está servido. — Park tomó asiento y golpeó sus piernas. — Ven con papi, bebé.
Taenie asintió con una sonrisa en los labios y tomó asiento.
— Abre la boca. — ordenó Min y el contrario obedeció; entonces éste metió una porción del delicioso pastel con ayuda de una cuchara en su cavidad bucal.
— ¡Mmm! — el menor se retorció entre las piernas de su novio, extasiado por ese dulzor y ese cosquilleo que tanto amaba sentir cuando comía un pastel de fresas.
— ¿Te gusta cariño?
— Si, me gusta mucho.
— Eres adorable. — confesó el mayor muerto de amor a la vez que lo seguía alimentado, pero con otros sabores del mismo postre.
— Me gusta ese de chocolate, sabe riquísimo.
— ¿Si, verdad? — y JiMin volvió a darle otra porción.
— ¿Me dás más JiJi?
— Lo siento mi cielo, pero ya haz comido suficiente.
— No, dame un poco más, ¡por favor Minie!
— No es no. No quiero que acabes con un coma diabético por mi irresponsabilidad.
— Bueno. — Hyung abrazó el cuello de su amado y beso sus mejillas.
— Hueles a chocolate y a flores.
— ¿En serio?
— Si. — Ji acarició su cintura y lo besó con cuidado. — Mi chocolate, mis flores, tu olor es mío y solo yo puedo sentirlo, porque si alguien más lo intenta, no vivirá para recordarlo.
— Está bien. — Taenie jugó con los oscuros cabellos del contrario y luego besó su mano. — Realmente no veo la diferencia...
— ¿Entre qué cariño?
— Entre tus mimos y el pastel.
— ¿Por qué?
— Porque ambos podrían darme un coma diabético por tu irresponsabilidad.
JiMin sonrió y entregó un largo y suave beso en sus labios. Esas palabras hicieron a su corazón sentirse cálido y tranquilo.
Afortunado, así se sentía, porque sabía que después de tantos años y tantas cosas dañinas para ambos, aún seguían juntos,y él aún tenía a su niño a su lado para seguir dándole amor, ese amor que lo llevaría a su propio coma diabético.
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Si, perdón, sé que es súper corto y sé que también me perdí por mucho tiempo.
Discúlpeme, pero no tenían inspiración y he estado con la escuela y todo ese bardo :(
La cosa es que me puse las pilas e intenté traerles algo bueno a mis amados pimpollos :'( ♡🦋
Gracias por leer y seguir mis relatos mediocres ♡
No saben lo que los adoro.
Besos enormes para ustedes 🤧.
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🍒𝑀𝑦 𝑆𝑤𝑒𝑒𝑡 𝐶𝑎𝑛𝑑𝑦🍒 [VMIN]
Romance✓Vmin. ✓ Amor asegurado :D 🍭 𝑃𝑒𝑞𝑢𝑒ñ𝑎𝑠 ℎ𝑖𝑠𝑡𝑜𝑟𝑖𝑎𝑠 𝑑𝑒 𝑒𝑠𝑡𝑒 ℎ𝑒𝑟𝑚𝑜𝑠𝑜 𝑠ℎ𝑖𝑝𝑝 🍭𝑃𝑢𝑒𝑑𝑒 𝑐𝑜𝑛𝑡𝑒𝑛𝑒𝑟 𝑙𝑒𝑛𝑔𝑢𝑎𝑗𝑒 𝑣𝑢𝑙𝑔𝑎𝑟 𝑜 𝑣𝑖𝑜𝑙𝑒𝑛𝑐𝑖𝑎 (𝑐𝑜𝑠𝑎 𝑞𝑢𝑒 𝑑𝑢𝑑𝑜 (^._.^)ノ☆) 🍭¿𝑄𝑢𝑖𝑧á𝑠 𝑐𝑜𝑛𝑡𝑒...