Capítulo 1

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Capítulo 1: Los Creepingbeard

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Capítulo 1: Los Creepingbeard

Layla

Me duelen las mejillas de tanto sonreír. Me molestan los zapatos. El café me ha sentado mal y lucho con todas mis fuerzas para no ponerme a llorar ahí mismo, frente a mi madre y a sus invitados. La familia Creepingbeard. Los matriarcas conversan con Eva como si yo no estuviera aquí nada más que pintada en un cuadro, tratando todo como si fuesen negocios.

Los Creepingbeard pertenecen a la alta sociedad en Inglaterra. Se creen de la familia real. Consiguieron su fortuna gracias a varios negocios de éxito, entre los que destacan el diseño de joyas exclusivas. Es tan alto su precio que muy pocas personas pueden lucirlas.

Mi hermano creyó oportuno que sería interesante crear una colección exclusiva para eventos. Se puso en contacto con dos grandes empresas de diseño de zapatos y de joyas, pero como ninguna le devolvió la llamada tuvo que pasar al plan B. De esta colaboración nació una amistad "verdadera" entre esa familia y Eva y ese es el motivo de que hoy estén en nuestro salón. Bueno, no, en realidad están aquí por otro negocio.

No quiero escuchar lo que proponen. No me interesa. Solo me da más jaqueca de la que ya tengo. Todo este asunto ha hecho que lleve días, por no decir semanas, sin dormir, tampoco me apetece comer y he comenzado a consumir más alcohol de lo que se cree que es normal. Sé que no es la mejor forma de resolver los problemas, lo sé, pero para este no hay solución. Ni pidiendo ayuda a Dios podrá concederme un milagro.

Estoy perdida.

El matrimonio de procedencia inglesa hablan de cómo se conocieron y de cómo fue la pedida —no cuentan que su matrimonio era concertado, eso no quedaría bien en su idílica historia de amor—, explican algunas de las tradiciones de su familia, como la de acudir a misa todos los domingos o tener seis hijos.

Mi madre, la mujer más versátil del mundo, capaz de cambiar de opinión y pensamiento según las personas con las que se encuentra, los escucha emocionada y nostálgica al recordar a papá. Ella también sigue en la misma línea sentimental contándoles su historia de amor —yo de mayor también quiero vivir en su película — y termina aseguran lo feliz que le hace este acercamiento entre las dos familias.

Ambrose es el único hijo que ha venido con ellos. Supongo que no necesitan a nadie más para organizar lo que será el "evento del año". A diferencia de mí, él parece encantado con todo esto y lo demuestra aportando tantas ideas como se le ocurren para mejoras las de la wedding planner.

—La boda debe celebrarse en Londres—propone el padre mientras rebusca en una carpeta unos documentos —. Será en la Abadía de Westminster y el banquete se celebrará en nuestra mansión.

Deja fotografías tanto de la iglesia como del lugar donde viven, mostrándose orgulloso de su patrimonio. No es tan grande como la nuestra, aunque sí parece más antigua. Miro con escepticismo a mi madre, pero ella no parece darse cuenta.

Sin miedo al amor #2.5 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora