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"Incómoda plática"



— Sabes.. es un poco extraño estar aquí a tan pocos días de la boda.— escuchó el suspiro pesado del Omega Park a su lado descifrando en él nostalgia y melancolía en su voz.

Su aroma a canela se intensificó un poco más en el aire.

— La señora Min insiste en que debemos practicar hasta el último momento, después de que se casen usted y el joven Jungkook yo me seguiré quedando a practicar mis lecciones.— confesó con algo de cansancio y aceptación a su destino.

Para ambos era difícil aprender tantas cosas que la señora Min les ponía hacer que a veces el dormir era el único escape, y el joven Park, una vez que contrajera nupcias, dejaría de asisitir los fines de semana a sus clases. Aunque si bien a jimin no le costaba tango el aprender esas cosas a él si porque no fue criado con las clases de etiqueta y bueno modales que la gente de clase más favorecida recibía desde niños.

Sus esfuerzos debían ser el triple para no defraudar a la señora Min, los sirvientes de la casa le habían comentado que la gran señora tenía grandes expectativas de él y del prometedor futuro que tendrían en su matrimonio. Y que estaba pensando en dejarle a él la administración de la casa principal una vez que aprendiera todo lo necesario para vivír y convivir con la gente de su estatus.

Le revolvía el estómago el sólo pensar en que debía hacerse cargo de una casa tan grande como lo era la famosa cada Min; docenas de habitaciones, los cocineros, el jardín, los jornaleros, todo. Una tarea difícil dada su nula experiencia en la administración de ello.

Esperaba que no sucediera tan pronto porque tenía miedo de cometer errores y defraudar a la gente que le estaba ayudando.

— La señora Min es muy estricta, ¿No es agotador para ti seguir sus indicaciones y tareas todo el tiempo? — lo pensó durante varios segundos.

Ciertamente no hacía mucho que requiera la fuerza física o trabajos pesados como los que hacía en la casa de su madrastra.

— Ciertamente no, práctico mis lecciones de lectura y de música por la mañana, después de la comida tomó las clases de historia o de geografía.. algunas otras de botánica y  matemáticas. Por la tarde hago costura o ayudo un poco en el jardín principal. — expresó con melancolía, llevaba días con la misma rutina que ya parecía irse acostumbrando a ello y últimamente no se quejaba de los deberes que le correspondían.

Al final de cuentas eran para ayudarlo a él y espandir su conocimiento, que gracias a sus profesores había aprendido muchas cosas y quería seguir aprendiendo más.

— ¡Es demasiado! ¿Acaso no sales de la casa? ¿Vives encerrado todo el tiempo en tus lecciones? — miró la cada de sorpresa y pánico el rostro del Omega Park provocandole algo de incomodidad por su exaltación.

— Algunas veces acompaño a los sirvientes al mercado, casi no salgo porque no tengo tiempo libre entre mis deberes.— al principio se entristeció demasiado al no poder salir y andar libre como era antes de la comprometerse, de recorrer el pueblo, salir al campo y disfrutar de un hermoso atardecer.

Extrañaba si vida de antes y ante el recuerdo lloraba y se mantenía triste por eso, pero la señora Min siempre le decía que era momentáneo y que en menos de lo pensado volvería a tener el tiempo para salir y para disfrutar de todo lo que más deseaba hacer. Y que el conocimiento que estaba adquiriendo lo haría una mejor persona, con más oportunidades, nuevas ideas y pensamientos. Y la razón más importante por la que acepto todo aquello sin negarse; demostrar que podía ser mejor, que podía demostrarle a su madrastra que era mejor persona. Que también podía ser bonito y educado, elegante e inteligente y seguir siendo humilde pero que eso no significaba ser ingenuo.

Quería demostrarle a sus hermanastras que también podia mantener una conversación agradable con las demás personas, que podía expresar emociones a travez de la música y la poesía, pero a quien más deseaba impresionar era así mismo. Demostrarse que podía ser mejor en muchos sentidos.

— Los nuevos rumores que se esparcen por el pueblo dicen que ella te está preparando para que en un futuro seas como ella. — jimin susurro en bajito evitando que alguno de los sirvientes escuchara aquello.

— Creo que no es así, la señora Min solo estaba brindándome oportunidades que nunca tuve..— trago de defender, hasta ese momento jamás le había impuesto como vestir ni como pensar. Siempre le pedía su opinión y le dejaba tomar una decisión.— Ella siempre ha sido buena conmigo, nunca me ha dicho algo para molestarme o hacerse sentir mal.

— Eso es muy bueno sabes, raras veces se encuentra una suegra que te acepte y no te odié. No te preocupes por los rumores, son simples rumores.— asintió tímidamente ante lo dicho por el Omega Park.

A veces escuchaba demasiados rumores poco agradables de la señora Min pero en todo ese tiempo jamás había visto que alguno de esos rumores fuera cierto.

— Por cierto, ¿Ya tienes listo tu atuendo para la boda? — se sonrojo ante la pregunta.

— Si, solo espero no robarme la atención.— se disculpo con rapidez ante el recuerdo de aquél traje tan bonito y elegante.

— Realmente no tendría problema con eso sí eres tú, con los demás si.— sonrió ante ello sin dejar de separar las hierbas secas de la cesta. — Por cierto.. ¿Puedo hacerte una pregunta algo personal?

—Claro.— aceptó algo tímido y confundido ante la pregunta del Omega, inconcientemente busco a su alrededor esperando que la señora Min no hiciera acto de presencia.

— Sobre la noche de bodas.. tengo un poco de miedo.— trago saliva al escuchar la última palabra dicha por Jimin. — No sé qué hacer para.. es–so.. mi madre me dio algunos consejos pero no creo que sean suficientes. Jungkook no me ama y se que no quiere t-tomarme pero mi padre quiere que le dé nietos cuánto antes.. y–yo realmente no se que debo hacer para que esté conmigo. No quiero que me rechacé la noche de bodas.

Un nudo en su garganta le impidió procesar todo lo dicho por Jimin, la desesperación en el rostro contrario era mucho y su aroma se hizo más espeso. El tema era demasiado personal e importante para jimin pero no sabía que decir al respecto.

— Y–yo realmente no se que decir.— confesó con sinceridad, su mente se quedó en blanco y los pensamientos no se formaban en su cabeza. ¿Qué consejo debía dar? ¿Qué podía decir para animar a Jimin?

— ¿Yoongi y tú ya han.. ya sabes estado juntos? — sintió como sus mejillas en cuestión de segundos se volvieron calientes y el rojo apoderándose de ellas. Jimin había preguntado algo demasiado íntimo y vergonzoso.

— ¡No! Nunca, no p-podemos.. la señora Min lo vigila para que no salga embarazado antes de la boda, no quiere que hablen de mi y que se esparzan rumores de mi pureza antes del ma— confesó mirando a la señora Min a la distancia, su sutileza y elegancia al caminar era algo que admiraba de ella.

La señora Min fue y seguían siendo muy estricta sobre sus encuentros con su hijo, no les permitía estar encerrados en una habitación solos ni por mucho tiempo. Si salían a caminar por el jardín Yerim iba detrás vigilandolos de que no le hiciera algo su hijo.

— Por un momento creí que ustedes ya.. tu sabes las marcas del otro día en tu cuello.— inconcientemente se encogió de hombros al escuchar aquello.

Se avergonzaba demasiado ante el recuerdo y que jimin aún lo recordara. El sentimiento de vergüenza lo invadía.

— No estuvimos juntos.. solo sucedió. Yo tampoco lo entendí en ese momento pero después me dijo la señora Min que fue producto de los síntomas de celo, por eso actuó así.— explico agachando la mirada no deseando ver el rostro del Omega.

— Oh, lamentó incomodarte.

— Está bien, no te preocupes.

Besos Sabor A Miel (Yoontae)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora