El AMIGO de mi hermano

#33

-debes acabar con esto-Renkotsu miraba con molestia a Bankotsu.

-de que hablas-contesto Bankotsu dejando el café en la mesa.

-estas ocupando un lugar que no te pertenece, hasta hoy he estado al margen de ello, pero carajo Ban, el hijo que espera Kagome no es tuyo-exclamo Ren.

-lo sé-murmuro bajando la mirada.

-eres mi amigo Bankotsu y no quiero que salgas lastimado de nuevo-menciono Renkotsu.

-entonces insinúas que de nuevo ella lo elegirá a él-bufo Bankotsu.

-ellos se aman, no creo que Kagome pueda amarte, perdóname amigo, pero…

Bankotsu se levantó de golpe mirando con enojo a Renkotsu, apretó el vaso desechable con rabia y miro tras de su amigo, el oji celeste regresaba con Ayame, podía decirle toda la verdad, ser hombre y simplemente dejar aquello, pero… bajo la mirada… ¿Por qué? Amaba a Kagome, de verdad estaba muy enamorado, no quería, alejarse.

-díselo Bankotsu, tú no eres así-murmuro Renkotsu.

-el doctor la ha transferido a una habitación, gracias chicos por esto-menciono Ayame.

-lo mejor para Kagome-comento con una sonrisa Koga.

-pasa algo-Ayame miro a su novio y a Bankotsu, la tensión podía percibirse.

-Bankotsu…-menciono su nombre Renkotsu.

-Kagome va a tener a mi hijo, les guste o no-hablo Bankotsu alejándose de ellos.

-hermano-Renkotsu miro a Koga afectado.

-yo…-sonrío triste-debería dejarla con él, el imbécil de Bankotsu no es mal sujeto.

La pareja se miró sin decir nada, esta situación estaba volviéndose muy complicada, y ellos, aunque quisieran ayudar, eran conscientes de que la única que podía parar con ello era Kagome.

POV KAGOME

Abrí los ojos, encontrándome en un lugar extraño, pose la mirada en la persona que estaba recostada sobre la cama, pase la mano por su cabello azulado, recordé entonces a esa mujer y aparte la mano, me toque el vientre preocupada, unas lágrimas resbalaron.

-está bien, tranquila-sus brazos me rodearon con delicadeza.

-Ban… mi hijo-murmure temerosa.

-tranquila, la beba está bien, pero necesitas estar tranquila, además de unos días de reposo-mientras hablaba acariciaba mi cabello.

-gracias a dios-murmuro aferrándose a él.

-Kagome, te amo-el oji azul me miró, su mano acaricio mi rostro y sin pensarlo más se inclinó uniendo sus labios con los mios.

Enrede las manos en su cabello, deje que su lengua se introdujera traviesa, salvaje, podía sentir su ansiedad, sus manos aferrándose a mí, mi cuerpo reaccionaba ante su pasión, cerré los ojos dejando que mis sentimientos se mezclaran con los suyos, me sentía tan bien en sus brazos, sin embargo, llevo en mi vientre al hijo de Koga, me separe para respirar profundamente, mi mirada choco con los ojos azules de Ban, oculte mi rostro en su hombro, estaba segura que estaba enamorada de Bankotsu, pero ¿también también Koga?

-te ayudo-Ayame le tendió la mano para ayudarla a ir a cambiarse.

-estoy bien-comento Kagome-exageran.

-te queremos tonta y nos preocupamos por este pequeño-menciono tocando su vientre.

-bueno, me pondré la ropa y saldremos de aquí-comento la azabache.

-Kagome-su amiga la detuvo.

-pasa algo-la miro sin comprender su expresión.

-¿a quién vas a elegir? Debes dejar ir a uno, antes que terminen lastimados, además Koga debería saber la verdad.

-ahora no Ayame, no estoy lista para decidir-dijo Kagome bajando la cara.

-te quiero amiga y sé que esto es muy complicad, ve cámbiate.

Complicada son las fórmulas de química, física y trigonometría, complicado es armar el bendito cubo de Rubic, complicado es decidir porque la estúpida gallina cruzo la calle, complicado es decidir el postre a degustar, hay muchas cosas complicadas en la vida, pero puedo asegurar que esta situación es más que ello, elegir a uno es sentenciar al otro, ambos me miran con amor, ambos quieren estar para mí, y yo soy una maldita cobarde, egoísta, mala mujer, quien se aprovecha de su amor para tenerlos a mi lado, cuando soy consciente de que los lastimo.

-la almohada está bien-Bankotsu me sonreía mientras acomodaba en la cama.

-Kagome no olvides que no puedes levantarte, debes estar en cama-Koga hablo tras de él.

-esta mañana tenemos una reunión así que no puedo quedarme-menciono Ban preocupado-debi buscar a una persona.

-no te preocupes, puedo quedarme con ella-Koga lo miro algo triste.

-no creo que…

-Bankotsu, está bien, tranquilo, estaré bien-menciono Kagome con una sonrisa.

-bien, entonces me voy o Renkotsu me matara-comento no muy convencido, beso a Kagome en los labios y salió del lugar.

-voy por desayuno-dijo incomodo Koga.

-espera-Kagome lo detuvo-puedes darme un abrazo.

-Kagome, no creo que…-hablo con dificultad Koga.

-Koga, por favor-pidió.

Él, regreso lentamente, la miró antes de inclinarse y la abrazo, había pasado mucho desde la última vez que la tenía en sus brazos, sintió como su mundo se volvía a acomodar, se odiaba por no haber sido claro con ella desde el inicio, por dejarla creer que era gay, por no hablarle de sí mismo, por permitir que Jakotsu lo alejara de ella, odiaba al destino por poner a Bankotsu en su camino, por hacerlo ser el padre de aquel hijo que ella llevaba en su vientre.

-TE AMO KAGOME-murmuro aferrándose a su cuerpo.

-yo…-se inclinó y lo beso.

Bankotsu retrocedió en silencio, bajo la mirada, consternado manejo por las calles de la ciudad, a punto estuvo de chocar, se quedó mirando a la nada, en una calle solitaria, golpeo con fuerza el volante, ¿porqué de nuevo estaba en esta situación? ¿porque ella esperaba al hijo de Koga? ¿por qué no podía amarlo a él? No quería dejarla, de verdad la amaba… como nunca amo a Kikiu.

-Kagome, perdóname, debí esperarte, debí quedarme a tu lado, nunca debí irme sin verte, arruine todo-Koga hablaba afligido-y ahora estas esperando al hijo de Bankotsu, no tengo derecho de meterme entre ustedes, a menos que tú aun me ames… ¿lo haces? -pregunto mirándola con desesperación.

-yo… -bajo nerviosa la cara-yo…

-lo amas, te enamoraste de Bankotsu-dijo soltándola-lo veo en tus ojos-sonrió triste-llegue tarde-dicho esto se dio la vuelta y salió.

-estúpida, estúpida, estúpida-se inclinó llorando-yo amo a...

-debes elegir-la voz de Ayame retumbo en su cabeza.

-sé que me odias, pero de verdad te necesito-dijo por teléfono.

-iré por ti-contestaron del otro lado.

-gracias-colgó.

Me alejare de los dos para no lastimarlos más, debo pensar bien a quien elegir, ser honesta conmigo misma, y dejar que el corazón grite su nombre sin control.

Continuara…