Capitulo 5

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Harry apagó el motor del coche y se reclino en el asiento, demasiado cansando para bajar. El reloj en el salpicadero ponia las doce menos cuatro. Su hora habitual para acostarse eran a las diez y media y al empezar a bostezar mientras hablablan de los méritos de emplear licor, habia sabido que era hora de irse a casa.

Al ir hacia la puerta, Steven lo habia acercado. Luego le había preguntado si consideraría pasar la noche con él. Lo demencial fue que, por un segundo, se había sentido tentado a hacerlo. Hacía tanto tiempo...

Pero al final había dicho que no, asustado por la expresión sería en los ojos de él y por sus propios sentimiento. Además, solo había un hombre al que quisiera de esa manera y lo estaba espernado en casa.

La puerta del garaje descendió con suavidad y, suspirando, bajó del coche y fue hacia la entrada lateral.

A diferencia del apartamento de Steven, con su apartamento subterráneo, la casa de Louis se había construido a comiemzos del siglo XX, cuando imperaban los garajes separados por carruajes.

Pero no le importaba la breve caminata hasta la casa. La temperatura había bajado un poco y el feecor otoña era un bálsamo bienvenido del calor del coche. Pudo sentir cómo empezaba a despertar.

Además, le encantaba el jardín exuberante con sus grandes árboles y la fragancia fresca de las flores y la hierba cortada. Se detuvo ante la casa y respiró hondo, gozando con la belleza que lo rodeaba.

Se juró que cuando se comprara una casa tendría un patio bonito. Recordaba demasiado bien el diminuto apartamento que había compartido con su tía después de que lo dejara allí su madre y jamás regresara. Había tenido que jugar fuera en el cemento...

Hizo a un lado el recuerdo y decidió que era una noche demasiado bonita para estropearla con pensamientos del pasado. Debería irse directamente a la cama, pero lo atrajo la idea de sentarse durante unos momentos en uno de los sillones de madera en el porche cubierto de la parte de atrás.

Estaría tan apacible, tan...

- ¿Qué tal te ha ido la velada?

La profunda voz familiar lo frenó en seco. Louis estaba sentado en uno de los sillones del porche. Podía contar con los dedos de una mano las veces que había estado despierto mas allá de las diez y media una noche laboral.

- ¿Donde esta Emma? - preguntó preocupada -. ¿Todo va bien?

- Está bien - se levantó y le abrió la puerta mosquitera -. La acosté sin ningun problema.

Harry suspiró.

- Entonces,¿No pasa nada?

- ¿Por qué piensas que puede haber pasado algo?

- Estás levantado - explicó -. Siempre estás acostado a estas horas.

- Tú estás vestido de fiesta - le recorrió el cuerpo con la mirada.

Harry captó sorpresa en su tono de voz y aunque no tenía nada de frío, experimento un escalofríos.

Había sabido que saldría con Steven. Pero había estado arriba cuando se marchó y era evidente que había dado por hecho que sería una velada de vaqueros y camisa.

- Le hice la cena a Steven en su casa.

- ¿Te hizo cocinar?  - preguntó con censura en la voz y ceñudo. -. ¿Vestido de esa manera?

Harry soltó un suspiro exasperado y se sentó. ¿Qué les pasaba a esos hombres?

- No me hizo hacer nada - se descalzo -. Nos turnamos para prepararnos respectivamente la cena un día por semana. Hacer las cosas bien. Cree que potencia la atmosfera.

Seduciendo al niñero(Larry Stylinson) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora