Capítulo 3.

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Capítulo 3. "Alemana."

Payton.

- ¿un invento para que los humanos crean en algo? -repite ella pero en pregunta.

- si, quizás que solo sea un invento -ella asiente.

- ¿entonces no crees en el cielo y en el infierno?

- jamás dije que no crea, quizás que si exista. Todos los que fueron al cielo, les ha parecido tan genial que fueron incapaz de volver -digo.

- o les obligaron a quedarse allí por siempre -dice y asiento. También era una posibilidad.

Quedamos en silencio, no era un silencio incómodo; sino que era un silencio cómodo mientras que observamos el cielo.

- mi papá decía que la astronomía era una ciencia tan difícil de estudiar.

- ¿por qué?

- siempre lo juzgaron, decían que estudiar astronomía era una perdida de tiempo ya que no ganabas demasiado dinero para mantener a una familia, ¿pero sabes que ocurrió? -...- el lo logró, fue, en sus tiempos, uno de los mejores astrónos alemanes.

¿Alemanes?

- ¿tu eres alemana? -pregunto confundido. Ella ríe.

- no, pero mi padre y mis familiares paternos si. Él se casó con una mujer canadiense, mi madre, y una noche loca en Las Vegas, por un descuido, me engendraron.

Suelto una risa.

- ¿no fuiste deseada? -río más.

- nadie fue deseado.

- a mí si me desearon.

- no -la iba a contradecir, pero habla primero- quizás si quisieron tener hijos pero no pueden decidir cuándo. Quizás que cuando tus padres 'lo hicieron' no pensaron en engendrarte pero luego se dieron cuenta.

- okey, ya es demasiada información.

Que asco era imaginar eso. Hago una mueca de asco y ella ríe.

- ¿entonces tú apellido sí es alemán, no? -la miro devuelta.

- si -asiento y volvemos a ver el cielo.

Noto como empieza a amanecer.

¿Que? ¿Estuvimos mucho tiempo aquí?

- ¿Que hora es? -me pregunta y revisó mi celular.

- las cuatro y media de la mañana -abro los ojos. Dos horas y media estuvimos aquí sentados, creí que tan solo pasó menos de una hora.

- oh mierda -ella se levanta y también me levanto.

- es demasiado tarde -digo.

- si, en tan solo cuatro horas entramos a clases -asiento- bueno emm nos vemos en la escuela.

- si -le sonrío pero ninguno de los dos se mueve- emm creo que es mejor que no me hables en la escuela.

Levanta una ceja- ¿tienes vergüenza que te miren conmigo? Igual, no me importa, no somos nada.

Sabía que estaba mintiendo, se le notaba en la mirada que le incomodó decir eso.

- no, no tengo vergüenza. Solo que en estos momentos no tendré muy buena reputación y no quiero que se metan conmigo por mi culpa -ella ríe.

- ¿te estás preocupando por mí? ¿Payton Moormeier, uno de los mejores jugadores de fútbol y más querido por las chicas, se está preocupando por mí? -se toca el pecho, dramáticamente- creo que voy a desmayarme.

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