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Caminar por estas calles me da una sensación agradable, me recuerda a cuando era pequeña y mi mayor preocupación era no tropezarme con mis propios pies por mi torpeza.
Siempre fui más inteligente, desde muy pequeña mi cerebro fue avanzado, lastima que mi sistema motor no era igual, tropezaba caminando en una calle de lo más plana.

Entrar a esta mansión y verla totalmente vacía, me causa tristeza, porque no tendría que estar así.

—Bienvenida — miro a mi nana con ternura.

—Nana, es un gran gusto verla—la abrazo— ¿cómo se encuentra?

—De maravilla ahora que estas aquí.

Mi nana, la señora Robinson trabajaba con mis abuelos desde su juventud, ella cuidaba de mi desde que yo era pequeña y cuando mis abuelos no estaban. Pero desde que había comenzado a estudiar en Hogwarts era muy poco el tiempo que yo pasaba aquí y ahora que ellos no estan, mucho menos, incluso había vacaciones de Hogwarts en las que no volvía aquí. Así que decidí regalarle esta casa a ella, con la condición que me dejé una habitación a mi.

Después de unos días, en los que descanse, que estuve con mi nana, disfruté del frío que azota toda la ciudad y la evidencia de ésta en las colinas blancas a lo lejos.

—Ari no quiero ser descortés, pero enserio tengo una duda.—me preguntó mi nana mientras tomábamos el té en la sala.

—Digame nana.

—¿Que ha pasado estos años?—ella me veía con ternura, no podría mentirle a ella— hace ya cuatro años no he sabido de ti en lo absoluto hasta ahora.

—Nana, la historia es larga, también sabrás lo que me pasó en Francia y que yo y mis abuelos jamás te contamos, es hora de que sepas lo que pasó. Espero tengas té suficiente.

—No te preocupes, lo hay— movió su varita y la tetera comenzó a servirnos más té.

Aria McCann 1906, única nieta de la familia McCann. Un pequeña Familia altamente reconocida en Irlanda sangre pura y de alta influencia en el Ministerio Magico de Reino Unido, mi madre Clare McCann única hija de mis abuelos falleció al darme a luz y mi padre se largó tiempo despues de que mamá muriera. Mi abuelo me dió su apellido.

Mis abuelos maternos y mi nana me educaron, yo vivía muy feliz con ellos, me quisieron, me enseñaron las maravillas del mundo mágico, me enseñaron a ser fuerte también, todo lo que conllevaba ser una McCann.

Pero cuando yo estaba por cumplir 6 años mi "padre" apareció y suplicó a mis abuelos que yo fuera una temporada a vivir con él a Francia, mi abuelo se negaba pero el madito me llevó un día a la fuerza alejándome de mi única familia, y solo semanas después de llegar a Francia comenzó la maldita guerra, dudé que mis abuelos pudieran buscarme en estas condiciones tan hostiles en el mundo muggle.

Tristemente, estuve viviendo con mi "padre" durante varios años, lo odiaba, solo me gritaba, me decía que no valía nada y que solo había venido al mundo para matar a mi madre, que me había traído con él para quitarle dinero a mis abuelos; un dinero que nunca llegó a él ya que ni siquiera tuvo oportunidad de pedirlo y eso le generó más odio hacia mi, aunque era mutuo, jamás le mostré miedo a este sujeto, mi abuelo me enseñó a no mostrar indicios de miedo ante nadie. Traté de huir muchas veces pero el maldito cerraba todo con seguro, las ventanas y puertas con un hechizo sellador, una vez trate de salir por una ventana, él me encontró en el intento y fui castigada con un hechizo cruciatus.
Él desde temprano entraba a su oficina en el sótano y salía tarde en la noche. Mientras me quedaba en esa casa encontré un libro de hechizos en uno de sus baúles, los memorice todos, pasar encerrada en esa casa leyendo ese libro durante el día, escuchar la radio durante la noche y él ahogado en alcohol al salir de esa oficina fue la rutina durante cuanto años.

Los McCann han formado parte del Ministerio de Magia durante generaciones ya que los miembros varones de esta familia eran caracterizados por su gran inteligencia. Mi abuelo había sido el último varón y era un hombre brillante, a nuestros antepasados les decían adivinos ya que según ellos podían "ver el futuro" cuando en realidad eran lo suficientemente inteligentes para  desarrollar diferentes planes para un mismo objetivo y calcular un nivel de éxito como también anticipar los acontecimientos a partir de ciertas acciones; y yo nací con esa inteligencia a pesar de ser una mujer.

Anticipé lo que nos sucedería esa noche ya que estuve monitoreando lo que sucedía a través de la radio y a corde a sus movimientos sabia que vendrían los alemanes hacia nuestra dirección. Le grité a ese sujeto con desesperación para que saliéramos de casa, a cambio solo recibí un golpe en la cara y dos cruciatus ya que no me creyó, fui a mi habitación y esperé un rato a que se durmiera y a hurtadillas comence a buscar en su túnica sobre el perchero su varita para romper el encantamiento que me impedía salir, ya lo había aprendido de ese libro viejo que tenía. Salí de esa casa 10 minutos antes del ataque, ya a una distancia prudente solo pude oír los aviones acercándose, me quedé quieta ya que pasaron muy bajos.
Solo escuche los aviones cuando lanzaron misiles hacia los alrededores asumiendo que los aliados estaban cerca por el granero y la casa en medio de la llanura y el avión a diestra y siniestra comenzó a lanzar bombas cayendo una sobre la casa donde viví durante estos años. Al que fue mi padre no le dio oportunidad de salir y no podría importarme menos, ahí comprendí que su ignorancia los llevó a ese terrible destino. Con furia limpie mis lágrimas, estaba cansada de toda esta porquería.

Caminé durante dos días, moría de hambre, no podía traer comida de la nada con la varita que le robe a ese tipo, hasta que encontré una iglesia muggle donde con otros niños nos refugiaban, escondí la varita y nunca hice nada referente a mi magia, pero aún así los  los niños me temían y llamaban bruja, yo no hablaba con nadie pasaron meses y nunca dije una palabra...

Almas Excepcionales  × Newt Scamander ×Donde viven las historias. Descúbrelo ahora