Viernes, 18 de octubre
Matheo
10:00 am
¡¡Me voy a quedar dormido!!
La clase de historia es muy aburrida y ni siquiera pude tratar de quedarme dormido porque la profesora es una señora que ya tiene canas en su cabello, además de parecer sacada de la película de Matilda donde ella puede a la perfección realizar el papel de la directora Tronchatoro. Es una mujer que saca a cualquiera de quicio, y no solo eso, si alguien no llevaba la tarea nos añadía aún más junto con un castigo a la persona que fue irresponsable. Pero da mucho miedo llevarle la contraria, más que a la de matemática.
Déjenme decirles que no fue necesario que yo me enterara de esto por experiencia propia, en los últimos días me había hecho muy buen amigo de Anthony y por lo tanto me puso al pendiente de cosas que se me escaparon en las semanas que ya llevamos en clases. Como por ejemplo que las porristas están detrás de todo el espécimen masculino que estudia aquí —que suerte que ya no están detrás de mí—, que lo que sirven en la cafetería es incomestible, que debo tener cuidado con la profesora de matemática, el de física y en especial a la de historia, justamente la profesora que nos está dando clases en este momento.
Saben no solamente me recuerda a la directora del colegio al cual asistía Matilda sino también a la bibliotecaria de la película de Monster University, ya se pueden hacer una idea del carácter que esta mujer posee por semejantes ejemplos que les estoy dando.
Mientras que la mujer seguía hablando sobre la guerra y las consecuencias que obtuvimos por culpa de ella. Mi mente se estaba comenzado a ir a los mundos de la desigualdad donde ignoraba lo que la profesora decía. Sentí el codazo de Anthony en mis costillas sacándome de mis pensamientos de la peor manera, cuando me giré a reclamarle porque lo había hecho el señalaba discretamente con los ojos y un pequeño movimiento de la cabeza a la profesora.
—Dígame señor Connors —Me tensé al escuchar a la profesora—. ¿Son muy importante sus pensamientos que no puede escucharlos en otro momento que no sea mi clase?
—Disculpe profesora —Murmure—. No volverá a pasar.
—Más le vale.
Me dirigió una mirada severa antes de continuar dando su clase.
12:00 pm
—Muy bien chicos recuerden traer la tarea la próxima semana. —Nos despidió la profesora de historia mientras salimos del salón para ir al cafetín.
¡Fueron las dos horas más largas de toda mi vida!
—Casi te ganas un castigo de por vida —Comento Anthony a mi lado cuando salimos del salón.
Lo mire de reojo dándome cuenta que tenía una pequeña sonrisa en su rostro.
—No gracias a ti amigo —Recalque la última palabra con gracia, obteniendo un ceño fruncido en mi dirección.
—Bueno tal vez debí dejar que la mujer te castigara —Dijo con malicia, aun sin quitar la sonrisa.
—Chicos. —La voz femenina nos frenó en medio del pasillo abarrotado de personas con rumbo —la mayoría—, al comedor.
Nos giramos para encontrarnos con una Camila sonriente y una Angela con mirada ignorante. La miramos expectantes a espera que continuara hablando.
—Felicidades —Dijo con emoción—. Harás historia en estos pasillos por ser el primero que tiene como principal objetivo en clases dormirse. —Se encogió de hombros con una pequeña sonrisa y luego me empujo para seguir su camino.
ESTÁS LEYENDO
Melodía Imperfecta
Teen FictionNinguna melodía puede ser perfecta Anteriormente conocida como "Eres mi melodía perfecta"