Yulian caminaba a lado de un silencioso Qingge, la noche era fresca lo que les permitía disfrutar de una caminata pacifica; ambos aunque silenciosos se sentían plenos de compartir momentos así, donde su amor mudo les hacía soltar sutiles sonrisas.
—¿Qué harás la otra semana? —Cuestionó el hombre de la nada.
—Visitaré a la señora Meiyin —al ver que Qingge arqueaba una ceja en señal de continuidad, explicó—: fue mi maestra cuando tenía quince años, me enseñó algunas pociones para mortales, es un demonio súcubo muy poderosa pero que no está ligada al reino de mi papá.
—¿Fue tu maestra?
—Así es, iré a verla ya que me pidió un par de flores.
Liu Qingge entrecerró los ojos, la mención de la maestra le hizo pensar que ya la conocía o quizá la estaba confundiendo; en todo caso internamente se encogió de hombros y ya que no tenía nada que hacer optó por acompañar a su pareja.
—Iré contigo.
—Qingge... no creo que te guste —Yulian sabía por experiencia propia y por las anécdotas de su a'niang que el hombre huía de todo contacto femenino por lo que intentó persuadirlo para encontrarse después—, ¿qué te parece si nos encontramos en el bosque a las orillas del palacio?
—No. Iré contigo.
—Pero...
—Quiero ir contigo.
Yulian contuvo un suspiro, asintió y se detuvo frente al hombre para pellizcar con suavidad sus mejillas antes de darle un cálido y fugaz beso; una pre recompensa por soportar algo que posiblemente no le iba a gustar.
—Es usted muy valiente dios de la guerra. —Hizo un puchero dándole otro suave beso.
Y Liu Qingge tan solo pudo neutralizar su expresión que comenzaba a verse hosca para posar las manos en la cintura delgada; una sutil sonrisa y la mirada suavizada acompañó el gesto justo antes de ser él quien tomara la iniciativa de proporcionarle un beso que sabía a premura y mucho cariño.
—Solo lo soy si mi pequeña bestia está conmigo.
—¡Oh! ¿Yo soy la pequeña bestia? —Yulian arqueó una ceja mientras coqueteaba con el hombre; lentamente sus manos abandonaron las mejillas suaves para abrazarse al cuello ajeno.
—Lo eres.
—Shizun —aclaró su garganta fingiéndose infantil—, shizun esta pequeña bestia está enamorada de usted.
—Que irónico que juguemos a que yo soy el shizun y tú la bestia cuando la realidad es que quien se comporta más bestia soy yo.
—Que bueno que lo dice mi querido Shizun porque eso es lo que me encanta de usted. —Dicho aquello la joven sonrió otorgándole a Qingge una visión de lo perfecta que era a sus ojos.
Y fue inevitable callar lo que su corazón sentía cuando estaba siendo abrazado de esa forma.
—¿Te he dicho hoy que te amo? —Sinceró tan serio que hizo a Yulian sonrojar.
—No, hoy no me lo has dicho.
—Bien; te amo más que ayer pero menos que mañana.
La mujer en los brazos masculinos no pudo evitar suspirar enamorada; Liu Qingge era serio, comprometido, a simple vista inalcanzable y con un carácter lo suficientemente recto como para permitirse palabras que ante todos eran imposibles de decir pero ese era el encanto que a Yulian fascinaba porque cuando el inmortal hablaba palabras de amor le hacían suspirar por completo.
![](https://img.wattpad.com/cover/251467986-288-k977435.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Pequeño loto blanco «BingQiu»
أدب الهواةEn apariencia, todo es calma y felicidad. Maestro y discipulo han aprendido a demostrar su amor a su manera y ahora son una pareja de esposos que viven en armonía y disfrutan del matrimonio liberal... Hasta que cierto antiguo rey demonio se inmiscuy...