Harry despertó antes del amanecer sin saber si podía moverse, menos aún leventarse de la cama. El edredón estaba en el suelo. Tenía el vago recuerdo de que Louis lo había tapado con la sábana, que en ese momento estaba a sus pies. Pero no tenía frío. Pasó la vista al hombre que dormía profundamente a su lado. Se hallaba boca abajo, con un brazo sobre su cuerpo, la mano justo debajo del pecho desnudo, los dedos abiertos y relajados.
Louis había sido un amante asombroso. Tierno y gentil un momento,lujurioso y exigente a la vez. Sólo había estado con otros dos hombres, y con ambos había sido un participante pasiva.
*Pero no anoche*. Semejante pérdida de control no era típico de él. Era un hombre quieto. Reservado, según su último novio. No era el tipo de hombre que dejara marcas de pasión en la espalda de un hombre.
Demoró la mirada sobre el rostro durmiente de Louis. Parecía más joven en el sueño. Pero así como necesitaba creer que Louis había sentido lo mismo que él, sería una necesidad proyectar demasiado en lo sucedido la noche anterior. Por el momento, el simple hecho de estar cerca tendría que bastar. Se acurrucó contra él y dejó que sus párpados se cerraran.
Louis contempló la forma durmiente de Harry. Aunque sería fácil atribuir lo sucedido entre ellos simplemente a un sexo estupendo, sabía que lo que habían compartido iba más allá de lo meramente físico. Había habido una conexión entre ellos. Al tocarse, reservas ni incomodidades. Y a medida que las caricias se habían tornado más apresuradas, desesperadas, un caudal de emociones inesperadas había surgido en él.
Mirándolo en ese momento, tan inocente, tan vulnerable, hizo que deseara acercarlo y protegerlo. Nadie podría cuidar de Harry como él. Nadie sería tan bueno como él. Nadie.
Ya lo había mantenido activo media noche y como se quedara en la cama más rato, terminaría por despertarlo para que pudieran hacer otra vez el amor. Nunca antes había experimentado a alguien como Harry. Y quería repetirlo. Una y otra vez. Pero se le veía tan apacible que no tuvo el ánimo de perturbalo. Con un último vistazo miro a su bello durmiento, recogió su ropa del suelo y salió en silencio de la habitación. Bajo el chorro caliente de la ducha, trató de darle algún sentido a sus emociones enmarañadas. Alzó el mentón y dejó que el agua le corriera por la cara. Ya no podía negarlo. Así como no quería llamar amor a lo que sentía, sabía que Harry le importaba mucho. El sexo que habían compartido había hecho que comprendiera lo vacía y hueca que estaba su vida ahora sin él.
Había llegado el momento. Era hora de seguir adelante. De convertir a Harry en una parte permanente de su vida. De pedirle formalmente que se casara con él. *Quiere tu amor* dijo una vocecilla en su interior. *Harry merecer estar con un hombre que lo ame*. Desterró esa voz. Harry merecía estar con el hombre al que él amara. Y todos los signos de la noche anterior apuntaban a él. Antes de pedírselo, necesitaba un anillo. Pensó unos instantes. El anillo de compromiso de su abuelo. Nunca había estado seguro del motivo para el que su abuelo le había dejado ese anillo. Tal vez ya sabía que era gay. Sonrió. El anillo llevaba seis años guardado en la caja fuerte del salón. Era hora de que viera la luz.
El sol entraba por las ventanas, calentando la cara de Harry. Se dio la vuelta y el brazo extendido sólo encontró una cama vacía. Abrió los ojos. *No es posible que imaginara...* Se sentó y el aire fresco le puso la piel desnuda de gallina. Tembló y se subió la saban hasta la barbilla. Sonrió. No, lo sucedido la noche anterior no había sido un sueño. La velada había sido una revelacion. Siempre había respetado a Louis. Siempre le había gustado. Pero la noche anterior se había dado cuenta de que lo amaba. Aunque sonaba tonto, y nunca lo había dicho en voz alta, al disfrutar el orgasmo al mismo tiempo, habia sentido que al fin estaba completo.
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Seduciendo al niñero(Larry Stylinson)
FanfictionVivir tres años con el guapísimo viudo Louis Tomlinson había sido una fantasía hecha realidad para Harry Styles. . . aunque sólo hubiera sido en calidad de niñero de su hija de seis años. Pero Louis acababa de dejarlo de piedra con una propuesta que...