Capítulo 19: Incomodidad.

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Mientras estaba en la tienda, repasaba en mi mente la coreografía del miércoles, la presentación seria basada en bailes en grupo, dúos o solos.

Me parecía muy pronto para que nos empezaran a destacar para las internacionales, pero aún había visto en el programa para cinco meses otra presentación.

Pensaba en los pasos de la secuencia que nos puso el maestro ayer, me parecía tener bien los pasos, la cosa esta cuando hago los pasos en pareja. Tenía que aplicarme con eso o sino terminaré siendo una fracasada.

Tome agua y me levante. Ya que no parecía venir nadie me metí a un pasillo y marqué unos pasos en bajo.

Negué con la cabeza.-Ahh.-puse mis manos en la cintura y mire arriba cerrando los ojos.

-¿Qué pasa?

Me asuste y abrí los ojos y a mi derecha estaba Felix.

Puse mi mano derecha en el pecho. Cómo le gusta a la gente asustarte.

-¿Se va a romper el techo o algo así?-el seguía en la misma postura.

-El techo no pero mi cabeza si.-dije.-No me voy a poder concentrar.-susurré pensando que estaba sola.

-¿Qué haces?-preguntó Felix interesado.

No iba a pasar nada si le contaba. Así que le conté en resumen.

-Estaba practicando una secuencia.

-¿Y el pasillo de la tienda es un buen espacio?

-Pues...me sirve.

Felix se recargó sobre el congelador y me miraba.

-¿Qué haces?-le pregunté.

-Verte practicar.

Rodeé los ojos. Y luego pensé.

Tal vez podría ayudarme. Solo espero no gritar.

-Felix...

-Dime.

-¿Podrías ayudarme con algo?-le pregunté.

-Claro.-se levantó y se acercó.

Puse una canción de pura sinfonía relajada y me puse en frente de Felix.

-Oh... ¿Quieres que te enseñe a bailar? -dijo.-Soy bueno, pero si eres alumna...

Sin escuchar lo que decía puse sus manos en mi cintura con nervios y sin pensarlo lo hice y el noto lo nerviosa que estaba por eso dejo de hablar.

Puse mis manos en su cuello y dejé que nos moviéramos despacio.

Suspiré. Estaba bien.

-Probablemente pienses que esto es ridículo, pero necesito practicar esto, sino...-empecé a ponerme nerviosa y los recuerdos vividos querían venir.

-Oye... está bien. No tienes que explicarme nada.

Su respuesta era algo inesperado. Todos siempre quieren explicaciones. Y eso era lo que menos necesitaba.

-Gracias Felix.-le dije.

Me quito el flequillo de la frente.-No es nada. Pero si en un momento sientes que vas a explotar.-dijo cómico.-Puedo ser un buen terapeuta.

𝐀𝐜𝐢𝐚𝐠𝐨 𝐁𝐚𝐥𝐥𝐞𝐭 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora