Capitulo 11

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Harry despues de visitar a su tía Rose se arrepiente de hacerlo era mejor que no hubiera ido.

... Flash Back..
-Quiero a Emma - indicó -. Louis y ella son como mi familia.

Bebió un sorbo de té, miró a su tía a los ojos y se lanzó.

-Ultimamente, Louis ha dejado entrever que le gustaría salir conmigo. Quizás ver cómo podrían ir las cosas entre nosotros.

Rose cerró los ojos y tuvo un escalofrío visible.
- Una receta para el desastre.
-Puede que no - contradijo Harry -. Siempre nos hemos llevado bien.
-Porque eres su empleado. Sirves a ese hombre.
- Yo... - fue a protestar, pero calló. Esbozó una sonrisa -. De acuerdo, lo reconozco. Me gusta mimar a Louis.

Rose ni siquiera sonrió.
- Olvida la fantasía. Hazte una vida para ti. Encuentra a alguien que te quiera de verdad... y piense en lo que tú quieres. Antes de que sea demasiado tarde.

...Fin del Flash Back...

Cuando Harry llega a la casa, va a su habitación. Se quitó la ropa y fue al cuarto de baño para meterse en la bañera de hidromasaje. No supo cuánto tiempo se relajó en el agua perfumada, escuchando música, pero al salir apenas notaba el dolor de cabeza.

Como era su día libre, decidió leer libros. Al azar, sacó una novela romántica y fue a la cama, donde pasó la siguiente hora leyendo. Iba por la mitad del libro cuando el teléfono lo devolvió a su entorno. Después de aguardar que sonora varias veces para comprobar si Louis había vuelto e iba a contestat, alzó el auricular.

- Residencia de los Tomlinson. Aquí Harry.

- Harry, soy Niall, del restaurante - la segura voz masculina delataba un leve acento irlandés -. ¿Cómo estas?

- Bien - logró responder sin tartamudear. Aparte de la entrevista inicial, había tenido poco contacto con Niall.

- Tus pastas son magnificas - alabó -. Muy populares con los clientes.

Relajó la expresión con la que sujetaba el auricular.

- ¿Has llamado para...?

- Llamo para ofrecerte un trabajo a tiempo completo - dijo Niall -. Me gustaria que te hicieras cargo de los postres y pastas del restaurante.

- Pero aún me quedan dos meses de mi período de prueba - expuso Harry.

- Ya has desmontrado tu valía - afirmó Niall con tono decisivo -. Ven el lunes para que hablemos del sueldo y los beneficios. Siempre que estés interesado, desde luego.

- Lo estoy - la cabeza comenzó a darle vueltas. Ser un chef a tiempo completo en un sitio como Olive Garden habia sido un sueño inalcanzable. Y en ese momento le ofrecían el puesto. El unico problema era que el trabajo no encajaría con el de niñero -. Tengo otro trabajo a tiempo completo, pero por supuesto que estudiaré tu oferta. Puedo ir a verte el lunes.

- Te veré entonces - corroboró Niall -. Y, Harry...

- ¿Sí, Niall?

- De verdad espero que lo aceptes.

Cortó y se quedó allí sentado, aturdido. Varios de los camareros le habían mencionado lo bien que se vendían sus postres, pero jamás había pensado que eso llevaría a un puesto permanente.

Pero ¿qué pasaría con Louis y Emma? Louis le pagaba para cuidar de su hija y de la casa. ¿Cómo podría realizar los dos trabajos al mismo tiempo? *Muchos hombres lo hacen*, le susurró una voz en la cabeza. Apretó los dedos contra las sienes, que habían vuelto a palpitarle. Se preguntó por qué tenía que ser tan complicada su vida.

Era su noche libre. Se negaba a estropearla pensado en lo negativo. Abriría una botella de vino, tomaría un par de copas para celebrar el ofrecimiento que le habían hecho y terminaría el libro que había estado leyendo. Ya pensaría en todas las implicaciones al día siguiente.

Recogió sus pantalones de sudadera que tenía al pie de la cama, se los puso con una camisa. Después de enfundarse unas sandalias, bajo las escaleras. Al llegar abajo, el palpitar de su cabeza había alcanzado proporciones de redoble de tambor. Se detuvo en la cocina y encontró unos analgésicos en el fondo de una gaveta. Tragándose un par, miró el reloj. Le daría media hora a las píldoras. Si dos no funcionaban, subiría la dosis de acuerdo con la dosis autorizada.

Sacó una botella de vino del anaquel. Después de servirse una copa, el largo tramo de escaleras hasta su dormitorio le resultó poco atractivo. Decidió quedarse en la planta baja y relajarse en la sala.de estar.

En la estancia restaurada había una atmósfera fantástica, por no mencionar un sofá y una chimenea espléndidos. Aunque la casa estaba fresca, la idea de estar ante el calor de una chimenea de repente le resultó irresistible. Después de encender la chimenea de gas en cuestión de minutos, se sentó en el sofá. Tenía una copa de vino en una mano y el libro en la otra. Pero le resultó difícil concentrarse.

A pesar de su determinación, los pensamientos vagaban a las decisiones con las que se enfrentaba. Sintió el corazón en un puño y unas lágrimas por la mejilla. ¿Cómo podía dejar a Emma? No podría querer más a la pequeña aunque fuera su propia hija. Y Louis... ¿cómo decirle adiós?

No era justo. ¿Para cumplir un sueño tenía que abandonar otro? ¿O no? Eleonor había sido una mujer con sólida carrera profesional. ¿Louis lo apoyaría?

El martilleo en su cabeza aumentó y a pesar de saber que sólo empeoraria las cosas, no pudo contenerse. Se puso a llorar.

Seduciendo al niñero(Larry Stylinson) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora