Isabella
Entre los hermanos existe una confianza que nos une mucho, sobre todo porque nos conocemos desde pequeños. En cierto modo no importa la edad que se lleven entre si siempre existirá una pequeña conexión o comodidad al estar con el otro.
Con mi hermana melliza es parecido.
Yo soy la mayor por solo unos minutos, pero eso nunca nos ha importado.
Siempre hemos sido la una con la otra. Apoyándonos en todo.
Recuerdo cuando teníamos seis años y en la escuela nos confundían. Nadie podía reconocer a la otra. Ese año en varias ocasiones volvimos loca a mamá y a papá por no saber quién era quien. Y es que a pesar de no tener ropa igual podíamos simplemente actuar igual a la otra y listo ya éramos copias.
Claro más de lo que actualmente somos.
Con el paso de los años nos vimos obligadas a ser separadas en los salones, al parecer los hermanos no podían estudiar en el mismo salón por algo psicológico que no entendí.
Con eso cada una hizo amigas por separado, y comenzamos a tener puntos de vista cada vez más diferentes.
Fue para una de esas tantas presentaciones en la escuela en la que todo se vino abajo.
Annabella siempre ha querido cantar en público, pero sus nervios la traicionan.
La sacaron del coro del colegio por confundir a los niños.
Mamá la siguió apoyando en sus decisiones y una de esas fue querer inscribirse en una escuela de música.
Hizo la audición y la paso, con el pasar de los años se veía más suelta en eso de la música.
Y mientras ella se concentraba en eso yo me enfoque en la danza.
Me gustaba bailar al ritmo de cualquier canción que se escuchara en la radio. Mamá decía que tenía un talento innato y que de ella no lo había heredado. Así que al igual que a mi hermana me inscribió en una academia de danza.
Y a pesar de que en ese punto cada una era muy diferente en sus gustos, no dejamos de ser hermanas. Nos apoyamos en la una y en la otra en todo lo que se venga.
Todo iba bien, Anna se soltaba un poco más y sus nervios casi no la atosigaban; Leonardo hacia sus cosas de adolescente y buscaba mantener su promedio alto para entrar a una buena universidad; y yo bailaba y hacia locuras por la casa.
Sin embargo, la muerte de mamá lo cambio todo.
El accidente nos afectó en todos los sentidos.
Leonardo dejo de ser el muchacho alegre que dibujaba en cada esquina de sus cuadernos, se recluyo en sus amigos y casi no pasaba tiempo en la casa.
Papá igual que Leo, dejo de ser bromista y paso a ser más serio. Enfocado en el trabajo y eso, además de no querer escuchar música por ningún sentido. Sabíamos que eso era porque mamá adoraba escuchar música a alto volumen, pero sin mentira alguna él duro casi un año sin escuchar ni una sola melodía.
Annabella... dios es fuerte describir a tu otra mitad. Ella en si fue una de las más afectadas, iba en el coche con mamá cuando ocurrió el accidente. Todos sus progresos de controlar los nervios se fueron, la hermana que sonreía por cualquier payasada dicha o hecha por Leonardo desapareció, dejo de ser habladora, aunque no es que antes lo hubiera sido mucho. Dejo ser quien era.
A pesar de que el coche dio muchos giros y colapso mamá protegió a mi hermana con su cuerpo, así que no tuvo muchos residuos del accidente en su cuerpo.
Admito que yo también cambié me metí en ese papel de la hermana que habla mucho que socializa mucho y eso. No obstante, ignoraba todo lo que tuviera que ver con el accidente o con mamá.
Casi un año después de la muerte de mamá, cuando comenzamos clases esperaba refugiarme en mis amigas siendo el centro de atención, pero mis planes se vieron afectados.
Annabella comenzó a tener ataques de pánico en cualquier parte o por cualquier cosa, así que durante el verano por primera vez desde el accidente ella volvió con el psicólogo. Y no es que diga que mi hermana está loca y por eso lo necesite es solo que nunca habla sobre ese día.
