𝗖𝗔𝗥𝗧𝗔𝗦 𝗣𝗢𝗥 𝗦𝗔𝗡 𝗩𝗔𝗟𝗘𝗡𝗧𝗜𝗡 | Shirbert [✓]

07

Las cosas iban bien para ambos chicos, mientras Gilbert escribía, sin complicarse tanto, las cartas para su amiga, Anne las recibía felizmente y ansiosa por conocer quién estaba detrás de ellas.

Esta vez, Gilbert tuvo que ir más temprano a la escuela ―puesto a que el domingo no debía ir ―pero no se dio cuenta que al mismo tiempo, su profesora llegaba detrás de él.

―Vaya.. Gilbert Blythe detrás de todo esto.. ―bromeó Stacy a la vez que lo sobresaltada mientras luchaba con poner el bendito papel en la pizarra.

―Señorita Stacy... yo.. um.. por favor no diga nada, tengo todo planeado y no quiero que se arruine... ―confesó nervioso.

La mujer nunca se hubiese imaginado que el joven Blythe podía ser tan romántico a la hora de escribir cartas, o tan poético para resaltar las virtudes de alguien de la forma en la que él solo podía, sin embargo, si había notado la química de sus dos mejores estudiantes desde hace bastante tiempo, como cuando en medio del experimento de las bombillas de luz prendidas en papas, la química entre ellos por coincidir en las palabras era magnífica.

―No te preocupes, soy una tumba ―murmuró antes de entrar al salón a organizarse antes de que sus alumnos llegaran.

El pelinegro al fin pudo expulsar todo el aire que tenía ante aquella situación y terminar de colgar la carta del día siete, solo tocaba esperar.

Tanto era su romanticismo que la carta del pobre Paul no se tomó demasiado en cuenta, se quería sentir mal por él, pero ¿como podría sentirse mal cuando la chica perfecta ante sus ojos iluminaba su rostro con aquella hermosa sonrisa que, aún sin creerlo, él había provocado?