Capítulo 23

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Capítulo 23. "Acantilado."

Payton.

- ¿por qué frenaste? -pregunto agitado.

- estamos por llegar -dice agitada.

- pero hubiéramos seguidos para llegar más rápido.

- pero no quiero llegar muy rápido.

- ¿por qué?

- aún no es hora.

- ¿como? ¿donde estamos? -le pregunto e intento mirarla pero no hay caso.

Tenía los ojos tapados con algo y Alex me hizo correr por no sé dónde, supuestamente porque había un perro pero yo no escuché que ladraban. Hace unos minutos me caí porque la muy inteligente me soltó y yo seguí caminando, haciendo que me choque con un poste  de luz.

- no te puedo decir -me dice y me agarra de la cintura para guiarme.

- ay! no me agarres de la cintura que me excito -bromeo y Alex comienza a reír.

- callate que ya estamos llegando -me dice y me choco con una roca grande, parece un escalón- hay un escalón frente a ti.

- jaja que chistosa, me lo dices cuándo ya me choqué -digo y ríe- ¿ya llegamos?

- si -me saca la tela que tapaba mis ojos y abro los ojos.

Estábamos en un acantilado.

- ¿por qué estamos en un acantilado? -la miro y sonríe.

- quiero cumplir el último sueño que me dijiste -dice y la beso tiernamente.

- gracias -le sonrío cuando me separo.

- no hay de qué. Yo también quiero tirarme -ríe un poco.

- pero no trajimos ropa.

- vine preparada -Alex se saca la mochila y la abre. Había ropa para ambos y comida.

- ohh, entonces tiremonos -sonrió.

- cámbiate -me da un short y una franela mía.

¿como lo consiguió?

- ¿como lo conseguiste?

- tengo contactos -dice y reímos. Camino hacia un árbol y me cambio detrás de él.

Cuando vuelvo veo que Alex ya estaba vestida, unos shorts un poco suelto y una franela.

- jamás te vi en shorts -admito mientras que la miraba.

- odio estar en shorts pero debo hacerlo para tirarme.

Río bajo- ¿lista? -ella asiente.

Nos tomamos la mano y saltamos a la vez, ambos soltamos un grito y Alex se tapa la nariz antes de entrar al agua.

Salgo a la superficie y minutos después Alex sonriendo.

- ¡fue grandioso! -dice sonriendo, emocionada.

- estuvo muy bueno -digo sonríendo.

Nos quedamos un rato en el agua hasta que salimos y vamos a comer. Eran las seis de la tarde y el Sol se estaba yendo.

Nos sentamos, yo apoyado en el árbol mirando el cielo.

- ¿por qué no hay nadie? -pregunto.

- no hay muchas personas por este lugar -dice y me mira.

Recién me doy cuenta de cómo está, su franela era de un color claro y ahora me di cuenta que no llevaba sujetador, esos dos puntos en su pecho se habían hecho presentes. Siento como el calor sube por todo mi cuerpo.

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