Algo cambio en mi hermana a pesar de ir constantemente a las consultas, ella de a ratos parecía perderse en sus pensamientos.
Es como cuando dicen que "está presente en cuerpo, pero no en alma", así se sentía el estar cerca de mi hermana en esos momentos.
En fin, no sé cómo fue que se le ocurrió al doctor que lo mejor era no dejarla mucho tiempo sola y que siempre en la posibilidad estuviera cerca de personas que la acompañaran. Por esa razón con un informe médico explicando la razón, nos juntaron en el salón de clases.
Éramos dos grupos y en algunas clases nos mantenían separados, pero en cada materia estaría siempre con Annabella. al principio fue algo divertido a lo que no le preste mucha atención.
Después de unos días me di cuenta de la gravedad del asunto, no podía separarme del lado de ella.
Annie casi nunca fue muy sociable para hacer amigos, pero al menos tenía con quien compartir las clases o almuerzos en los que no estábamos juntas. Sin embargo, tal vez fue una secuela del accidente el hecho de que perdiera sus amistades anteriores. Porque en cada clase que estuve el primer con Anna siempre me senté a su lado, nadie reclamo esa silla y yo me sentaba junto a ella.
Es más, daba chance a que alguien más se sentara mientras hablaba en algunas ocasiones con algunas de mis amigas, pero nadie lo hizo.
En el almuerzo fue lo mismo. Siempre éramos las dos y aunque me gustaba compartir mi tiempo con ella también me empezaba a sentir ahogada de estar tanto tiempo pegada a ella. Necesitaba mi espacio y realmente no parecía algo que podría tener en estos momentos.
Mis únicos momentos felices son cuando ella ve clases de música en la tarde, que son en los únicos momentos que nunca estoy con ella, pero sabemos que nunca está sola. En todas las clases está acompañada.
Algunas tardes las utilizo para salir con mis amigas y poder tener un tiempo para mí.
Aun así, me parece súper absurdo que esté tratando de estudiar música si ni siquiera es capaz de cantar sola, no es que no confíe en ella es solo que nunca lo ha hecho y creo que nunca lo hará.
Ese sábado tuve un mal día.
Estaba súper estresada, y no pude controlarme.
Había querido bailar en el parque como antes hacía con mis amigas de la academia, pero se me presentaron algunos obstáculos que me prohibieron cumplir mi objetivo. Me conseguí unas muchachas que siempre estuvieron en mi contra cuando estaba en el estudio de danza.
Personas que se burlaron de mi persona cuando supieron que debía ir al psicólogo por la pérdida de mi madre, aunque eso era algo más rutinario que más por necesidad. Al igual que por algunas soplonas del salón que siempre me molestaban a mí y nunca se metían con Anna solo porque yo la defendí una vez que le dio su ataque en clase.
Legalmente estaba algo harta de ser siempre la que reciba los golpes y que mi hermana no sea capaz de defenderse a sí misma sola.
Cuando Leonardo dijo que Annabella canto me emocione muchísimo porque eso significaba que ya no iba a necesitarme a mí. y que todo el mundo dejaría de prestarle tanta atención.
A decir verdad, ahora que me escucho a mí misma decir eso me doy cuenta que realmente quiero que me presten algo más de atención.
Desde que Annabella no fue capaz de cantar cuando teníamos seis años siempre me sentí un poco más opacada, aunque mi hermana siempre me apoyo y mis padres también igual que Leonardo no es lo mismo.
Por eso tal vez le dije palabras tan hirientes a mi propia hermana ese sábado en la noche cuando me di cuenta que tal vez no quería superar ese sufrimiento en el que está encerrada.
Y en el que tal vez, yo también estoy.
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Melodía Imperfecta
Teen FictionNinguna melodía puede ser perfecta Anteriormente conocida como "Eres mi melodía perfecta"