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"Comparación"





— Joven Taehyung, la señora Min lo espera abajo, las visitas están por llegar— se asusto por el llamado del mayordomo y los toques suaves en la madera de la puerta, nada fuerte ni grosero solo alterando más su  nerviosismo que lo carcomia desde hace varios dios, el cual parecía incrementar ahora que el momento había llegado.

La cena de presentación con el prometido de Jungkook, el hermano de Yoongi.

Ignoraba completamente la forma en la que eran recibidas las visitas de la familia Min, el tiempo que llevaba viviendo con ellos no había tenido la oportunidad de recibir alguna visita de la familia, algo agradecía dado que no sabía cómo relacionarse con ellos.

— Gracias mayordomo Oh, en seguida bajo — aviso tratando de que el nerviosismo no fuera percibido en su voz, si bien lo estaba y la señora Min como el mayordomo Oh estaban al tango de ello no quería que fuera lo suficientemente evidente delante de todos.

La señora Min le había comunicado días atrás que esa noche tendrían visitas importantes de la familia y que debía estar presente y dar una buena recibida como anfitriones de la misma y como signo de respeto y educación ante los nuevos miembros de la familia, una presentación íntima para el núcleo familiar. El prometido de Jungkook seria presentado en esa cena al igual que él, ninguno de dos se conocía y como formarían parte de la familia debian hacerlo antes de que los planes de la boda avanzaran apresuradamente.

Prontamente la familia estaría de fiesta al casar al hijo menor, Jungkook, con el hijo de la respetada familia Park.

Todos en el pueblo sabían lo importante y acaudalada que era la familia Park que no pasaban desaparcidos por nadie, asemejandose al poderío de la familia Min.
No los conocía en persona, pero sabía que las costumbres y tradiciones estaban más que presentes en su sangre y lo devota al matrimonio que formaba parte de ello.

No sabía que esperar de la visita del prometido de Jungkook pero esperaba que fuera grata y que no dejará una mala impresión de su persona ante quien sería parte de la familia Min una vez que se diera por realizado el enlace matrimonial.
Se sentía y concideraba demasiado vulnerable en esta clase de situaciones que nunca había experimentado, jamás en su vida había tenido a un invitado importante, jamás atendió a ningún invitado o amigo de su madrastra, no se le permitía poner un pie cerca de la puerta de entregada de los sirvientes ¿ Cómo podría tener contacto con algún invitado importante en esas circunstancias? 

Imposible.

Desconocía el proceso para atender a un invitado distinguido como un miembro del clan Park.

Un invitado que no se conformaría con un vaso de agua o un pedazo de pastel, lo que acostumbraba ofrecer cuando sus amigos y conocidos lo visitaban en su pequeño hogar.

Ahora todo era diferente.

Tratando de controlar sus acelerados latidos salió de sus aposentos y evitar demorar más de lo que la etiqueta estipulaba, la señora Min no estaría contenta con su demora.
Re compuso su postura llegando ambas manos a su estómago, alzó la mirada evitando mirar al suelo como seguía prácticando día a día, trataría de aplicar lo mucho o poco que había aprendido desde su llegada solo esperaba no arruinarlo todo con su torpeza.

Al llegar al final del pasillo detuvo su caminar al notar la presencia de Yoongi esperando por él, dándole la espalda, algo indeciso bajo los escalones de uno en uno, con delicadeza y elegancia, como debía ser aunque su Omega y corazón estuvieran demasiado asustados en su interior que sentía ganas de vomitar.

Al llegar al último escalón Yoongi se giro a mirarlo, se sintió intimidado por la mirada indescifrable del alfa sobre su cuerpo, analizarse desde su cabeza a los pies, haciéndolo sentir más nervioso y asustado de lo que ya estaba.

— Te vez precioso.— un sonrojo se apoderó de su rostro avergonzandolo ante el cumplido de su prometido.

— G–gracias..— bajo la mirada al suelo lustre de mármol al verse y sentirse demasiado tímido por el cumplido, el primer alago que recibía de su prometido y de cualquier persona en general.

