El AMIGO de mi hermano

#6

-si-respondio mi hermano evitando la mirada de Koga.

-es que tu madre no sabe-grito exasperado, haciéndome saltar del susto.

-es tan humillante que no pude contarle-susurro Jaky mordiendo su labio.

-de que hablan-interrogue al ver lo afectado que estaba mi hermano.

-no importa-comento Jaky.

- ¡NO IMPORTA! -grito Koga-maldita sea Jakotsu, apenas llegue tu madre le dirás todo-exigió agarrando su brazo.

-no puedo Koga, mi madre se veía muy entusiasmada con ese tipo-replico Jaky.

-de que carajo hablan-hable con voz fuerte.

-bien entonces lo diré yo-siguió Koga sin hacerme caso.

-no puedes-Jaky se acercó tanto a él-me lo prometiste.

-púdrete Jakotsu-bufo Koga y salió de la casa.

-vaya, no sé qué rayo paso, pero ahora mismo me dirás todo-dije con las manos cruzadas a Jaky.

-no tengo nada que decir-Jaky subió las escaleras y escuche la puerta de su cuarto cerrarse de un golpe.

Genial, hombres, tener que lidiar con ellos, entre al cuarto, vi a Koga recostado de lado, su trasero era atrayente, le lance una sábana para llamar su atención y se giró de mal humor, podía ver su expresión de pocos amigos, me quede un tanto cohibida por su expresión, pero necesitaba saber a qué iba todo ese show.

- ¿qué paso? Dímelo-exigí mirándolo fijamente.

-apaga luz, necesito dormir-dijo girándose de nuevo.

-Koga-llame molesta e insegura por su actitud.

-te juro que si ese hijo de puta pretende lastimar de nuevo a Jakotsu, esta vez no me detendré-escuche su amenaza enmudecida.

Realmente podía percibir la ira en Koga, el ambiente tenso, no sabía que había sucedido, pero si, que el oji celeste estaba realmente enganchado con mi hermano, solo un hombre realmente enamorado podría jurar defender a su novio, vaya me jale con frustración el cabello, apague la luz y recosté, me sentía de nuevo deprimida, como podía mi hermano gay tener a un hombre que le quisiera tanto, y ¿Por qué yo no conseguía uno?

-buenos días-mi madre estaba en la cocina con una taza de café-no soy un marciano Kagome, no tienes que poner esa cara.

-perdón madre-tomé una taza-pero nunca te levantas tan temprano-me senté frente a ella.

-Jakotsu te ha dicho-no fue una pregunta sino una afirmación, moví la cabeza confirmando.

-pero madre habiendo tantos hombres-dije sin poderlo evitar, mi hermano se veía muy afectado ayer.

-pareciera que nunca te has enamorado Kagome-comento mi madre riendo-cuando una tiene mariposas en la panza, no es porque lo desee, más bien solo llega.

-no me molesta que tengas una relación-dije dejando mi taza en la mesa.

-no tendrías porque, soy mujer y mi cuerpo tiene necesidades.

-por dios madre-mencione incomoda.

-no seas una mojigata hija, la vida es una y si el cuerpo quiere porque negárselo-respondió Naomi.

-no quiero saber sobre tu vida sexual-comente parándome, hablar de sexo era extraño y más con mi madre.

-somos adultas-siguió- y está tremendo el Inu no-rio dejándome muy avergonzada.

-oh cállate-imaginar a mi madre con más acción que yo, definitivamente no era muy alegador.

- pero él quiere por detrás y me da miedo-me tape los oídos-NAOMI-chille-esa es demasiada información.

-pero me gustaría hacerlo, él dice que, con lubricante, ayudara-estaba imparable hablando de sexo.

-se me hace tarde-tome mi bolso y camine a la puerta.

-oye, teníamos una plática de chicas-grito enojada.

-tienes otra media hija-grite saliendo.

Me miré en el espejo del cuarto donde nos cambiábamos, en efecto, mis ojos estaban hinchados de tanto llorar, la noche anterior fue demasiado emocional y la cosa parecía empeorar, eso pensé al ver entrar a ese hombre de cabello plateado, a quien conocía demasiado bien, Inuyasha Taisho, el ex de mi hermano, su padre era un empresario que podía darse el lujo de vivir bien mientras otros se ocupaban de sus negocios, su hijo, ese oji dorado era quien lo representaba, cada temporada venía a pasar unas semanas, justo hace un año llego y fue cuando mi hermano quedo atraído por él, para su suerte resulto ser tan gay como él, pero termino así como empezó, sin explicación.

-vaya te ves fatal-fue lo primero que Ayame me dijo al verme en el restaurant.

-mira quien regreso-murmure.

-puedo ir si quieres-respondió babeando al verlo bueno.

-no creo que el viejo se ponga feliz cuando tu baba deje un reguero en el piso-mencione riendo-mete la lengua parece que lo vas a lamer en cualquier momento.

-no me importaría pasar mi lengua por su paquete, se ve enorme-ahí estaba de nuevo saliendo su esencia perversa, y vaya si la tenía grande, pero mi subconsciente grito que no igual que Koga.

-oh cállate-murmure odiándolo.

-disculpa-Ayame me miraba-no te escuche.

-nada-respondí y me alejé, su baba amenazaba peligrosamente.

-buenas tardes-le sonreí -ha decidido que pedir-pregunto.

-hey eres Kagome ¿no? La hermana menor de Jakotsu-hablo mirándome de pies a cabeza.

-si-conteste incomoda.

-vaya estas hermosa, apenas el año pasado parecías una niña y mírate ahora-sonrió coqueto.

Me quede mirándolo, no entendía su actitud, mucho menos como me había guiñado el ojo.

-eres gay ¿no? -comente con la ceja alzada.

- jajaja-se rio con gusto, atrayendo la mirada de varias personas-discúlpame nena, pero yo no como plátanos-contesto el peli plata agarrando mi mano-a mí me gustan las pepas.

-pero tú y mi hermano-dije sin entender.

- ¿Qué haces… perro? -la voz de Koga me hizo brincar y retirar mi mano.

-maldito lobo sarnoso, estas aquí-menciono Inuyasha con una mueca.

-Kagome las mesas no se van a atender solas-regaño Totosai y tuve que alejarme de ellos.

Los vi de reojo, hablaban de forma algo acalorada, pero sin levantar la voz, Inuyasha salió girando para regalarme un guiño, Koga se acercó mientras esperaba mi orden.

-no deberías dejar que se te acerque-dijo Koga molesto.

-deberías contarme que sucedió con mi hermano y él-conteste.

-no es mi asunto-respondió.

-bien-bufe alejándome con la comida en la bandeja.

Cuando desperté, lo primero que vi fue la cama vacía de Koga, era muy temprano, además domingo, me senté con las piernas abrazadas, vi la llave en la puerta, siempre la dejaba en el tocador, y como había prometido cada noche nos encerraba con llave para evitar que ese par despertara a toda la cuadra, me levante y fui al baño, solo contábamos con uno, me di un baño mañanero, necesitaba despabilarme, me sentía decaída, estaba tan distraída que olvide traerme la toalla, o ropa, resople, camine por el pasillo desnuda, mojada, total los demás aun dormían y él, yo que sé, abrí la puerta del cuarto y choque con un cuerpo, alce la mirada, vi sus ojos celestes abiertos.

Continuara...