#9

288 26 1
                                    

POV KOGA

Con un carajo la estaba besando, estaba disfrutando de poseer su boca de tal forma, juro que mi sangre hirvió cuando vi a Inuyasha intentar besarla, estaba por salir y quitárselo de encima, Kagome me tenía como un maldito idiota, esta mujer debería ser prohibida para mí, es la hermanita de Jakotsu, estaba jugando con fuego, dejándome llevar, importándome un rábano todo…

Estaba dispuesto a quitarle de su cabeza la idea tonta de dejarse tocar por Inuyasha, pensar en su cuerpo desnudo me ponía duro, maldición Koga se fuerte, en realidad quieres hacerle esto a Jakotsu, trate de detenerme pero sus manos estaban ya enrolladas en mi cuello, sus senos se apretaban a mi cuerpo, no pude evitar alzarla de su trasero obligándola a enrollar su piernas a mi cintura, sin dejarnos de besar, subimos hasta su habitación y la deje caer en la cama, la oscuridad nos envolvía, nos separamos para tomar aire.

-no quiero que Inuyasha te toque-dije para que le quede claro.

-es solo sexo ¿cierto? -pregunto.

-es lo que quieres ¿no? -respondí.

-exacto-contesto y pude ver sus ojos chocolates dudar-Jakotsu no debe saberlo-hablo con dificultad.

-eso lo tengo muy claro-conteste.

-solo una vez-comento quitándome la playera.

-una y ya-dije entre jadeos cuando su mano acaricio mi piel.

Su mano acaricio mi pectoral, sus manos suaves y calientes me estaban dejando la piel arder, su boca beso mi cuello, paso la lengua a lo largo, gruñí al sentir como mordía mi piel, carajo Kagome...

¿Cuánta experiencia tendría?

Me pregunte y de inmediatamente lo olvide, solo quería disfrutar de esta noche, tenerla en mis brazos, guardar este recuerdo eternamente porque meterse con una mujer no estaba en mis planes, nunca me ha afectado tanto alguna, hasta que la conocí a ella.

Su blusa termino en el piso, observe la piel expuesta, las yemas de mis dedos acariciaron su piel, acaricie sobre el encaje del sostén, haciendo que el pezón se elevara, me incline apoyándome de mis brazos para no dejarle mi peso, y mi boca succiono sobre la tela, quería hacerla mojar, ella se arqueo, lanzo un gemido que me gusto, bese hasta llegar a la pretina del pantalón y le retire la ropa, su tanga combinaba con el sostén verde, me quite el pants, quedando con bóxer, su mirada se clavó en mi paquete,  estaba orgullo de ello, lo tenía bastante bien proporcionado, grueso, grande, jale de sus tobillos hasta la orilla de la cama y ella me miraba expectante.

Abrí sus piernas y mi mano la sobo íntimamente, sonreí al sentir la humedad en la fina tela, ella suspiro ante mi contacto, con delicadeza baje la braga, su intimidad quedo expuesta para mí, mi cabeza se acomodó entre sus piernas, la lengua descendió para saborear, recorrió su contorno mientras ella gemía, después me introduje en ella, mi lengua áspera jugueteo con su interior, mi boca succiono creando espasmos en ella, sabía que estaba teniendo un orgasmo, me aparte para disfrutar de aquello, benditas mujeres, solo ellas pueden tener esas malditas expresiones sensuales, excitantes y elevar el ego de cualquiera, ver sus mejillas teñidas por el placer provocaban en mi múltiples sensaciones.

Me miraba jadeante, estaba lista, y yo desesperado, me quite el bóxer y vi sus ojos dilatarse de deseo, me acomode entre sus piernas, parecía nerviosa, me incline para besarla, quería que se relajara, que se sintiera cómoda, sus manos se enredaron en mi cabello, la deje disfrutar un rato mientras empujaba hacia su entrada, la sentí tensarse cuando parte de mi ingreso, me quede sin aire al sentir una barrera, nuestra mirada se encontró, era virgen…

El AMIGO de mi hermano Donde viven las historias. Descúbrelo ahora