Nadie le había dado un cumplido como ese en su vida, que desconocía si era real.

— Vamos, jungkook y su prometido acaban de llegar.— asintió tomando el brazo que le extendió Yoongi a su lado, lo tomó sintiéndose débil por el aroma intenso del alfa a su lado y lo imponente que se mostraba junto a él.

El recuerdo de Yoongi esperándolo en las escaleras llegó a su mente, sintiéndose extraño por eso. El traje negro con pajarita en cuello de Yoongi dejaba ver a la perfección la elegancia y lo sofisticado que era el alfa. Su cabello negro perfectamente alisado en su cabeza, sin ningún cabello fuera del lugar en que debían ir.

Un alfa apuesto e imponente sin duda, algo que sus pensamientos no dejaban de torturarle dado que acomparacion suya no tenía nada de un Omega de clase y buena familia.

Al llegar a la entrada principal detuvieron sus pasos quedando exactamente al lado de la señora Min, quién lucía un vestido azul pero sin diseños de flores como comúnmente usaba, largo hasta los tobillos y sin olanes, completamente liso pero que resaltaba su figura y la elegancia que la describía perfectamente, un toque de maquillaje suave y natural resaltando en color blanco de su piel. Su larga cabellera estaba recogida en un peinado reservado y sofisticado. Acompañando su atuendo.

Parecía ser que la visita del prometido de Jungkook no era algo simple.

La puerta fue abierta por el mayordomo Oh haciendo que la espera por fin diera fin y el nerviosismo incrementará en su organismo, no sabía que pensar o hacer ahora que el momento había llegado. Su mirada curiosa busco a la pareja entrar por la puerta de la casa, escucho el saludo del mayordomo quedándose sin palabras al notar la figura del Omega hacer una larga reverencia ante la señora Min. La vestimenta del Omega denotaba elegancia y sofisticación pero inocencia y pureza.
Su figura delicada y pequeña le daba el toque de Omega perfecto, con un rostro angelical y delicado, su piel blanca pero no tanto como Yoongi o jungkook pero si lechosa y de porcelana.
Su cabello castaño claro resplandeciente con las velas de la casa le daban un toque de algo diferente a su angelical rostro.
Su casta como Omega había bajado al suelo al compararse con el Omega frente a él, no existía comparación entre ambos. La delicadeza del prometido de Jungkook era notable nada que ver con su cuerpo menudito y descuidado, su rostro era común al igual él. No tenía los labios gruesos y rosados de Park, ni siquiera su aura angelical.

Nada.

— El placer es todo mío, me halaga señora Min. — su voz también era delicada y suave, como el cantar de las aves al amanecer, de terciopelo.

Su sonrisa recatada y agradable ante los ojos de quién pudiera apreciarla.

Su Omega se encogió en su interior al verse inferior ante la presencia de ese Omega, de un Omega superior en todos los sentidos, digno del linaje de un alfa como lo era un Min.

— Park Jimin, en un placer conocerlo por fin, Omega Kim.— se encogió un poco en su interior al escuchar la presentación del Omega para con él seguido de una larga reverencia.
La poca fuerza que conservaba en su cuerpo lo obligó a imitar la acción sintiendo las miradas curiosas y pesadas de la familia reunida.

— El placer es todo mío Omega Park,  me llamo Kim Taehyung, espero que la visita sea de su agrado.— balbuceo odiando el hecho de que palabras no salieran como le hubiese gustado que fueran.

— Estoy seguro que lo sera.— noto un pequeño sonrojo en las mejillas del Omega para después agachar la mirada al notar la presencia del alfa Jungkook al lado de Park.
Aunque conviviera un poco más con jungkook y su familia seguía teniendo miedo y vergüenza cada vez que los mirada.
Escuchó la pequeña plática que entabló Yoongi con un nervioso Jimin y la señora Min, quienes parecían algo entusiasmados por la presencia del Omega, sentimiento distinto al que podía sentir de Jungkook.

— Por favor, pasemos a la mesa, la cena esta lista.

Besos Sabor A Miel (Yoontae)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora