Capitulo 12

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Después de llevar a Emma hasta la casa de su amiga, se quedó a tomar una cerveza y admirar las obras que habían hecho en la casa. Cuando el partido de fútbol apareció en la pantalla grande, pareció una grosería no quedarse a tomar otra cerveza. Pero a medida que el sol comenzaba a ponerse, comprendió que era hora de regresar a casa. Mike lo invitó a cenar, pero tenía otros planes para la velada.

Al acercarse a casa, vio luz en la sala de estar y aceleró el paso. Se preguntó si Harry estaría interesado en salir esa noche. Quizá podrían ir al cine. Con Steven aún fuera de la ciudad, no podrían tener otros planes.

Apretó la mandíbula al pensar en el abogado arrogante, pero se recordó que se estaba ocupando de la situación. Cuando Steven regresara, Harry sería su novio. Abrió la puerta de atrás, esperando encontrar a Harry en la cocina. Pero estaba tan vacía como el comedor. Se encontraba en el pasillo cuando lo oyó. El corazón se le paró. Se apresuró en ir a la sala de estar. Él alzó la vista cuando entró en la habitación y con rapidez se secó las lágrimas. Al ver la expresión de angustia en la cara de Harry, quiso besarlo y desterrar lo que fuera que le atribulara. Se conformó con cruzar la sala y sentarse junto a él en el sofa.

- Cuéntame qué sucede.

- No es nada - sonrió -. Tengo demasiadas cosas en la cabeza.

De no ser por el hecho de que él rara vez lloraba, tal vez le hubiera creído. Trató de pensar en lo que podría haberle angustiado. Se encontraba de buen humor al marcharse por la mañana. Entrecerró los ojos.

- Fuistes a ver a tu tía.

Bajó la vista a las manos antes de volver a alzarla.

- Sólo quiere lo mejor para mí - se llevó los dedos a las sienes -. Todo el mundo sólo quiere lo mejor para mí.

Louis forzó un tono ligero.

- ¿Y qué es?

- No importa - cerró los ojos y soltó un suspiro entrecortado. Luego se puso de pie -. Realmente me duele la cabeza. Me voy a la cama.

Louis se incorporó, le pasó un brazo por los hombros yo siguió hacia las escaleras.

- Métete en la cama y yo te llevaré un vaso de leche templada - Harry frunció el ceño -. ¿No te gusta la leche templada?

Él negó con la cabeza e hizo un gesto de dolor por el movimiento.

- No mucho.

- De hecho, a mí tampoco - Louis sonrió. La leche caliente había sido la cura de su madre para todos los males. Había sido lo primero que le había surgido en la cabeza -. ¿Qué te parece una aspirina? ¿Un Tylenol fuerte?

- Hay analgésicos en la encimera de la cocina - dijo -. Podría tomar un par más.

- Los subiré.

Harry se volvió hacia él y apoyo la mano en su mejilla; tenía los ojos suaves y luminosos.

- Gracias por ser amable conmigo.

La piel le hormigueo por el contacto y sintió la tentación de tomarle la mano y besarsela. Pero se recordó que no se trataba de sus necesidades y deseos, sino de hacer que Harry se sintiera mejor.

- No te preocupes por nada - afirmó -. Ese dolor de cabeza se puede dar por desterrado.

Harry subió las escaleras con pies pesados como el plomo. Llorar había resucitado el dolor de cabeza. Al llegar a su habitación, fue directamente a la cama. Se quitó la bata y se metió entre las sabanas. Pero al tiempo que que se decía que tenía que relajarse, su mente retornó al dilema que le obsesionaba. Quería el trabajo pero también quería a Louis y a Emma. Ya sabía lo que dirian la tía Rose y Steven. Pero ellos no lo entendía. Louis no era simplemente su jefe, era su amigo. Se preocupaba por él. Y a él le preocupaba Louis.

Seduciendo al niñero(Larry Stylinson) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora