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Su oficina es realmente genial, no evito disfrutar de la vista a través del enorme ventanal.

—Sé que irás a Irlanda, así que cuando vuelvas comenzarás con algo que quiero —me veía con sus manos entrelazadas en su espalda.

Dimelo... —conteste con toda la confianza viéndo su rostro.

Enamorarás a Newt Scamander.

Silencio fue lo que prosiguió, durante unos instantes que se sintieron muy largos.

¿Qué? —pregunté con mi rostro reflejando confusión pura.

Lo que has escuchado —ahora comenzó a pasearse por la oficina.

Haber... ¿porqué esto tan repentino?

Él se ha interpuesto en mi camino, y Dumbledore...

No sigas. —lo detuve de hablar levantando mi mano —ya entendí todo... —guardé silencio unos segundos, sé que le molestó que lo interrumpiera —tu sabes que yo solo necesito pequeños indicios para armar todo un escenario en mi cabeza.

Lo sé —tomó asiento en su silla y ahora fui yo quien ya no podía continuar sentada y comencé a pasear entre estas cuatro paredes.

Grindelwald, no desvíes nuestro objetivo en niñerías —él me devolvió una mirada de amenaza —sé como eres, esto es solo celos.

¿Que insinuas? —dijo con un deje de rabia.

Que estas celoso por la admiración que Dumbledore tiene por él, habiendo sido tu el que ocupaba ese lugar con anterioridad.

No tientes a tu suerte Aria.— se comenzó a acercar a mi.

Grindelwald —no pude evitar soltar un suspiro lleno de pesar con mi paciencia agotándose cuando él ya estaba de pie frente a mi —Tengo gran fidelidad a ti, soy un acólito porque tengo fe en tus objetivos que harán el cambio que yo tanto deseo en este mundo... Pero sabes que no soy como ellos, tu y yo nos conocimos en circunstancias muy distintas, sé todo de ti, tu sabes todo de mi; y no tomes esto como una debilidad, tómalo como alguien que puede ayudarte a recordar y a no perderte. Eres de las pocas personas que me quedan en la vida —alcance a tomar su nuca y juntar su frente con la mía, notándose la enorme diferencia de estatura.

Por eso no pido esto a nadie más Aria.

Me aparté de él con fuerza —No dejas de ser un niño —dije con exasperación; soltar suspiros se ha vuelto mi especialidad en estos momentos, cansada me dirigí a la puerta y antes de salir —Lo haré, será después de volver de Irlanda. —ni siquiera voltee a verlo y cerré la puerta con fuerza.

Había recolectado toda la información que necesitaba, la dejé a cargo de Vinda, ella acompañaría a Grindelwald en esta parte crucial, y yo justo ahora voy camino a tomar un tren a Irlanda, tengo que hacer este viaje antes de que todo comience.

La estación estaba llena, era hora pico y solo se veía el aliento de las personas en el aire, típico de la temporada de invierno. La entrada al tren tampoco fue un chiste, estaba a reventar, hasta que encontré el número de mi cabina y cuando casi suelto un poco de aire por el alivio, este se quedó atravesado en mi garganta por la enorme impresión.

—Buenos días —trato de saludar amablemente con indiferencia para luego tomar asiento.

—Buenos días —dice más interesado en continuar escribiendo en unas notas que en ver al desconocido que entró a su cabina.

¿Es esto posible? Encontrarme con Newton Scamander antes de llegar a Irlanda no estaba en mis planes. EN ABSOLUTO.

Después de un rato el tren por fin arranca. Mientras voy viendo los paisajes siento que algo jaloneaba de mi bolso y me encuentro una de las cositas más tiernas del planeta que yo haya visto, un lindo escarbato bebé. Está tratando de quitar un broche brillante en este, no pude evitar tocarlo, le mostré mi pulsera y él solo vino a mis manos.

Estuve acariciando un rato, hasta que él me sacó de mi enternecido cerebro.

—Vaya, n-no me di cuenta que se había salido de la maleta, lo siento si la molesto —dice Newt con timidez.

—No se preocupe, es tan tierno —no pude evitar sonreírle de manera sincera, los animales tiernos sacan este lado de mi —hace mucho tiempo no veía uno tan pequeño. —se lo extendí.

—¿Le gustan los animales? —pregunta, aunque más por interés creo que fue por inercia.

—Si, mi abuela era Magizoologa, ella me enseñó a amarlos también.

—¿Y usted se dedica a lo mismo? —rayos, no pensé que tendríamos este tipo de conversación o al menos no ahora.

—Si... aunque hace poco comencé a ejercer mi profesión.

—Vaya, e-es excelente, yo estoy trabajando en un libro acerca de criaturas mágicas, fue mi investigación de diez años.

—¿De verdad? —eso yo ya lo sabía. Había investigado a Newt con anterioridad desde que me enteré que estaba bajo la lupa de Dumbledore.

—Si, incluso fui a Brasil.

—Eso es increíble, mi abuela siempre deseo ir a Brasil dicen que los animales ahí son inimaginables.

—L-lo son, lo son —respondió.

Durante todo el viaje platicamos de forma amena acerca de Criaturas Magicas de las cuales tengo mucho conocimiento. A pesar de saber cosas de él, las anécdotas de sus viajes son realmente entretenidas, y el entusiasmo que se refleja en su rostro cuando habla de ello es muy grato de ver.
Incluso su conocida tartamudez que se presentaba las pocas veces que tuve contacto con él como Alfred Winchester mientras estaba con Theseus casi no se presentó en nuestra conversación.
El viaje incluso fue corto, cuando ya habíamos llegado a la estación en la costa donde yo tenía que tomar un barco.

—Fue un p-placer señorita...?

—Abril Heinsbort —le extendí mi mano —y también fue un placer señor...?

—Newt Scamander —tomó mi mano y sonrió de manera tímida a mi dirección.

—Espero verlo de nuevo algún día señor Scamander y espero tambien ver su libro en las librerías, con gusto compraré uno.

—G-gracias, fue muy grata su compañía durante el viaje, que le vaya bien señorita Heinsbort. —Casi sentí que me dio calor, ¿en pleno invierno?. Le sonreí una última vez y di media vuelta, acomodé mi sombrero y tomé mi equipaje para ir al puerto ya que debía tomar un barco.

Pensaba dos cosas en este momento, pero estaba segura de una de ellas, Volvería a ver a Newt.

Almas Excepcionales  × Newt Scamander ×Donde viven las historias. Descúbrelo ahora