Capítulo 6: Pastel.

6 2 0
                                    


Había comprado mis útiles para la escuela, solo falta esperar el fin de semana en mi cuarto, con mi pijama y descansando.

Dejar que el Lunes llegue a mi.

Tocan la puerta.

Cerré los ojos, quejándome en mi mente. Realmente no quería pararme hasta la puerta para dar la cara a algún desconocido que probablemente era Ryder.

Me quede en mi cama. Si no me muevo, puede que se vaya rápido.

Tocan de nuevo.

-Ahhh ya voy, ya voy.-bufé.

Abrí la puerta y vi a Ryder.

-Oye ayer me abandonaste.-dijo.

-Ah lo siento, estaba ocupada viendo rubias por la calle.-dije intentando cerrar la puerta y camine hacia la cocina.

Ryder entró y cerró tras el.

-Claro... bienvenido.-dije al servirme agua.

-¿Te gustan las rubias también?-seguimos con el juego.

-Claro.-Suspire y subí los ojos.

-Entonces ¿Heather es tu novia?

Reí.-Es mi amiga. Y ¿no te diste cuenta de lo mucho que adora a los hombres, por lo menos físicamente? Lo digo porque idolatra más a las mujeres emocionalmente. Pero yo no le gusto respondiendo a tu pregunta.

-¿Y yo le guste?-me preguntó con entusiasmo.

-Creo que no.-dije al ofrecerle agua.

-Bueno... que venía a decirte...-pensó mientras se sentó en el suelo.

-Mmm no lo sé.-tome agua.

-Ah si, te quería dar algo.-dijo mientras ahora se levantaba.-Espera aquí.

-Llevamos menos de una semana en conocernos ¿y ya quieres darme algo?-dije.-Tú si que debes ir al grano con tus pretendientes.-dije en voz baja.

-Así es.-dijo saliendo.-Pero tú no eres rubia.

¿Hace dos días no me pretendía?

Supongo que exagere.

Me senté en el suelo y me dio risa el comentario.

Tardo un minuto y estuvo de regreso. Se sentó en el suelo de nuevo junto a mi y sacó algo de su bolsillo.

Me dio un llavero tejido con unas zapatillas de ballet.

-Vaya, es lindo.-dije.-Debo decir que le hacía falta a mis llaves sin esencia, gracias.

-No hay de que. La chica de ayer los hace y le compre ese. Yo tengo uno de un dinosaurio.

-¿Puedo verlo?-pregunte y me lo mostró.-Es adorable.

-Lo sé, es mejor que el tuyo.-dijo.

-No tanto.-dije.

-Oye es verdad, son las tres de la tarde y sigues en pijama. ¿Qué no piensas hacer nada?

𝐀𝐜𝐢𝐚𝐠𝐨 𝐁𝐚𝐥𝐥𝐞𝐭 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora