Capitulo 6

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Llegue a la oficina sonriendo y con demasiado brillo en los ojos. Diego lo noto y se metió a mi oficina detrás de mi.

—Muy bien Bondoni, ¿podrías explicarme ese brillo en tus ojos y esa sonrisa que ilumina el mundo?

—Ay Diego, pase un tiempo con Emilio

—¿De verdad? ¿Y cómo te fue?

—Maravilloso Diego, es un hombre ejemplar es demasiado para este mundo

—Wow, cálmate un poco. Cuéntame ¿qué lo hace tan maravilloso?

Suspiré y con una sonrisa en mi rostro comencé a hablar

—Es la persona más sacrificada que he conocido, trabaja todos los días, todo el día para poder mantener a su familia. Es un hombre que se preocupa primero por su familia y después por él, tiene un corazón enorme Diego creo que ya me enamoré

—A ver, ¿cómo esta eso de que ya te enamoraste?

—No sé, solo siento que ya lo amo. Hoy lo llevare a su casa cuando salga del trabajo

—¿Cómo que lo llevaras? ¿No tiene auto?

—No Diego, no todo el mundo tiene el dinero que tenemos nosotros

—Espera, ¿me estás diciendo que es pobre?

—No, solo no tiene las mismas oportunidades de nosotros

—Joaquín, te he visto salir con muchísimas personas, y ¿me estás diciendo que te enamoraste de un pobretón que no tiene donde caerse muerto?

La rabia corrió por mis venas, ¿cómo era posible que Diego hablara de esa manera? No conocía a Emilio para juzgarlo no era quien para hacerlo.

—Mira Diego permíteme dejarte algo muy claro, yo me enamore de Emilio sin saber su posición social. Y ahora que la descubrí no me voy a alejar de él, es un chico maravilloso Diego y no voy a perderlo solo por un prejuicio tonto

—Joaquín, piénsalo ¿sí? Todas las personas que se han acercado a ti lo han hecho por dinero, ¿qué te hace pensar que él es diferente?

—Estoy seguro de que Emilio es diferente a todas las personas que he conocido. En el poco tiempo que lo conozco he logrado ver que es el tipo de persona que no se fija en lo material sino en el corazón y eso ha hecho que me enamore de el

—No sé, yo sigo pensando que solo se acercó a ti por el dinero. Pero si no quieres escucharme es tu problema, ya tienes 24 años. No tengo que andarte cuidando. Te veo luego

Diego se dio vuelta y salió de mi oficina, me dejo pensando. ¿Sería cierto que Emilio solo se acercó a mí por el dinero? No, no puede ser el no es ese tipo de persona. Aunque no le parezca a mi amigo, seguiré conociendo a Emilio es un buen chico, nada que ver con los demás.


(...)


Las horas pasaron y salí a buscar a Emilio. Me estacione frente a la cafetería y entre al local.

Emilio estaba recibiendo todo con ayuda de sus compañeros. Al verme fue hasta mí y me dio un beso en la mejilla acompañado de un abrazo.

—Ya casi termino Joaco, llevo esto a la cocina, recojo las cosas de mi hermana y nos vamos

—No hay problema, no te apures.

Emilio termino lo que estaba haciendo, recogió las cosas de su hermana y camino hasta mí.

—Ya estamos listos.

Salimos del local y los lleve a mi coche, ambos se quedaron boquiabiertos cuando vieron mi auto

—Wow Joaquín, tu coche es hermoso.

—Gracias Mailo

Nos subimos al coche y la hermana de Emilio comenzó a preguntar cosas

—Emilio, ¿quién es el?

—Él es Joaquín Azul. ¿Recuerdas del chico que te había hablado?

—¿Joaquín? ¿El chico que me dijiste que te gustaba?

—¡¡AZUL!!

Azul y yo reímos por la reacción de Emilio. Este tenía las mejillas como tomates y tenía sus manos sobre su rostro

—Hey Mailo, no te preocupes

—Perdona a Azul, el cansancio le hace decir cosas sin sentido

Continuamos hablando hasta que llegamos a su casa, vivían bastante lejos del pueblo, a unos 45 minutos aproximadamente.

Azul se bajó del coche antes se despidió de mí y entro a la pequeña casa. Era completamente de madera y no tenía nada de lujos era sumamente sencilla.

Emilio se giró a mí y cruzamos algunas palabras antes de que él se fuera

—Gracias por traernos Joaquín, no quería molestar

—No molestas Mailo, es un placer para mi traerte a tu casa.

—Disculpa el comentario de Azul, es una niña apenas y no mide sus palabras

—No te preocupes por eso, no me molesto

Tome las manos de Emilio y nos quedamos mirándonos a los ojos, otra vez esa corriente, se sentía tan bien

—Y.. ya m..me voy, gracias otra vez

—No es nada Mailo, ¿mañana tienes trabajo?

—Sí, trabajo todos los dias

—Entonces te veo mañana, descansa

—Descansa tú también Joaquín

Nos despedimos con un beso en la mejilla y Emilio salió del coche. Di la vuelta y fui a casa. ¿Sería cierto lo que dijo Azul? ¿Yo le gusto a Emilio? ¿O solo le gustaba mi dinero? No sé, pero iba a descubrirlo.

Emilio de verdad me gustaba y haría lo que fuera para que estuviera conmigo

In the name of love |Emiliaco|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora