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Harry caminaba por un pasillo que nadie más que él conocía, su andar era extraño y viéndolo bien no era de extrañar. La erección que tenia entre las piernas era enorme, no camino demasiado y simplemente entro en una habitación que estaba en el pasillo.

Se colóco apoyado en la mesa y se quitó la camisa, su pecho quedó desnudó, iba hacerse una paja y a su mente sólo llegó el recuerdo de un hermoso rubio de ojos plata, con toques azulados. Ese chico lo volvía completamente loco, tomo su miembro con una mano, y con un movimiento de arriba abajo comenzó a darse placer. Mientras extrangulaba su pene con la mano, solo pensaba en cómo se sentiría tomar a ese rubio, cómo sería hacerlo gemir, como se sentiría que ese rubio llegará a un orgasmo gracias a él, muy excitado mordió su labio inferior para acallar todos los jadeos que querían salir de su boca.

Con sólo pensar en el rostro de placer de el que se supone es su peor enemigo en la escuela, se corrió con bastante fuerza, sus ojos se dirigieron hacia la puerta, sus ojos vieron un iris de color plateado, vio también como está se apartaba. Harry lo más rápido que pudo limpio con un hechizo todo el desastre que hacía provocado, se puso la camisa y con algo de torpeza abrió la puerta.
Esperaba encontrar a alguien tras ella, pero fue demasiado tarde, ya no había nadie, corrió por el pasillo contrario de por donde la otra persona se había escapado, sin saberlo. Harry pensaba que lo encontraría por el pasillo, pero no fue así, al no ver a nadie simplemente se dirigió corriendo a el gran comedor.
Al llegar vio como Hermione y Ron conversaban tranquilos, Harry dejo de correr y suspiro levemente, camino despacio hasta su lugar en la mesa de Gryffindor, Hermione al verlo interrumpió su conversación con Ron. –Hey, Harry– Ron lo volteó a ver –-Hola, Hermano– Harry solo asintió levemente con la cabeza y tomo asiento, seguía algo decepcionado con el mundo.

–¿Estás bien, Harry?· "Mierda" Harry puso su mejor sonrisa y volteó el rostro para ver a Ginny, –Claro que sí– Ginny sonrió también, rápidamente lo hundieron en una conversación en la que no quería ser participe. Un movimiento lo hizo voltear a las grande puertas del comedor. Lo vio, el rubio caminaba seguro y elegante, su mirada altanera, pero sería. El corazón de Harry se detuvo un segundo, con la decepción de no haberlo encontrado tras la puerta, no se había de fijado en que no estaba en la mesa de Slytherin, " Puede ser que, puede que haya sido él" Entonces todos sus amigos y él soltaron una risa, obviamente, no por la misma razón.
Estaba emocionado y lo siguió con la mirada, vio como era recibido por sus amigos, observó cómo Parkinson le servía lo que para Draco era su comida favorita o lo que prefería comer.

Vio como miraban sus amigos a Draco y él también se descolocó, vio como abría la boca para luego meter un cubierto en su boca. Harry lo admiraba en silencio, vio como se encogía en su lugar y se incomodaba, Draco miro a la mesa de Profesores. Harry dirigió su mirada a la mesa de profesores también, vio que ambos se sonreían disimuladamente y Draco esperaba que Snape volteara su rostro, cuando lo hizo, Harry se sorprendió al ver los ojos platas buscaban su mirar. Chocaron miradas y ambos la mantuvieron, durante unos segundos el mundo de Harry se desvaneció, solo existía la mirada de el rubio. Pero el rubio la apartó con el sonrojo bastante notorio por su piel pálida, la calidez en la que se había inmerso su pecho lo hizo emocionarse, "¿Se sonrojo por mi?" Aunque la duda estaba ahí presente no puedo evitar que la alegría lo hiciera pasar por el mejor día que había tenido en su vida.

Se hundió en una conversación con sus amigos, pero está vez no se sentía obligado, y los temas de conversación no eran aburridos, era una conversación fluida y animada, aunque su atención aveces se desviaba a la mesa de Slytherin y contemplaba como Draco hablaba con sus amigos en la mesa.

Pasados varios minutos, se anunció que la cena ya había llegado a su fin, observó con suma atención la masa de Slytherin que pasados unos segundos de levantó. Pero no lo hacían de manera ordinaria como los demás, no, su forma de destacar y convertir todo lo que hacían en perfecta armonía, volviéndolo en un gran espectáculo hermoso de ver, con el mismo asombro que la primera vez vio toda la belleza de Draco Malfoy, y es que siendo solo un mago contenía la hermosura de una veela. Harry sabía que esa comparación podía sonar muy exagerada, pero si llegabas a observalo de frente, (omitiendo el detalle de su personalidad arrogante, altanera, narcisista, presumida, egoísta, engreída, creida, etc...) te darías cuenta que no era nada exagerada y que (por lo menos para él) era prácticamente igual, no, mucho mayor la belleza de Draco.
Harry observó entonces como Draco salía acompañado por sus amigos en una formación de V inversa.
El brillo de los ojos de Harry se oscureció ligeramente, cuando Slytherin desapareció en perfecta sincronización, Harry abandono también el gran comedor, escusandose por supuesto sueño. Salió por una puerta y camino hacia su dormitorio, mientras caminaba se le ocurrió la idea de volver a acompañar a Draco en silencio.

Harry desde 3 grado se había acostumbrado a seguir a Draco a todos lados, los primeros años se excusó a si mismo haciéndose creer que lo seguía para prevenir que hiciera un plan contra ellos, pero más pronto que tarde se dio cuenta de que en realidad lo único que deseaba era tenerlo lo más cerca que se lo permitía.

Por andar pensando en lo mucho que había tardado en entender sus emociones y lo mucho que estás se habían desarrollado desde entonces, choco con otra persona, el cuerpo contrario cayó al suelo y Harry se tambaleo antes de volver a estabilizar su postura, rápidamente se disculpó con quien sea que había chocado, pero grata fue su sorpresa cuando la mano que le había extendido fue abruptamente apartada y despreciada.

Luna quiere ser madreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora