Capítulo 34

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Los ojos de Yoongi seguían a su mejor amigo a cada sitio que se movía. La verdad era que Jimin siempre fue su único amigo. Nadie más tuvo la importancia o contaba como él y tal vez por eso siempre fue tan posesivo y egoísta con su persona. Pero ese no era el punto por el que ahora vigilaba cada uno de sus pasos.

No se atrevía a apartar la mirada de él y al mismo tiempo, tenía miedo de seguir mirándolo. Temía que si miraba hacia otro lado, él desaparecería de su vida y si continuaba haciéndolo tenía miedo ver una mirada de distancia o desconfianza en su rostro. Nunca había estado tan inseguro en su vida. Culpaba a Namjoon por empujarlo a volverse vulnerable. Culpaba a Jimin por ser tan valioso. Se culpaba a sí mismo por tener cada vez más miedo como una inservible garrapata.

- ¿Cuándo volverá Namjoon? - Jimin logró hablarle, logrando que los ojos contrarios se abrieran involuntariamente al escucharlo hablar.

No le había dicho una palabra desde la noche, desde que Yoongi le dijo la maldita palabra 'A'. Enderezándose donde estaba sentado, se dispuso a hablar tras aclararse levemente la garganta.

- Pronto.

Al menos, eso creía, que sería pronto. Todavía estaba procesando que Namjoon fuese llamado por Padre a la oficina central, le parecía que se había ido desde hacía toda una vida. El silencio en el departamento era tan sofocante que incluso consideró regresar al suyo para esconderse por un tiempo. Se había convertido en un cobarde sin saber desde cuándo, todo lo que sabía era que se había vuelto blando y odiaba esa sensación

Nada solía perturbarle, no tuvo miedo, hizo lo que quiso y cuando lo quiso. Decía lo que quería, no le importaba un comino lo que sintieran otras personas, simplemente actuaba. Simplemente existía, respiraba y hacía que las cosas se movieran como debían. Ahora sin embargo, se sentía patético.

- Oh. - Namjoon era el refugio del menor, no podía estar sin él cerca, solo con Min.

Se removió en el sofá por unos segundos antes de levantarse tan lentamente que era fácil adivinar que estaba tratando de hacer el menor ruido posible.

Yoongi estaba dolorosamente consciente de que, aparte de ese corto momento de intercambio, la última vez que Jimin le habló fue justo después de que le dijera lo que realmente sentía por él. Todo lo que dijo fue "oh" y los sentimientos del pelinegro en ese preciso instante colapsaron porque esperó cualquier respuesta menos esa.

Jimin cuando quería era tan jodidamente elocuente que solo quiso sacudirlo hasta que le explicara o dijera lo que quería escuchar. Si no hubiese sido porque el teléfono de Namjoon sonó con el nombre de Seokjin parpadeando con urgencia, él habría presionado a Jimin para que le explicara su reacción carente de todo. Pero ese momento que quedó interrumpido se perdió y Park decidió fingir toda la noche que estaba durmiendo. Ahora Min no sabía cómo volver a sacar el tema.

No debería ser tan difícil, nunca le fue tan difícil hablar con Jimin, hasta ahora. Él estaba en el sofá y Jimin fregando algo sin importancia, ese era un buen momento para hablar con él sobre lo dicho en la noche. De hecho, no había absolutamente nada más que pudieran hacer en ese momento, excepto hablar sobre ello y sacarlo del camino. No obstante, el pelinegro tenía la boca cerrada con pegamento sin una palabra que decir para romper el silencio. Por eso era que todo lo que hacía era mirarlo.

Jimin trataba de controlarse, pero Yoongi podía notar sus manos temblar, ver como su lengua salía cada tanto para lamer sus labios rosados. No podía evitar mirar el sonrojo en sus mejillas y orejas que no había abandonado a su rostro en toda la mañana. Tenía muchas ganas de besarlo y tenerlo en sus brazos, solo lo detenía la razón por la que llegaron a ese punto exacto. Él no había solucionado el problema con Seohee cuando decidió agregar la palabra "A" a la mezcla.

Indigo - YoonMinJoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora