Capítulo 8

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Algo no se sentía bien. Jimin sacudía su cabeza tratando de quitarse la anesteciante bruma. Lamentó sus movimientos cuando un dolor agudo estalló en el interior de su cabeza. ¿Qué le está pasando? ¿Qué le pasó?

Intentó mover su cuerpo y maldición, todo lo que pudo hacer fue dejar escapar un grito silencioso por el dolor que desgarró todo su cuerpo. ¿Qué demonios le estaba pasando? Se sacudió donde se acostó sin saber dónde había estado acostado. No era una cama, eso lo era seguro. Estaba extremadamente duro.

Le tomó unos momentos más recuperarse, repentinamente se sintió muy consciente y despierto. Sus sentidos pincharon dolorosamente y percibió como si todas y cada una de las partes del cuerpo, cada miembro, estuvieran siendo destrozadas o ya hubieran sido destrozadas. Le dolía tanto la cabeza que quería vomitar. Traté de alcanzarla para sostenerla, pero sus brazos no se movían, estaban tan adoloridos.

¿Dónde estaba?

Se esforzó por abrir los ojos y apreté los dientes cuando sintió como si sus globos oculares se hubieran pegado contra su cráneo. Un dolor insoportable explotó en su cabeza haciéndolo lloras sin contención casi como un niño. Destellos de lo que sucedía comenzaban a aparecer en su mente, haciéndolo acurrucarse en shock por lo que recordaba.

Kyung, su hermano fue a buscarlo y lo encontró justamente ese día después de que saliera del trabajo. No estaba solo. Lo había arrinconado en su automóvil con dos de sus otros amigos homofóbicos y simplemente se lo llevaron. Seguía sin entender esa inquina personal, esa roña y odio que su hermano le tenía. O quizás sí, porque era un asqueroso maricón que iba en contra de todo que estaba moralmente correcto, pero simplemente no podía evitarle.

Se sacudió violentamente en el suelo, sus ojos se movieron rápidamente para tratar de averiguar dónde estaba. Algún callejón que parecía desagradable, no recuerdo la ruta que tomaron para llegar ahí. De hecho, apenas podía recordar algo.

Sin embargo, recordó que logró enviarle un mensaje de texto a Yoongi en el momento en que vio a su hermano en la distancia, yendo hacia él. Le dijo que su hermano lo había esperado después del trabajo y que no estaba solo, en ese instante temía por lo que le iría a hacer. Por un segundo deseó una de las armas que vio en la oficina de Yoongi, pero recordó que de muy poco le hubiese servido porque ni siquiera sabía disparar.

Recordaba presionar con éxito el botón de enviar antes de que le arrebataran el teléfono de las manos. Había mirado su reloj inteligente, agradecido de que a pesar de no tener su teléfono, Min todavía pudiera rastrearle con su reloj. Se sintió aliviado a pesar de que su hermano estaba vociferando amenazas hacia él y los dedos de sus amigos estaban cavando en su hombro mientras le obligaban a subir a su vehículo.

¿Qué paso después de eso?

Se puso en posición sentada, gimiendo por el dolor que lo apuñaló desde todas las direcciones. No recordaba lo que le hicieron. ¿Cuándo se desmayó? ¿Por qué no podía recordar?

Miró hacia su cuerpo para tratar de examinar el daño, pero apenas podía ver. Su visión era borrosa, casi no podía abrir los ojos y adivinaba el por qué. Suponía que lo golpearon lo suficiente como para hacerle hinchar los ojos, por la forma en que le dolía la cara.

Suspiró, temblando cuando el dolor irradió por su cuerpo nuevamente. Había mucha sangre, probablemente era toda suya. Se contempló las manos y notó que no tenía más de dos rasguños en los nudillos. No se defendió y esto le hizo burlarse de sí mismo, fue tan patético que ni siquiera se defendió.

Se palpaba a sí mismo para ver si podía localizar su teléfono, pero no estaba a la vista. ¿Cómo iba a conseguir la ayuda de alguien ahí? Ese lugar parecía tan desierto que dudaba que alguien pasara lo suficiente para notarlo. Cerró los ojos e intentó recordar más, pero su mente estaba en blanco. No podía recordar nada más allá del viaje en auto.

Indigo - YoonMinJoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora