🍒𝑀𝑦 𝑆𝑤𝑒𝑒𝑡 𝐶𝑎𝑛𝑑𝑦🍒 [VMIN]

🍭Sweet Tears III🍭

Increíblemente el tiempo corre sin dar tregua, pasa tan rápido que no te has de dar cuenta cuando ya te estas callendo al abismo del fin.

Para Jimin, el tiempo pasó más que volando, cuando se sentó en la cama, recién despierto y observó el calendario como un reflejo extraño para poder ubicarse en el espacio tiempo, su corazón dió un latido que le hizo doler hasta el alma.

Pues ya habían pasado,increíblemente rápido,dos años que no veía a su amado Tae-Hyung.

Y no es que la hubiera abandonado.

Lo buscó, lo buscó sin detenerse, pero no, nunca lo hallaba, jamás pudo.

Cierto día fué hasta Daegú, llegó a la casa de los padres de Taehyung.

Golpeó un mínimo de cien veces.

Pero nadie salió.

A la décima vez que visitó aquella morada una señora desconocida lo atendió.

— Oh, los señores Kim, no, ellos ya no viven aquí.

— ¡¿Cómo?!

— Oh, cariño, los señores Kim fallecieron.

Park sintió como esas palabras atravesaron su corazón llenándolo de dolor.

— ¡¿Y su hijo?! — preguntó entonces con desespero.

— Ah, el joven Tae-Hyung, desde que murieron sus padres él desapareció por completo,así como si la tierra se lo hubiese tragado y ya no he vuelto a verlo otra vez.

Ésa fué la última vez que Jimin fué a Daegú.

La última vez.

•🍭•

— Omma, tenga cuidado, y cuídese. — Tae abrazó fuertemente a su madre.

— Tranquilo cielo, es solo un viaje muy pequeño.

— Igualmente, tenga cuidado y salude a mi tía, dígale que la extraño.

— Éso haré.

Y la señora Kim salió de casa.

Hyung tubo un mal presentimiento, pero creyó que era parte de su nerviosismo.

El tiempo pasa tan rápido.

Las cosas que amamos vienen y van como la marea de un océano furioso.

Jamás pensó el destino que debería correr.

Lo único que supo el joven Kim al momento de recibir ése llamado unas horas después, era que su corazón están acabando de partirse.

— Padre...

— No lo digas Taehyung, ya se lo que sucedió.

— ¿Qué se supone que haremos ahora?

— Nada. No se puede hacer nada.

El señor Kim ya era un señor algo mayor, había perdido su trabajo, sus propiedades a causa de las deudas y ahora también había perdido a su amada esposa.

— Nada...

Así corrió todo, corrió y corrió.