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*Años después*

Narcissa iba a visitar a Severus en Hogwarts, necesitaba buscar más ayuda, no iba a poder sola y era consciente de eso.Narcissa estaba en la oficina de Snape, las cosas se habían complicado más de lo que podía imaginar. Narcisa, Narcissa a pesar de sus preocupaciones, mantenía a la perfección su máscara de tranquilidad, tantos años de práctica y severos entrenamientos no habían sido en vano.
Severus que esperaba su llegada, caminaba por los corredores de Hogwarts con mucha prisa, ya que le tocaba hacer guardia nocturna y pillar a algún desafortunado desprevenido. Solo le quedaba revisar la torre de astronomía y por fin, iría a su despacho a tener una charla con Narcissa.Su caminar era apresurado, hasta que un ruido lo hizo quedarse quieto. Caminó mucho más lento para sorprender a los niños que estaban ahí. Al llegar quedó mudo y estático en su lugar.
Por una décima de segundo pudo apreciar a una hermosa mujer que arrullaba a su ahijado Drago en su regazo y pudo entonces escuchar un hermoso canto que se desvaneció cuando él se asomó.La mujer desapareció en un destello que lo dejó deslumbrado. Draco cayó bruscamente al suelo, el estruendo que causó el impacto hizo que Severus despertara de su pequeño trance. Corrió a socorrer a Draco –Draco, muchacho, despierta– Severus sacudía levemente a Draco para que se despertara y le diera una explicación, pero Draco no despertaba, además de que su temperatura era helada y su respiración casi nula, preocupando a Severus, quien algo asustado empieza a sacudirlo con más fuerza esperando alguna reacción, pero nada.
Ya mucho más asustado le toma el pulso, dándose cuenta de lo débil que este era, lo carga en brazos y corriendo como puede lo lleva a la enfermería, aunque su idea principal era llevarlo a su despacho, pero recordó que Narcissa, muy probablemente, se encontraría allí.
Con suma delicadeza colocó el cuerpo de Draco sobre la camilla y Mandame Pomfrey lo atendió sin hacer una sola pregunta, pero con una mirada a Severus le quedó claro que le tenía una explicación pendiente, una que ni siquiera él sabía. Severus al ver a Pomfrey atender a Draco salió de enfermería. No sabía si debía ir y contárselo a Narcissa o no decirle nada. Con esa duda presente se acercaba a su despacho con algo de lentitud y siendo sinceros, sin verdaderas ganas de llegar a su propio despacho.
Al llegar a la puerta de su despacho, ya tenía una decisión tomada: primero hablaría con Draco y después decidiría si era conveniente que Narcissa se enterará. Con la decisión tomada, entró con decisión a la habitación, haciendo sobresaltar ligeramente a Narcissa, quien al verlo sonrió levemente –Severus– saludó a Narcissa. Severus le devolvió el saludo con un ligero movimiento de la cabeza mientras tomaba asiento en su mesa.–Narcissa– Cuando Severus tomó asiento en su silla, Narcissa le entregó un libro que traía en sus manos. Severus le da una mirada interrogante y Narcissa le hace una señal para que lo leyera. Severus no objetó nada y solo se dedicó a tomar el libro.–Lo encontré— con solo esas palabras, Severus entendió. Abrió rápidamente el libro y leyendo solamente el título de cada capítulo, consigue llegar después de varios minutos al capítulo que habla de haber comenzado la cadena de sucesos años atrás.–¿Podemos hacer algo, Severus?- Pero Severus no le prestaba atención a Narcissa, su completa atención se concentraba en el libro.
Mandame Pomfrey ya había terminado de estabilizar a Draco, el estado en el que había llegado era sorprendente, ya que Draco llegó inconsciente y con el cuerpo helado, por la hora que era simplemente abrió levemente las cortinas que daban a Draco y salió de la habitación a descansar.
Draco estaba dormido, tenía un sueño, pero no le agradaba la sensación. La presión de su pecho no le dejaba respirar, la sensación de asfixia terminó de pronto y ahora todo volvía a ser completamente negro. Draco seguía incómodo, pero la sensación que tenía ahora era menos agobiante si la comparaba con la anterior vivida, pero ahora pudo visualizar que no estaba en un lugar negro, era, más bien, una especie de bosque, bastante oscuro. Draco confundido, trató de enfocar más la vista, pero nada.De pronto una figura se materializó. "Pero, ¿qué demonios?" Draco no podía ver quién era, pero se le hacía extrañamente conocida.
La mujer caminaba por el bosque sola, con solo una varita que alumbraba sus pasos. Fue entonces que cuando la mujer lo dejó atrás, pudo ver la gran luna, gracias a una llanura que estaba delante de él, completamente vacía. "No puede ser" Draco trató de acercarse, lo más que pudo avanzar fueron tres pasos, ya que se había caído en un agujero. Cerró con fuerza sus ojos esperando algún dolor tras el impacto del suelo, pero no se dio cuenta de que ya no caía. Abrió los ojos al darse cuenta de lo estúpido que había sido al olvidar que era un sueño. "Nada es real, qué idiota soy" Ahora podía ver la silueta de otra mujer.
La mujer era morena de cabellos oscuros, esta parecía querer invocar algo. Curioso, Draco se acercó con cautela, para no volver a caer. Sus ojos quedaron como platos cuando algo trató de materializarse, pero el sueño volvió a cambiar y Draco pudo sentir el mareo que se sentía cuando se parecía. El mareo hizo que Draco cayera al suelo. De repente estaba en una calle extraña, esta daba a un bosque. El bosque era frondoso, bastante oscuro, y Draco no estaba dispuesto a meterse en él.Un grito femenino le hizo voltear a la única casa que tenía cerca, algo asustado se quedó donde estaba.De la casa salió un hombre al que no puedo verle el rostro, el hombre llevaba un bebé en brazos, Draco siguió quieto en su lugar incluso cuando el hombre pasó a su lado, estático porque ese bebé era increíblemente parecido a él. Pero entonces sintió un campo de fuerza que lo obligó a ir tras el hombre, ir hacia el bosque.
Luchó con todas sus fuerzas para evitarlo, pero no lo logró y encima quedó extremadamente cansado.

Draco despertó asustado y miró a su alrededor. Pansy, Vicent y Gregory estaban allí. Al verlo despierto, Pansy lo abrazó salvajemente, se permitió sentir la calidez del abrazo. Pero confundido se apartó ligeramente de Pansy, - ¿Por qué estoy en enfermería?- Ahora Pansy tenía la mirada severa y el ceño fruncido -Ayer saliste de la sala común y te fuiste a Melín sabe dónde- Draco por su parte se recostó más en la cama, haciendo muecas de dolor, su cuerpo se sentía a dolorido y se sentía algo enfermo.
"Eso es imposible, yo ayer me acosté en mi cama y..." Su cara se quedó mucho más pálida de lo habitual, esto llamo la atención de Pansy que calló su regaño abruptamente, –Draco, ¿Estás bien? ¿Quieres que llame a Mandame Pomfrey?– Draco ni siquiera la escuchaba, la pesadilla que tuvo a noche fue la que lo hizo despertar adolorido, fue la pesadilla la que lo despertó asustado, pero su mente se concentraba en: ¿cómo había salido de la sala común si él se había ido a dormir en su maldita cama?
-Fuera, quiero estar solo- La voz de Draco salió extremadamente fría y áspera, Pansy salió de allí algo molesta, pero más preocupada que antes. Los otros dos salieron también, detrás de la linda chica de cabello negro, pero le dedicaron a Draco una última sonrisa antes de salir de allí. Al que dar solo, cerró los ojos y se obligó a sí mismo a recordar cuándo es que se había ido de la sala común, pero nada, solo su dolor de cabeza se hizo presente con mucha fuerza.

Luna quiere ser madreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora