Luo Binghe jamás imaginó ser padre, ni en sus más extraños sueños creyó que llegaría el día en que cargaría a su pequeño baobei, ni siquiera pensó en un apodo y mucho menos se imaginó sosteniendo protectoramente a alguien que no fuese su esposo.
—¿Estás bien?
La tranquila voz de Shen Qingqiu hizo apenas eco a su espalda; el inmortal se acercó tranquilamente hacia el demonio quien estaba de pie bajo el marco de la puerta de la habitación de Yulian; con los brazos cruzados y la frente ligeramente recostada sobre el marco, no pudo evitar suspirar.
—Estoy bien. —Respondió descruzando sus brazos para extender hacia el lateral una de sus extremidades y atrapar el cuerpo de su esposo— Estoy fenomenal.
—¿Qué te preocupa? —Apoyó con suavidad su cabeza sobre el hombro ajeno.
—Nada, estoy feliz de saber que mañana celebraremos los cien días desde que Yulian llegó a nosotros.
El inmortal de ojos verdes asintió con suavidad dirigiendo su mirada hacia la cuna donde dormía plácidamente su hija, el matrimonio estuvo de pie sin atreverse a entrar del todo por un corto tiempo antes de que el maestro ladeara el rostro.
—Binghe.
El nombrado suspiró y tensó los hombros, evitó arrugar el ceño y negó.
—No estoy del todo feliz —confesó después de un breve tiempo de silencio. Shen Qingqiu fue paciente y esperó ya que al final su esposo no pudo evitar quejarse—, no quiero que vengan a conocerla, no quiero que vean cuan bonita es, no quiero que la miren.
—Actuando como un padre celoso tan temprano —Shen Qingqiu sonrió relajado—, está bien si no quieres que la gente la conozca pero no podemos rechazar a las demás sectas, mucho menos podemos rechazar la estadía de mi secta, Yue shixiong se ha portado amable con nosotros desde el inicio.
—Bien, que venga él, nadie más.
—Binghe...
—¡Ah! ¡No quiero que venga aquí Liu Qingge! ¡Lo detesto!
Shen Qingqiu no dudó en golpear la frente de su esposo con el lateral de su abanico, arrugó el ceño y dijo serio aunque no molesto:
—Liu shidi se ha portado amable contigo, ¿por qué esa hostilidad?
—Una ocasión escuché que él decía cosas de mi hija —sulfuró con evidente molestia—, dijo que ella sería débil y que dudaba en aceptarla en su pico, al carajo con eso ¿quién quiere ir a su pico lleno de bastardos idiotas? ¡Mi hija será tan inteligente que ese pico lo hará pedazos!
Shen Qingqiu escuchó atento mientras contaba mentalmente para no perder la paciencia.
—Mi hija es fuerte y poderosa, ella no va a necesitar visitar su absurdo pico porque ella será mucho para esos idiotas.
—Liu shidi solo fue amable...
—¡Que se joda!
El inmortal contuvo la respiración, aun no se acostumbraba a escuchar a su esposo hablando tan vulgar sin embargo ya ni siquiera hizo el esfuerzo por corregirlo, el idiota de Shang Qinghua ya había arruinado a su loto blanco y lo había transformado en uno negro.
¡Maldito seas Shang Qinghua!
—Además, mi hija no necesitará visitar los absurdos picos, solo irá al que le pertenece que es el pico Qing Jing, ahí estará feliz con nosotros.
—Bien, bien, solo estará con nosotros.
Shen Qingqiu relajó momentáneamente los hombros, abrió el abanico y cubrió su rostro para sonreír sintiéndose enteramente feliz ya que desde que Yulian había nacido, Binghe había desarrollado tal vinculo con ella que ahora para él era solo «Mi hija esto, mi hija aquello, mi hija, mía, mi lotito» y eso hacía que el inmortal pudiese sentirse relajado ya que al parecer el afecto era mutuo, sus dos lotos blancos se amaban y él los amaba por tenerlos en su vida, así de fácil y sencillo.
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Pequeño loto blanco «BingQiu»
FanfictionEn apariencia, todo es calma y felicidad. Maestro y discipulo han aprendido a demostrar su amor a su manera y ahora son una pareja de esposos que viven en armonía y disfrutan del matrimonio liberal... Hasta que cierto antiguo rey demonio se inmiscuy...