⚜️12⚜️

1.5K 306 7
                                    

"Cambió de destino"

Sus manos temblaban visiblemente sobre su regazo producto del nerviosismo que tenía su cuerpo al verse en esa situación tan complicada y vergonzosa en que se encontraba. Sus ojos aún ardían producto del llanto que había derramando horas antes, se sentía avergonzado hasta el alma por lo sucedido, herido por las palabras de su madrastra, tan crudas y tan amargadas que el solo recuerdo le provocaba llanto.
No sabía realmente como sentirse, con todo el cúmulo de emociones que había experimentado en un solo día.

—Estamos en las tierras de mi familia.— se estremeció al escuchar la advertencia del alfa a su lado, la carreta en la que viajan se detuvo lo que provocó que su corazón latiera fuertemente contra su pecho.

Escucho varios pasos provenir de afuera pero no sé movió, permaneció alerta y desconfiado de lo que pudiera encontrar del otro lado, si bien, estaba en la propiedad de un Min, su prometido, estaba llegando a un tierra completamente diferente y desconocida para él.
La puerta de madera fue abierta después con proeza dejando que el sol del atardecer, casi apunto de esconderse alumbrará la vista frente a él.
Bajo con miedo sintiendo la mirada pesada de alguien sobre de él, alguien desconocido.  Tembló de frío al colocar sus pies sobre la tierra y las ruedas de la carrera alejarse con lentitud a sus espaldas.
No podía distinguir perfectamente la fachada de la casa por la poca iluminación pero lo poco que podía apreciar le decía que era más grande que la casa en la que creció, los pinos enormes a los lados le daban un toque de majestuosidad, al igual que la fuente frente a él; con una escultura que de lobos al centro de la misma.

— Adelante, mi madre espera.— avanzo con miedo siguiendo al alfa frente a él sintiéndo que con cada paso que dada su cuerpo temblaba de miedo, la incertidumbre estaba grabada en todo su ser al igual que el miedo y la vergüenza de llegar a un lugar que desconocía, que era nuevo y que no sabía si sería del agrado de muchos.

La puerta enorme de madera se abrió apenas subió los dos escalones de la entrada, haciendo que la luz de la casa alumbrará todo el interior de la misma.

— Bienvenido a casa joven Min. — un beta algo mayor se apresuró a darle la bienvenida a su amo, sintiéndo extraño y confundido. — Oh, El joven Kim es mi prometido y a partir de ahora el vivirá aquí, en esta casa.

— Mucho gusto Joven Kim, bienvenido a su nuevo hogar.— el beta mayor hizo una reverencia completa dejándolo sin palabras, asustándolo por haber hecho que un hombre mayor, experimentado y refinado en muchos aspectos como el que tenía en frente le hiciera una reverencia digna de la realeza.

Se inclinó en reverencia no logrando que las palabras salieran de sus labios, se sentía tonto e intimidado por estar en ese lugar, frente a personas que desconocía y que no lo conocían.

Bajo la mirada el suelo percatándose que sus zapatos viejos y usados por el tiempo manchaban el fino el mármol bajo ellos, el suelo resplandeciente a sus pies reflejo su rostro demacrado y perdido en tierras desconocidas, su cabello alborotado le daba una mala y no grata vista en una casa tan bonita y lujosa como en la que se encontraba.

— Haz llegado, hijo mío.— se asusto por el repentino llamado de una mujer, Omega, la voz fue alta pero sin llegar hacer demandante o grosera solo dando a conocer el hecho de que su hijo había llegado. ¿ Era la madre de Yoongi?
No sé movió, ni siquiera alzó la mirada, de mantuvo en su lugar, quieto, evitando mirar al alrededor, por miedo, cobardía o temor de lo que pudiera ver.

— Madre, él es Taehyung, mi prometido, he hablado de él al respecto. Acércate.— el miedo se apoderó de él al escuchar la orden del alfa, clara y sin titubeos. Avanzo con timidez mientras escondía sus manos detrás de su espalda siguiendo la dirección de la voz gruesa de Yoongi.

Sentía las miradas sobre de él pero el miedo era más fuerte como para permitirle mirar a los presentes, no podía, su Omega estaba asustado en su interior por la incertidumbre en la que se encontraba.

— Kim Taehyung, es un placer por fin conocerte, Yoongi nos ha hablado de ti.— hizo una reverencia completa no sabiendo como responder.
Apenas pudo presentarse torpemente al estar frente a una Omega de clase importante en el país, la madam frente a él lucía joven y conservada con los años, su piel pálida era igual a la de sus hijos, sus ojos negros como la noche eran tan intimidantes como los de Yoongi, su aura denotaba firmeza, elegancia e imponencia apesar de ser una Omega. El maquillaje era natural y muy poco, casi nulo en su rostro, sus labios de un rosa pálido casi imperceptible haciendo juego con sus largos y finos aretes que colgaban de sus orejas, su cabello negro como la misma noche permanecía sujetado en una coleta alta sin ningún cabello fuera de lugar. El vestido azul marino con adornos de flores negras resaltaba su figura y los atributos dignos de una señora respetada y conservada con los años.
Nunca en su vida había visto a una mujer tan impresionante como ella, refinada y hermosa, que parecía ser una princesa. Aunque la expresión seria y evaluadora al mirarlo le advertía que no tenía la delicadeza de una Omega normal.

¿Pero qué era normal?

Había convivido la mayor parte de su vida con su madrastra y sus hijas que conocía lo que era ser tratado como una basura, algo sin importancia y que no conocía los buenos tratos de la gente de dinero y poder, su madrastra era ambiciosa y malipuladora, ¿Todos esos hombres y mujeres eran así? Cómo su madrastra..

Bajo la mirada a sus pies al sentir la mirada penetrante de la señora sobre de él mientras su hijo le explicaba lo sucedido horas antes en su casa, sintiéndose expuesto, humillado y avergonzado por lo todo. Sintiéndose vulnerable y más solo que nunca en la vida.
Había dejando la casa en la que nació, creció y vivió la mayor parte de su vida, la cada de sus padres y que había pertenecido a su familia, ahora realmente no tenía nada en la vida. Llegó como una huérfano y abandonado a una nueva casa sin conocer a nadie ni a nada, dejado a la deriva de lo que cualquier persona quisiera hacerle, al menos con madam Kim tenía su propio refugio, amigos y el lugar era conocido como la palma de su mano, ahora no tenía absolutamente nada..

— La cena esta casi lista, por qué no llevas a Taehyung a su habitación y descansa un poco mientras ponemos la mesa y jungkook regresa de su reunión con los señores Park.

— Vamos Taehyung, hoy no recorreremos la casa completa dado que el día fue demasiado para ti. Mañana con más calma guiaré el recorrido.

— E–esta bien.— susurro en voz baja haciendo una reverencia al alejarse de la madre de Yoongi, sintiendo que su mirada le seguía los pasos y contaba las respiraciones que emitía.

Besos Sabor A Miel (Yoontae)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora