Capítulo 24: Perfume.

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Esa frase...

Algo malo había pasado, y yo ni quisiera pude recordarlo.

Le di un golpe a Liam en el Estómago, pareció dolerle al tirarse al suelo.

En ese momento Ryder llegó.

-¿Estas bien?-me preguntó.-¿De quien es esa sangre?-vio mi rostro.

-No es mía.-dije, apartándome.

-¿Te hizo algo?

Mire su cuerpo y solo negaba con la cabeza. Pero en realidad si me había hecho daño.

Bastante.

Liam se levanto y se puso en frente de Ryder el cual tenía mucha más altura.

-¿Por tipos como él me dejaste?-dijo mirándome a mi.

Ryder se estaba en frente mío.

-Ya déjalo Liam.-dije para abandonar el tema.

-Yo me largo.-dijo y se fue.

Ryder espero a que saliera para cerrar la puerta.

-Siéntate.-me dijo pero yo no podía poner atención.

Pensaba en aquella frase. Que mi memoria poco recordaba. Pero me hacía sentir un asco.

-No, tengo que ir al baño.-dije calmando mis lagrimas.

...

Toda la madrugada Ryder se quedó en la sala, le platiqué muy poco de Liam, no quería hablar de eso. Me era incómodo y traumante.

...

Mi alarma había sonado, significaba que era hora de arreglarme para ir a la academia.

Después de lo de anoche, solo quería quedarme en casa, dormir un poco, ya que no lo hice toda la noche.

Además de que no podía faltar. Yo esperaba a que me distrajera un poco del caos.

...

Ryder se ofreció a llevarme, y eso hizo, le agradecí y no me cuestionó nada más de lo de anoche.

Entre y prepare mis puntas. Puse los vendajes, mi separador, etc. Era un poco largo el proceso.

Había llegado un poco antes que los demás. Así que mientras andaba sola, baile un poco la secuencia individual y repase la de parejas.

-¿Si calentaste?

Me preguntó alguien.

Era Pierce.

-Ah, no, solo repasaba.-contesté desanimada.

-¿Puedo repasar contigo?-me preguntó.

-Si.-dije dudosa.-Tenemos que hacerlo bien.

-Bueno... estuve repasando bastante.-dijo.

-Yo un poco.

Pero ese no era el problema.

-Desde el arabesque.-le dije y me puse en posición.

Respire ondo y dejé que tomara mi cintura.

Me sentí incómoda al instante, era horrible, pero tenía que tolerarlo.

La primera vez lo hicimos maso menos pero a la séptima, nos salía mejor.

Beatrice y compañía entraron. Me vieron de pies a cabeza.

¿Acaso me veía mal?

Hoy solo había desayunado un plátano y una barra en bajas calorías.

𝐀𝐜𝐢𝐚𝐠𝐨 𝐁𝐚𝐥𝐥𝐞𝐭 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora