Louis miró alrededor del gran salón de baile del hotel Malik Avenue, que había sido transformado en un país de las maravillas invernal. Por doquier se veía nieve falsa y esculturas de hielo, rosas rojas y blancas y las más tradicionales poinsetias. La risa de la multitud que celebraba la fiesta llenaba la atmósfera.
Con un suspiro resignado, tomó una copa de champán de la bandeja que portaba un camarero que pasó a su lado. Había planeado pasar la noche jugando con Emma a juegos de tablero, pero en el último instante, otro de los socios no había podido asistir a la gala del alcalde Louis se había visto obligado a sustituirlo.
Faltaba una semana para la Navidad y aún no había comprado ni un solo regalo ni montado el árbol. Siempre había sido su fiesta favorita, pero ese año le había costado hacer acopio de entusiasmo.
Esas fechas señaladas empezaban de maravilla.
Harry se había ido. Luego, Phil y Gwen se habían marchado apenas veinticuatro horas después de llegar. Y para coronarlo, su madre y su padrastro habían decidido en el último instante pasar la Navidad en New York con su tía.
Ese año sólo estarían Emma y él. No le molestaban las demás ausencias. Únicamente, el hecho de que por primera vez en tres años Harry no estaría a su lado. Hizo a un lado ese pensamiento perturbador.
En puntos discretos del salón, colgaban guirnaldas de muérdago. Sintió un toque en el hombro y con horror comprendió que se hallaba justo debajo de una.
Se volvió.
—Bree. Qué sorpresa tan agradable.
Luciendo un ceñido vestido de color cobre, con un escote frontal casi tan bajo como el de la espalda, Bree parecía más una corista sexy que una respetada abogada fiscal.
—Feliz Navidad, Louis —apoyó las manos en sus hombros y le plantó un beso amigable en los labios. Dio un paso atrás y lo miró, como si esperara una reacción.
—Feliz Navidad —Louis miró alrededor—. ¿Con quién has venido?
—Estoy sola —dijo con un suspiro—. La pobrecita Bree no tiene una cita.
Juntó los labios en un mohín bonito.
—Si te hace sentir mejor, yo voy en el mismo bote —expuso Louis.
Ella apoyó una mano en su brazo.
— Me alegro tanto de haberme encontrado contigo...
Sonrió cálidamente y sonó tan complacida que Louis descubrió que se relajaba por primera vez desde que había entrado en la sala. Se había sentido solo desde la partida de Harry y era agradable encontrar una cara amiga.
—¿Te apetece bailar? —preguntó en un impulso.
La sonrisa de Bree se tornó más amplia.
—Pensé que nunca me lo pedirías.
—¿Sigues saliendo con Jake? —se había sentido tan furioso con éste, y consigo mismo, que apenas lo había visto en el último mes.
—Santo cielo, no —Bree rió como si hubiera hecho una broma—. Nunca hemos salido. Sólo fui a esa única fiesta con él. De hecho, he estado saliendo con otra persona. Pero acabamos de romper —se detuvo y lo miró con curiosidad—. He oído que Harry se ha marchado.
—Sí —por fortuna habían llegado a la pista de baile, y en vez de seguir hablando, tomó a Bree en brazos.
Al tenerla pegada, se dio cuenta de que su olor era tan delicioso como su aspecto. Dejó que la mano izquierda le acariciara la suave piel satinada de la espalda.
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Seduciendo al niñero(Larry Stylinson)
FanfictionVivir tres años con el guapísimo viudo Louis Tomlinson había sido una fantasía hecha realidad para Harry Styles. . . aunque sólo hubiera sido en calidad de niñero de su hija de seis años. Pero Louis acababa de dejarlo de piedra con una propuesta que...